Sucesos

'Frené y quise capeármelo, pero fue difícil”, conductor de furgón tras accidente en Zambrano

El brutal encontronazo en la CA-5 deja como saldo tres personas fallecidas, entre ellas, un oficial de la Policía

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12.12.2019

ZAMBRANO, HONDURAS.-“Mire hermano, yo vengo bajando ya vacío porque acababa de descargar lo que traía en Amarateca, por el desvío al Hospital Santa Rosita y cuando menos acuerdo miro que aparece ese carro, descontrolado, ya en el carril mío”, narró a EL HERALDO Santos Martín Pineda Sosa.

El hombre de 44 años conducía el camión tipo furgón con el que se estrelló el vehículo pick-up en el que viajaban cuatro miembros de una misma familia; tres de ellos fallecieron.

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El accidente con saldo fatal tuvo lugar en el kilómetro 41 de la carretera CA-5, hacia el norte del país, donde la vía hace una curva pronunciada que denota algún peligro si no se tiene la precaución debida.

Santos Martín tenía escasos 20 minutos de haber salido del plantel de una empresa ubicada en el valle de Amarateca, donde entregó un cargamento de películas de polipropileno proveniente de la aduana portuaria de Puerto Cortés.

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“Cuando yo lo veo, de inmediato frené y quise capeármelo pero fue difícil”, siguió contando el motorista.

De acuerdo con la versión relatada por Pineda Sosa, el automotor marca Nissan Frontier, con placas HAB 9732, en el que viajaba la familia Aguilera Matute, venía en el carril izquierdo procedente del norte del país e invadió la vía en la que él se desplazaba en dirección contraria, o sea, de sur a norte.

El carro tipo pick-up impactó de frente violentamente contra el furgón, provocando que el vehículo más pequeño diera vueltas sobre su eje y quedara en sentido contrario a su original dirección.

Foto: El Heraldo

Las tres víctimas

En el Nissan Frontier viajaban el comisionado de Policía en condición de retiro Carlos Roberto Aguilera Mendoza (60); la esposa de este, Santa Isabel Matute (45); el hijo de ambos, Carlos Roberto Aguilera Matute (17) y la sobrina de Aguilera Mendoza, Valentina Mejía Yllescas (19).

Los cuatro miembros de esta familia habían salido desde temprano del municipio de Morazán, Yoro, con el objetivo de llegar con antelación a la sede de la Academia Nacional de Policía (Anapo), en la aldea de Támara, donde sería investido como subinspector de Policía un hijo de la pareja.

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Tres de los ocupantes del pick-up salieron despedidos abruptamente, mientras que el exoficial quedó atrapado entre el hierro retorcido de su automotor. Al impactar contra el pavimento, expiraron casi al instante la señora Santa Matute y su hijo Carlos Roberto, entre tanto, Valentina Mejía, aunque con heridas de consideración, fue la única de la familia que logró sobrevivir y fue trasladada minutos después en una ambulancia al Hospital Escuela.

Las autoridades policiales no pudieron especificar quién conducía el automotor.

Rogaron por su descanso eterno

Santos Pineda compartió que ayer había salido a la 1:00 de la mañana de Puerto Cortés y que a las 10:30 de la mañana ya habían descargado todo el producto que se le había encomendado entregar en Amarateca.

El oriundo de la aldea La Trinidad, en el municipio de Santa Rita, Yoro, contó que “tengo 18 años de conducir y nunca me había pasado algo así”.

Debido al aparatoso accidente, ambas vías fueron cerradas por agentes policiales para evitar que los vehículos que circulaban por la zona pasaran por encima de los cadáveres.

Esto provocó un estancamiento vehicular que cubría al menos seis kilómetros de la carretera entre un lado y otro, desde el punto de la colisión.

Esta situación de inmovilización permitió que decenas de personas se bajaran de sus vehículos para saber qué era lo que estaba pasando.

Una de ellas fue el sacerdote Michel Boniface. El religioso de origen belga bajó del autobús en el que venía de San Pedro Sula hacia la capital y al enterarse que habían tres personas muertas, no dudó en hacer lo que creyó pertinente.

Con su sotana, una Biblia en su mano y un pequeño recipiente con aceite bendito, cruzó a pie por en medio de decenas de curiosos, no sin antes pedir permiso para cruzar la cinta de precaución que tenían puesta para delimitar la escena del accidente. “Estoy en el bus, cuando pregunté que estaba pasando, me dicen que hay un accidente y bajé para ver qué había; sí vi accidentes antes, pero algo similar no”, expresó el sacerdote.

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Sin mucho preámbulo se dirigió a las víctimas y rogó por el eterno descanso de sus almas. Los cuerpos de las tres víctimas fueron llevados a Medicina Forense y hoy podrían ser sepultados en su natal Morazán, Yoro. Valentina se recupera en el Hospital Escuela.

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