TEGUCIGALPA, HONDURAS.-Una historia de terror que se repite una y otra vez en el país la volvió a vivir una familia capitalina, derivada del asedio criminal de las maras y las pandillas en las zonas más desposeídas de esta ciudad.
Ocurrió en la periférica colonia Japón, al noreste de la capital. Sujetos fuertemente armados, portando armas tipo fusil, ingresaron por la fuerza a una humilde vivienda propiedad de la señora Blanca Azucena Sánchez Casaleno.
En el interior de la casa estaba la señora de 44 años, la madre de esta, sus dos hijos y un nieto, estos últimos menores de edad.
Después de tirar la puerta a punta de patadas, los sicarios se introdujeron en la casa y llegaron hasta los dormitorios.
Al ubicar a doña Blanca Sánchez y a sus hijos comenzaron a dispararles, impactando la mayor parte de los proyectiles en la madre de familia.
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Ráfagas de disparos
El suceso se perpetró alrededor de las 2:30 de la mañana, del miércoles. En medio de la oscuridad de la madrugada las ráfagas de disparos se escucharon por toda la zona, cuestión que alarmó a los vecinos de la colonia Japón y a los barrios cercanos de El Picachito y El Bosque.
El cuerpo de doña Blanca quedó dentro del inmueble mientras que sus dos hijos, un niño de 13 años y su hermana de 14 años de edad, respectivamente, fueron trasladados en una patrulla de la Policía Nacional, hasta la emergencia del Hospital Materno Infantil.
Los dos adolescentes recibieron varios impactos de bala y hasta ayer su estado de salud era delicado, se conoció.
Personal de Medicina Forense y de Inspecciones Oculares de la Dirección Policial de Investigaciones (DPI) llegaron a la escena del crimen para realizar el levantamiento del cadáver y recabar todas las evidencias dejadas en el lugar que les permitan dar con los responsables.
Les pidieron su vivienda
Información en poder de las autoridades de investigación señala que doña Blanca Sánchez había sido amenazada a muerte por pandilleros que dominan en esa zona de la ciudad, para que abandonara su vivienda y de no ser así los matarían a todos.
La advertencia de muerte se habría dado hace una semana, pero debido a la dificultad para encontrar otro lugar donde poder vivir junto a sus hijos, la infortunada mujer no logró salirse a tiempo de su casa y evitar la agresión.
Sin importar el acto criminal que habían cometido, ayer en horas de la mañana los mismos mareros que asesinaron a la mujer fueron a terminar de sacar de la vivienda a los familiares que habían quedado en ella, sin que nadie los pudiera auxiliar.
El cuerpo de Blanca Sánchez fue ingresado a la morgue del Ministerio Público a eso de las 4:30 de la mañana, pero hasta ayer no había podido ser retirado por sus parientes. Ella era originaria de San Francisco de Becerra, Olancho. La Policía Nacional capturó en el Hospital Materno Infantil a dos menores que estarían involucrados en el crimen; uno de ellos recibió un disparo en una pierna producto de la balacera.
