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Desgarrador último adiós a maestro del Instituto Técnico Honduras (ITH): 'Profe, feliz viaje, que papito Dios me lo cuide”

El triste adiós al maestro Mario Morazán se dio ayer en la capital de la República ante la presencia de sus familiares, exalumnos y compañeros

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21.09.2017

Tegucigalpa, Honduras
“Hasta pronto, profesor Morazán, te extrañaremos. El ITH jamás volverá a ser igual sin ti. Yo no puedo decir que eras un excelente maestro porque nunca me diste clases, pero sí puedo decir que eras un excelente amigo, atentamente Mirian”.

Así de desgarradores eran los tantos mensajes escritos en hojas de papel bond que fueron colgados en los dos portones de acceso al Instituto Técnico Honduras (ITH) en memoria del extinto maestro Mario Alberto Morazán Ramírez.

El profesor de generaciones fue ultimado a disparos el miércoles, justo en el lugar donde el jueves al menos un centenar de estudiantes de ese colegio se apostaron para recordar al que consideraban no solo un consejero, sino también un amigo.

“Hoy, ‘profe’, le deseo un feliz viaje, que papito Dios me lo cuide y me lo proteja mucho. ¿Quién me va a regañar, quién me va a llamar la atención?, hoy, ‘profe’, lo voy a extrañar mucho, feliz viaje, ‘profe’, lo queremos mucho”, decía la sentida leyenda con las iniciales M. A. M.

Las muestras de pesar eran innumerables por parte de los estudiantes de las distintas carreras del ITH para con el maestro que les enseñó, según ellos, a ser buenas personas, con dureza, pero es algo que le agradecerán toda su vida.

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Regaños fundamentados
“Él era muy disciplinado y se interesaba en el bienestar de los alumnos y en la forma en que nos comportábamos en el colegio, los regaños eran porque a veces veníamos con el uniforme no muy correcto, pero se llevaba muy bien con nosotros”, recordó Odalys Aguilar, alumna del tercer año de electrónica del ITH.

Mensajes expresando su cariño al maestro Morazán fueron pegados por los estudiantes en los portones de acceso al ITH. Fotos Mario Urrutia/EL HERALDO

Bryan Aguilera, estudiante del último año de informática, rememoró que “era muy comprensivo, siempre aconsejaba a los alumnos, cada vez que él regañaba a un alumno era por algo justo, él demostraba en su regaño que lo que quería era el bien para cada alumno”.

Este, como muchos otros testimonios fueron contados por los estudiantes del Técnico Honduras que vieron en el ahora fallecido profesor Morazán a un segundo padre.

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Lo despidió una multitud
Los restos mortales del catedrático Mario Morazán fueron velados el jueves en la iglesia católica San Pedro Apóstol de la colonia Bella Oriente de la capital.

A dicho templo católico se hicieron presentes al menos 200 docentes, quienes compartieron en algún momento etapas de la vida de Morazán Ramírez, y los recuerdos no se hicieron esperar.

“Mario Morazán, antes que todo, era un amigo, pero además de eso era un jefe de consejeros, de aquellos que, sin menoscabar la labor que hacen otros, él era un consejero de estudiantes, hablaba con los estudiantes, los estudiantes le temían, pero lo querían”, expresó Nelson Cálix, director del ITH.

“Era un espectáculo cuando perdía el Real Madrid o el Olimpia, todos se reunían en la puerta a esperarlo para burlarse de él, porque él se burlaba de ellos cuando perdían sus equipos, ¡era impresionante!”, relató Cálix.

“El cariño era tal para Morazán que cuando los estudiantes se graduaban y tenían su título pasaban por donde estaba él, diciéndole: Mire, profe, me gradué, o sea, me hice profesional”, recordó Cálix.

Hernán Fuentes, director del Instituto Polivalente Saúl Zelaya Jiménez de la capital, comentó que “éramos buenos amigos con Morazán, nos da mucho pesar que haya pasado esto con él, deja un vacío porque era un buen elemento, un buen compañero”.

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Prueba del aprecio
Con el grito al unísono de “¡Morazán, Morazán, Morazán!” un grupo de estudiantes del Instituto Técnico Honduras, vestidos de negro, llegaron al templo católico San Pedro Apóstol a ver por última vez al respetado maestro.

En un acto de reverencia, cada alumno presente pasó frente al féretro para despedirse del que fue su consejero durante muchos años.

El santuario lució abarrotado por cientos de personas entre familiares, amigos, compañeros de trabajo y estudiantes que respetaron y admiraron al catedrático, víctima de la delincuencia.

El profesor Mario Morazán tenía 34 años de laborar, 30 de ellos solo en el Técnico Honduras.

Situación crítica
“La situación de inseguridad está en todos lados y cualquier cosa puede pasar en los colegios, es importante que la Secretaría de Educación trate de apoyarnos más con seguridad”, solicitó Hernán Fuentes, director del Saúl Zelaya Jiménez.

“Nosotros hemos estado solicitando en el colegio guardias de seguridad internos y no nos han nombrado, que esta situación que pasó en el Técnico Honduras sirva para que nos den la seguridad que necesitamos”, dijo Fuentes.

Daniel Esponda, maestro del ITH y dirigente magisterial, es del criterio de que “desde el gobierno de Marlon Escoto (ministro de Educación) suspendió los fondos de la matrícula gratis que permitían la contratación de vigilantes en los centros educativos”.

El dirigente aseguró que en la actualidad no pueden siquiera contratar seguridad con aportaciones de los padres de familia porque también se les prohibió mediante un decreto aprobado por el mismo Escoto.

Un hasta pronto
Y el momento de la partida sin retorno llegó, alrededor de las 3:30 de la tarde el cortejo fúnebre salió de la iglesia en la colonia Bella Oriente con dirección al Campo Santo Jardines de Paz Suyapa donde serían sepultados los restos mortales de Mario Morazán.

A su llegada al cementerio fue recibido con aplausos de los que fueron sus alumnos y también de maestros presentes en el lugar.

Desde la entrada al cementerio fue cargado en hombros por sus exalumnos y familiares hasta llegar al nicho en el que finalmente sería sepultado.

Una corta prédica realizada por un religioso sirvió de preámbulo para finalmente depositar el cuerpo sin vida del maestro de generaciones, Morazán.