Sucesos

Sin poder verlos, los familiares despidieron a sus muertos, víctimas del naufragio en La Mosquitia

Los fallecidos en el naufragio del buque pesquero Capitán Waly terminaron de ser sepultados con dolor

05.07.2019

TEGUCIGALPA, HONDURAS.- El rugido del mar esta vez fue de tristeza en la extensa laguna de Caratasca, Puerto Lempira, Gracias a Dios.

Las extensas aguas del Caribe hondureño elevaron una brisa tenue, como consolando a las madres, esposas e hijos que transportaban los restos de los fallecidos en el naufragio del miércoles anterior en las cercanías de cayo Gorda, Gracias a Dios.

Los familiares recibieron uno a uno los 27 cadáveres y los llevaron a sus comunidades de origen y lo único que pudieron hacer solo fue sepultarlos en medio de un ambiente impregnado de dolor.

Todos iban a bordo del buque pesquero Capitán Waly, que naufragó a las 2:00 de la madrugada del miércoles anterior en altamar. No hubo velas, café, rezos, recuerdos, historias para recordar y mucho menos una ceremonia digna, pues los cadáveres estaban casi putrefactos.

Algunas familias enterraron uno, otras a dos y algunas tuvieron que sepultar a ocho pescadores, quienes se marcharon con la ilusión de regresar con alimento a sus hogares.

En medio del inhóspito departamento, donde carecen de medios de transporte y servicios básicos como alumbrado eléctrico permanente, solo se escuchaban los llantos desgarradores de las mujeres misquitas, quienes quedaron desamparadas.

Durante toda la noche, efectivos de las Fuerzas Armadas (FF AA) trabajaron en entregar los cadáveres, luego que personal de la Dirección General de Medicina Forense (DGMF) realizara el proceso de identificación de los cuerpos.

EL HERALDO conoció que la DGMF hizo oficial una lista de 26 fallecidos identificados, sin embargo, el cadáver del capitán del barco, Austin Elvis Haylock, no fue certificado debido a que los familiares lo rescataron antes en altamar para darle cristiana sepultura.

Desde que se anunció la tragedia se comenzaron a realizar las fosas donde serían enterrados los malogrados misquitos.

En la oscuridad de la noche se miraba a hombres con los cajones en hombros y decenas de personas atrás, siguiéndolos para darles el último adiós.

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Doloroso
“No los pudimos ver, estaban en estado de descomposición, qué doloroso, nos quedamos solas”, expresó una desconsolada esposa.

Fuentes de EL HERALDO confirmaron que una de las patrulleras de la Fuerza Naval de Honduras (FNH) rescató los cuerpos y cuando los llevaba se le dañó un motor. Debido a esto tuvieron que desplazar pequeñas lanchas para hacer el transbordo de los cuerpos de forma rápida, porque ya estaban en estado avanzado de descomposición.

Unos palos rollizos se atravesaron entre los agujeros hechos en la tierra y con unos mecates los sujetaban para hacerlos bajar al fondo.

Toda la gente quería verlos por última vez, pero no pudieron, solo les hicieron algunos pequeños rituales de despedida.

Según autoridades de la zona, las víctimas eran de las comunidades de Kaukira, Palkaka, Tansing, Belén, Puerto Lempira y otras de Gracias a Dios.

También hubo víctimas de La Ceiba, Atlántida, y una persona más que era originaria de Nicaragua y que también laboraba en las actividades de pesca todos los años. A las familias no les quedó más consuelo que aferrarse a los ataúdes y lamentar la tragedia que nadie se esperaba.

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En el cementerio de Puerto Lempira fueron sepultados cerca de unos cuatro cadáveres y un ciudadano de Waspam, Nicaragua. Sus familiares llegaron a reconocerlo, pero debido al estado del cuerpo decidieron que fuera sepultado en Puerto Lempira, ya que no podían trasladarlo hasta su país de origen.

Una integrante de la Plataforma de Rescate identificada como Mirna aseguró que la mayoría de las víctimas fueron de Kaukira, comunidad ubicada a 40 minutos de Puerto Lempira, al otro lado de la laguna de Caratasca.

Manifestó que en este momento lo urgente es tener calma y llevar apoyo a las familias que han quedado desamparadas.

Después de una titánica labor, la entrega y entierro de los cadáveres terminó a eso de las 11:00 de la mañana de ayer, pero el manto de dolor quedó cicatrizado en las familias dolientes.

Rina Korietza Mejía, gobernadora departamental de Gracias a Dios, en entrevista con EL HERALDO, informó que los 27 cadáveres se lograron entregar hasta la mañana de este viernes.

Hubo un problema porque de tres personas fallecidas no aparecían sus familiares, pero a última hora llegaron y se pudieron dar.

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Indicó que las 55 personas que sobrevivieron también fueron enviadas a sus lugares de origen para que se recuperen después del percance. La funcionaria detalló que todo el proceso de atención no ha sido fácil debido a las condiciones geográficas del lejano departamento.

En los traslados apoyaron embarcaciones pesqueras de la FNH, aeronaves de la Fuerza Aérea Hondureña (FAH) y carros particulares.

“El escenario de esto no es fácil, tenemos que ir en una lancha, pasarnos a otra, aquí hay lagunas, mar y el costo logístico es sumamente caro”, precisó la funcionaria.

Aseguró que aparte de ataúdes a las familias se les dio alimentos y una bonificación económica y han recibido asistencia médica y psicológica. Hasta el momento, la Dirección General de la Marina Mercante (DGMM) no tiene establecido con claridad cuáles fueron las causas del fatal accidente.

Juan Carlos Rivera García, titular de la DGMM, precisó que “es demasiado temprano para dar una razón específica, hay muchas razones que han influido para que este trágico hecho se dé, una de ellas es el sobrepeso de la embarcación”.