Sucesos

Sin servicio de buses en la Quezada ante dantesco doble crimen

A la terminal de buses de la colonia Arturo Quezada no llegó ninguna de las unidades que cubre la ruta Quezada-Centro, tras los hechos ocurridos el jueves cuando asesinaron a un motorista y un pandillero

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14.03.2020

TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Desolada lució el pasado viernes la calle principal de la colonia Arturo Quezada de Comayagüela, después del doble crimen ocurrido la mañana del jueves en la terminal de buses urbanos, más conocidos como rapiditos.

La zona comercial caracterizada por el ajetreo de vendedores, compradores y el molote causado por las unidades del transporte público, se vio vacía ante su ausencia, ya que ayer no prestaron el servicio.

La no presencia se debió por el temor a represalias de la pandilla a la que pertenecía el jovencito Brandon Stuart Lezama Sánchez, de 18 años de edad, quien fue asesinado por los mismos operarios de autobuses en venganza porque este le quitó la vida al motorista Howard Bonifacio Merlo Flores.

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Los dueños de los negocios se levantaron temprano para limpiar la sangre de los dos crímenes. Foto: Estalin Irías/ EL HERALDO

Los dueños de los negocios se levantaron temprano para limpiar la sangre de los dos crímenes. Foto: Estalin Irías/ EL HERALDO


En mototaxis o caminando

Los pobladores de las colonias Arturo Quezada, Australia, Nueva Galilea, entre otras, tuvieron que utilizar otros medios alternativos de transporte, como mototaxis, para abordar buses de otras rutas que los llevaran a sus destinos, principalmente al centro de la ciudad.

Muchas personas se vieron caminando por la calle del comercio de la Arturo Quezada hasta el anillo periférico, para llegar a la terminal de buses de la ruta San Francisco-Centro; una de las opciones para salir de ese sector de la capital.

De manera escueta algunos colonos manifestaron que “no hay buses y no sabemos hasta cuándo funcionarán otra vez”, dijo a EL HERALDO, una de las féminas que con sombrilla en mano caminaba para tomar un transporte en otro sitio.

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Lavaron los vestigios de la riña

Los propietarios de pulperías y pequeños negocios de venta de golosinas, aprovecharon la mañana para borrar las huellas de la sangre dejada producto de las dos muertes violentas ocurridas ayer en cuestión de minutos, en la Arturo Quezada.

Con baldes de agua y con escobas, poco a poco fueron removiendo la sangre que quedó regada varios metros a la redonda de donde fue atacado Howard Merlo. Asimismo, las cenizas que quedaron en medio de la calle, donde fue incinerado el cuerpo y la motocicleta de Brandon Lezama, el presunto integrante de la pandilla 18.

Todavía el 13 de marzo se pudo observar cómo muchos jóvenes, motoristas de mototaxis, contemplaban en sus celulares las violentas imágenes que dejó la golpiza y posterior muerte de Brandon Stuart, el homicida in fraganti del conductor de la unidad 102 de la ruta Quezada-Centro.

Algunos pobladores tuvieron que caminar varias cuadras para tomar buses en zonas aledañas.Foto: Estalin Irías/ EL HERALDO


Cuál habría sido el motivo

Sin que las autoridades de investigación se pronunciaran ante los hechos ocurridos después de las 7:15 de la mañana del jueves, en la colonia Arturo Quezada y debido a la dinámica del primer crimen, hace presumir que la muerte de Merlo Flores fue un ataque ordenado por alguna pandilla.

El cobro de extorsiones por parte de la pandilla 18, Mara Salvatrucha, entre otros grupos delictivos, tiene de rodillas al rubro de transporte, denuncia realizada casi a diario por transportistas.

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Los dos cuerpos fueron ingresados simultáneamente a la morgue del Ministerio Público, en la capital y antes de las 7:00 de la noche del jueves fueron entregados a sus respectivos parientes.

El jovencito de 18 años, Brandon Stuart, fue llevado para el municipio de San Lucas, en el departamento de El Paraíso, de donde es originario uno de sus progenitores. En cambio, los restos mortales de Howard Bonifacio fueron sepultados ayer en un cementerio de la capital, al que no hubo acceso de la prensa.

Los pobladores de la Arturo Quezada temen que hechos similares se repitan, en represalia a la muerte del presunto antisocial.

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