Sucesos

Incendio apocalíptico en penal de la región central de Honduras

Lista incluye a desaparecidos, que podrían haberse dado a la fuga o muerto calcinados. Identificación podría demorar entre dos y tres meses.

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15.02.2012

Los gritos de desesperación y los llamados de auxilio en la bartolina 6 producto de las llamas y el humo que los consumía fue el inicio de lo que parece ser un relato apocalíptico.

“Hágase justicia, aunque el mundo perezca” se lee una leyenda en la entrada al edificio de la Penitenciaría Nacional de Comayagua. Un par de metros hacia el interior se divisa la imagen de lo que podría interpretarse como la antesala al purgatorio. La imagen sencillamente era dantesco: cuerpos calcinados por doquier revelaban el infierno que vivieron centenares de privados de libertad en las últimas horas del pasado martes y las primeras de ayer miércoles.

Se trata de la tragedia que dejó como víctimas a un número aún no establecido de víctimas. Por un lado en horas de la tarde circuló una lista que daba cuenta de
377 reos entre muertos y desaparecidos.

Cabe destacar que el Comisionado Nacional de los Derechos Humanos, Ramón Custodio, daba cuenta en horas de la mañana de 356 reclusos que no dijeron presente
cuando se pasó lista. Esta misma cifra fue dada a conocer anoche por Héctor Iván Mejía, vocero de la secretaría de Seguridad. También se mencionó la presencia de dos mujeres que estaban de visita. Con estas dos féminas la cifra quedaría en 358 personas.

El inicio

Se supo que fue en el módulo seis donde se desató un voraz incendio que en término de minutos se extendió por casi todo el reclusorio. Eran aproximadamente las 10:45 de la noche del martes cuando los 105 privados de libertad que habitaban allí comenzaron a gritar desesperados con la esperanza de un auxilio que nunca llegó.

La misma situación enfrentaron los internos de los módulos 7, 8, 9 y 10, con la diferencia que estos tuvieron más tiempo para derribar los techos de cinc y madera, lo que permitió que muchos lograran salvar sus vidas al saltar por la parte de arriba.

Los bomberos fueron notificados de la conflagración a las 10:55 de la noche, por lo que se movilizaron los socorristas en carros cisternas y ambulancias, pero ya era demasiado tarde porque las llamas habían acabado con vidas de seres humanos que por diversas circunstancias habían perdido su libertad.

Los pocos que lograron salir de estos pabellones, sufrieron heridas al rozar en las láminas de cinc, fracturas al caer desde los techos y quemaduras porque fueron alcanzados por voraces llamas.

+ Hospitales saturados de quemados y heridos

Los policías penitenciarios procedieron a evacuar a los internos y los ubicaron frente al complejo penitenciario. Mientras tanto, soldados de la Escuela de Aviación de las Fuerzas Armadas se movilizaron para apoyar en las actividades de seguridad.
Paramédicos de la Cruz Roja y del Cuerpo de Bomberos procedieron a brindarles los primeros auxilios a los afectados y los trasladaron al hospital Santa Teresa de la cabecera departamental a recibir la asistencia médica oportuna.

Las autoridades penitenciarias confirmaron que un total de 36 presidiarios fueron movilizados hacia el centro asistencial, en donde los médicos determinaron remitir a nueve al hospital Escuela debido a su estado de gravedad.

EL HERALDO
estuvo presente en el lugar desde altas horas de la madrugada con el fin de llevar a sus lectores todos los detalles de lo acontecido. Igualmente este rotativo fue el primero en mantener información actualizada a través de su portal www.elheraldo.hn

Tras el lamentable incidente, centenares de familiares de los privados de libertad se apostaron en la entrada principal
de la granja penal para constatar si sus parientes aparecían en la lista de sobrevivientes o de las víctimas mortales.

El ministro de Seguridad, Pompeyo Bonilla, llegó al centro penal ya al amanecer, lo mismo que el actualmente suspendido titular de la Dirección de Servicios Especiales Preventivos (DNSEP), comisionado Danilo Orellana,
para informarse de cerca sobre la tragedia.

Desde el edificio penitenciario se podía escuchar el llanto desgarrador de madres y compañeras de hogar e hijos
de privados de libertad, quienes ante la noticia de la gran cantidad de víctimas, hasta perdieron la esperanza de que estuvieran con vida.

Mientras tanto, uniformados entraban y salían del recinto convencidos de que “es una gran cantidad de muertos que todavía no sabemos cuántos son”.

Preliminarmente, Orellana manifestó que eran 256 fallecidos, 36 heridos y 475 ilesos, después que un oficial pasó la lista a los reclusos.

+ LISTA DE SOBREVIVIENTES

Después se confirmó que los faltantes eran 377 privados de libertad, aunque no descartaron que algunos se hubiesen escapado aprovechándose de la premura de los uniformados.

Entre las víctimas se identificó a Jaime Rogelio Willian, sub coordinador de los privados de libertad, quien murió junto a una mujer de nombre Katya Gissel Figueroa, quien se encontraba de visita conyugal, según reveló una fuente policial.

También pereció el coordinador general de reos de la Penitenciaría, Fredy Castellanos, así como otra mujer de quien hasta ayer se desconocía su identidad.


Dolientes también confirmaron el deceso de Mario Guevara Turcios (45), Óscar Adán Soto (41) Santiago Cabrera (40) José de Jesús Pereira Canales (57), Óscar Antonio Romero Amaya (35), Samuel León Cordón (40), Adalberto Cáceres (25), Cristian Cáceres (18), Edis Varela Ramírez (28), Wilmer Antonio Ochoa (30) y Ángel López Guerra.

Las autoridades competentes comenzaron a las 10:00 de la mañana a realizar los levantamientos de los cadáveres, los que anoche serían trasladados a la morgue capitalina para realizarles las respectivas autopsias.

Ya en horas de la tarde se publicó un listado que, supuestamente, proporcionó la gobernadora política de Comayagua, el cual fue desautorizado por el ministro Pompeyo Bonilla.

+ LISTA DE FALLECIDOS

En torno a la tragedia los sobrevivientes manejan relatos diferentes, algunos aseguran que vieron morir a sus compañeros agarrados de los barrotes pidiendo auxilio a los guardias penitenciarios y sin que les prestaran auxilio y otros en su intento por saltar de los techos.

“Rompimos las láminas para poder salir, en el salto nos fracturamos”, expresó Mario Alejandro Tórrez.

En torno al origen del incendio se manejan dos hipótesis, una es que pudo haber sido por un cortocircuito, según confirmó el portavoz de la Secretaría de Seguridad, Héctor Iván Mejía Velásquez.

La Policía también manejó la versión de que un privado de libertad le prendió fuego a un colchón y les manifestó a los compañeros que “aquí todos nos vamos a morir”, lo cual está en proceso de investigación.

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