Sucesos

Dos muertos en tiroteo en Comayagua

Una de las víctimas es una agente de la Policía Preventiva, la otra es una mujer que integraba la banda de 'Los Espinoza', que respondió a balazos el allanamiento de las autoridades.

FOTOGALERÍA
26.09.2012

Lo que parecía un amanecer tranquilo, se convirtió en tragedia en la alejada comunidad de San Rafael, municipio de San Luis, Comayagua, en la zona central de Honduras

Un enfrentamiento armado entre policías y miembros de una banda de forajidos que sembraban el terror en la zona dejó el saldo de dos muertos, un herido y 10 detenidos.

Entre las víctimas mortales se identificó a la Policía Ada Yessenia Saenz Urquía, de 29 años, originaria de Florida, San José de La Paz, así como la civil Nidia Belinda Díaz Escobar, de 33 años, originaria y residente de la misma aldea.

En el intercambio de disparos resultó mortalmente herido el agente de la Dirección Nacional de Investigación Criminal (DNIC), Joel Alcides Molina, de 28 años, quien anoche se encontraba en estado crítico en el hospital Militar, según confirmó la Policía. En el tiroteo logró sobrevivir de milagro el subinspector Ever Armando Ordóñez Lagos, ya que una ojiva le impactó en el tórax, pero se salvó gracias al chaleco antibalas.

La fatídica operación policial dejó como resultado la captura de siete supuestos integrantes del grupo criminal, quienes fueron identificados como

Santos Isabel Espinoza, de 62 años; Walter Geovany Cruz Meza, de 32 años; Ángel Díaz Bueso, de 58; Ángel Augusto Díaz Escobar, de 23; Selvin Alexander Suazo Amaya, de 29; Oscar Josué Sánchez Pineda, de 19 y una menor de 16 años.

Otros tres cayeron para efectos de investigación. Según la Policía, los detenidos conforman la banda criminal de “Los Espinoza” que tiene en zozobra a diferentes poblados de la zona por su participación en crímenes y diversas actividades delictivas, cuyo cabecilla José Jerónimo Espinoza Baires, logró darse a la fuga bajo una lluvia de balas.
Según una fuente policial, el fugitivo es un ex miembro del ejército y francotirador.

La banda está integrada por miembros de una misma familia, contra quienes pesan ordenes de captura, dijo un oficial.

Sangrientos allanamientos

Alrededor de la 1:00 de la madrugada de ayer un contingente policial integrado por elementos del Comando de Operaciones Especiales (Cobras), de la DNIC; Policía Preventiva, al mando del subcomisionado Raúl Aguilar Mazoni, titular de la jefatura de Comayagua, se desplazó a la zona con la misión desarticular una banda de malhechores.

Alrededor de las 6:00 de la mañana los policías procedieron a ejecutar allanamientos simultáneos en varias viviendas, tanto de San Rafael como en El Tablón.

De repente, un grupo de maleantes comenzó a disparar desde unas plantaciones de café, por lo que los uniformados reaccionaron de inmediato a repeler el ataque.

Desafortunadamente, la agente Saenz Urquía fue alcanzada por los proyectiles y cayó mortalmente herida, por lo que fue auxiliada por sus compañeros de equipo y trasladada a cabecera departamental en un intento de salvarle la vida, según dijo el subisnpector Ordóñez Lagos.

También el agente Molina de la DNIC fue llevado al
hospital Santa Teresa con una herida de bala en la cabeza, luego lo movilizaron hasta el hospital Militar de Tegucigalpa.

Debido a la distancia y al mal estado de la carretera, Saenz Urquía no logró sobrevivir y expiró en el trayecto.

En el cruce de fuego pereció la señora Díaz Escobar, quien según lo relatado por el oficial Ordóñez Lagos, les disparaba a los policías con una escopeta desde una ventana. La mujer cayó muerta en el interior de la casa que habitaba, mientras que su compañero de hogar huyó. Un fiscal del Ministerio Público y técnicos de la DNIC se movilizaron a la zona junto a otro pelotón de “Cobras” que llegó de la capital y otros policías preventivos que aún permanecen en la zona. Tras llegar al sector, los uniformados se bajaron con sus armas en mano apuntando hacia los cafetales para evitar otro ataque sangriento por parte de los forajidos que aún siguen prófugos. Mas de 130 elementos policiales permanecerán en la zona el tiempo necesario para recuperar el control y devolverle la tranquilidad a los pobladores, confirmó el subcomisionado Aguilar Mazoni.

“Sé que me ama Dios”

“La vida se la debo a mi Dios, se que me ama y tiene un propósito para mí”, expresó el subinspector Ever Armando Ordóñez Lagos, mientras mostraba un plomo que le quedó incrustado en el chaleco antibalas.

El oficial relató que el disparo lo recibió en el preciso momento que auxiliaba a su compañera herida, porque “no podíamos dejarla tirada ahí para que terminaran de matarla esos delincuentes”.

Como estábamos en un fuego cruzado, agregó, sentí que yo también estaba pegado, gracias a Dios logré salir del lugar, porque el chaleco antibalas me salvó de morir.

Ordóñez Lagos prosiguió que los maleantes que disparaban eran varios y
los atacaban de diferentes lados, lo que pudo haber dejado una tragedia son saldos más lamentables.

“No sabíamos de dónde nos podían venir los disparos, fueron momentos difíciles”, expresó.

Prosiguió que las fincas de café no les dejaban visibilidad para poder hacer retroceder a los facinerosos.

“Nosotros éramos blancos perfectos para ellos en la emboscada que nos tendieron”, dijo.