Dos oficiales que habían sido separados recientemente de la Policía Nacional fueron acribillados desde un vehículo en marcha tipo camioneta, color negro.
Las víctimas fueron identificadas como el inspector de Policía Rosel Armando Nájera Hernández y el subcomisario Dorian Sobalvarro Bueso.
El hecho sangriento se registró a eso de las 6:00 PM de ayer en el bulevar Fuerzas Armadas, cerca de la colonia San Ángel, frente a las instalaciones del Centro Evangelístico Asambleas de Dios (CEAD).
Los nombres de ambos constan en el listado de oficiales separados que EL HERALDO
publicó en exclusiva en noviembre de 2011.
Este listado se reveló días después de que estallara la crisis policial, producto de la existencia de carteles policiales dedicados al sicariato, narcotráfico, extorsiones, secuestros y asaltos a mano armada.
En el caso de Nájera Hernández, a finales de 2010 fue acusado por el Ministerio Público por los delitos de robo y secuestro.
Según el requerimiento fiscal, tanto Nájera como dos agentes motorizados asignados al distrito policial de La Granja (donde operaba el Cartel deLa Granja), secuestraron a una pareja que departía en un restaurante cercano a la Fuerza Aérea.
Según la Policía, estos policías los habrían llevado a bordo del carro de las víctimas para retirar fuertes sumas de dinero de los cajeros bancarios. En audiencia de declaración de imputado, el Juzgado les dictó medida de detención judicial, remitiéndolos en depósito a la Jefatura Metropolitana No. 1, ubicada en el barrio Los Dolores.
Este crimen llama poderosamente la atención porque se da en medio del clamor de la población para que se depure la Policía. Tras el asesinato de dos jóvenes universitarios, el 22 de octubre de 2011, algunos exjefes policiales han comenzado a desfilar por los tribunales de justicia.
Además, hay avanzadas investigaciones sobre la participación de policías y oficiales en actividades del sicariato y narcotráfico.
EL HERALDO
supo anoche que Dorian Sobalvarro era investigado por enriquecimiento ilícito. Fungió en el distrito policial 7 de la colonia San Francisco.
En este caso particular se supo que los investigadores intentaban determinar si era cierta o no la información de que el oficial era propietario de una residencia ubicada en la colonia Villa Elena, valorada en cinco millones de lempiras. Además, se investiga si tenía en su haber al menos dos camionetas Prado, último modelo.
Aparentemente, en los últimos meses Sobalvarro se transportaba en una motocicleta, pero las autoridades investigaban si esto era en el afán de despistar u ocultar la existencia de bienes.
Ambos fueron acribillados anoche cuando se transportaban en un vehículo Mitsubishi Sportero, color blanco, sin placas. Inspecciones Oculares investigaba si el automotor pertenecía a Nájera Hernández.
En el lugar de la escena del crimen se encontraron alrededor de 40 casquillos de armas automáticas. Los criminales viajaban a bordo de una camioneta negra. Testigos afirman haber visto que tenía adornos en forma de llamas en las puertas.
