Sucesos

'Si yo muero, te encargás de los cipotes”, dijo mujer a su esposo días antes de ser asesinada

Madre e hijo fueron encontrados muertos, envueltos en plásticos color negro, en el anillo periférico

FOTOGALERÍA
23.11.2017

Tegucigalpa, Honduras
Un padre de familia no pudo contener el llanto luego de que un empleado de Medicina Forense le mostrara un patrón fotográfico que revelaba los rostros de su esposa y su hijastro.

Don Juan Carlos Hernández llegó hasta la oficina médico legal en la capital con un hálito de esperanza de no encontrar a sus parientes desaparecidos.

Resulta que su esposa y su hijastro desaparecieron la noche del miércoles de la colonia Brisas de Olancho, donde fueron raptados por un sujeto en una de las calles de la conflictiva colonia de Comayagüela.

“Yo ya estaba acostado, cuando de repente venía llorando la hija mía diciendo que habían agarrado a ‘Tavo’ y a ella también (su esposa)”, contó don Juan Carlos.

Al parecer, su hijastro, de nombre José Gustavo Reyes Cruz, y su esposa, Glenis Yolanda Cruz Herrera, fueron raptados por un sujeto vestido de negro y con la cara cubierta con un pasamontañas a eso de las 9:30 de la noche.

Desde ese momento, la angustia y la histeria se apoderó de la familia al enterarse de lo ocurrido y de no saber por qué motivo sus familiares habían sido privados de su libertad.

Estaban estrangulados
A las 7:25 de la mañana, la Policía Nacional recibió la alerta de la aparente existencia de dos cuerpos humanos a la orilla del anillo periférico, muy cerca del fallido proyecto habitacional Ciudad del Ángel. Al llegar al lugar las autoridades constataron la información. Se trataba de un hombre y una mujer, estrangulados con cables y pedazos de madera (torniquetes).

Aunque a Medicina Forense fueron ingresados como desconocidos, rápidamente su identidad fue confirmada. Sí, se trataba de madre e hijo, raptados la noche del miércoles en la colonia Brisas de Olancho.

Compungido tras conocer la trágica noticia, don Juan Carlos relató que “ella había salido a comprarme un pollo y tortillas para aliñarme la comida del siguiente día, y ahí estaba el pollo que me había comprado”.

En medio del diálogo con EL HERALDO, don Juan Carlos recibió una llamada del extranjero, al otro lado del teléfono estaba uno de los hijos mayores (hijastro) de Glenis, quien gritaba y lloraba fuertemente al enterarse del deceso de su madre y hermano.

“Si yo muriera un día, te encargas de los cipotes, me dijo ella hace unos días”, reveló don Juan Carlos Hernández. Según comentó, ella se dedicaba solamente a las labores del hogar y a cuidar a los niños. Procrearon tres hijos entre ambos: dos niñas, una de 17 y otra de 11 años, además, un menor de tan solo diez meses de nacido.

Aseguró que no habían recibido amenazas, pero sí que algunos vecinos le tenían envidia a su esposa.