Los crímenes violentos no solo han dejado luto en las familias hondureñas, si no que también están afectando a la niñez.
En las muertes múltiples que se han registrado en los primeros meses de 2018, al menos tres niños menores de 10 años fueron víctimas de la violencia, otros tres más -de entre 15 y 17 años- murieron también en masacres.
Mientras que una bebé y un menor de 7 años sobrevivieron al quedar en medio del fuego cruzado.
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Los casos más recientes
28 de enero. Renata Hernández (10), junto con su madre y su hermana fueron asesinadas en la humilde casa en la que dormían en El Porvenir, Francisco Morazán. En el suceso sobrevivió una bebé hija de la hermana de Renata.
2 de febrero. Un menor de siete años sobrevivió de milagro a un tiroteo en el que murió su papá. Iba dentro del vehículo que fue atacada y donde murieron dos hombres y una mujer. Esto sucedió en Siguatepeque.
17 de febrero. Un menor de 15 años murió junto a tres hombres al ser bajados de su automóvil y luego recibir varios impactos de bala. El crimen ocurrió en Cofradía, Cortés.
24 de febrero. En la carretera hacia Culmí, Olancho, una familia fua atacada a disparos en la paila de un pick up en la que viajaban con una persona en silla de ruedas. Entre las víctimas hubo un menor de 17 años y su abuela de 75.
22 de abril. Los pequeños José Alberto Vásquez Cárcamo (5) y Karla Sofía Muñoz Martínez (6) fueron asesinados junto a dos mujeres cuando desconocidos llegaron a la pulpería y los atacaron con machetes y palos. El horrendo crimen ocurrió en Trojes, El Paraíso.
2 de junio. Denis Alexander Suárez Espinal (16) fue otra de la víctimas de masacres en Amarateca, Francisco Morazán. Junto a dos hombres realizaban trabajos de albañilería cuando fueron asesinados, luego les prendieron fuego dentro de la casa que construían.
Hasta la fecha 19 asesinatos múltiples han ocurrido, uno en enero, siete en febrero, dos en marzo, uno en abril, cinco en mayo y tres en los primeros 10 días de junio.
Los crímenes que han sido repudiados por los hondureños se suman a las muertes violentos de otros niños en circunstancias similares. Según el Observatorio de la Violencia en promedio dos niños mueren en Honduras a causa de este flajelo.
