Un oficial de rango subinspector y su compañero clase I de Policía realizaban un recorrido por el barrio Santa Emilia cuando, de repente, observaron un carro color negro con placas HJA 8928 en el que estaban varias personas, entre ellas el agente policial Arlen Gerardo Hernández.
El policía Hernández estaba bajando una caja de cartón y subiéndola a la patrulla con registro número PN-558, asignada a la Unidad Departamental de Policía (UDEP) No. 14 , en el departamento de Ocotepeque.
El subinspector le preguntó al policía Arlen Hernández qué era lo que llevaba en la caja, a lo que él respondió que repuestos de un vehículo.
Al abrir la caja, el oficial vio que iban dos discos de frenos para carro, pero junto a ellos una AK-47, con serie 1573K6285.
De inmediato el agente Hernández fue requerido por sus colegas, asimismo dos policías más que lo acompañaban y que están asignados a la Jefatura Municipal de Policía de Lucerna, Ocotepeque.
Sin embargo, estos dos últimos fueron dejados en libertad horas después. La Secretaría de Seguridad expresó mediante un comunicado que el funcionario policial ya fue suspendido de su cargo.
El miércoles, y como parte del seguimiento a este caso, la policía detuvo a dos ciudadanos de origen colombiano de 22 y 48 años. Ambos son nacionalizados hondureños.
Igualmente se detuvo para efectos de investigación a otras cuatro personas de 30, 20, 25 y 18 años de edad. El primero de ellos es un expolicía, originario de Morazán, Yoro. Las autoridades, nuevamente, no proporcionaron los nombres.
