Tegucigalpa, Honduras
Tras ver frustrado el “sueño americano” regresó deportado al país. Con su llegada su padre tomó la decisión de que no siguiera viviendo en la colonia Rivera Hernández de San Pedro Sula.
Se trata de Denis Javier Osorto Laínez, de 23 años, quien junto a su hermano menor Santos Leopoldo Osorto Laínez, de 17 años, cambiaron de domicilio y se fueron a vivir a la aldea El Marillal, jurisdicción de Choluteca.
“Desde hace unos días los habían amenazado unos pandilleros de ahí (El Marillal), hace tres días uno de ellos fue a golpear a mi hijo Javier”, aseveró el padre de los dos jóvenes, Santos Osorto.
“Javier estuvo 15 días en Estados Unidos, pero rápido lo agarraron y lo deportaron, cuando llegó yo los mandé con su otro hermano para el sur porque las cosas en la Rivera Hernández están peligrosas”, comentó don Santos.
Con la intención de que sus dos hijos no se enrolaran en las pandillas que operan y controlan en la colonia Rivera Hernández de San Pedro Sula, don Santos los envió “solo para que encontraran la muerte”, lamentó.
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Recién habían llegado
Denis Javier y Santos Leopoldo llegaron a vivir hace cuatro meses a la aldea El Marillal, donde residían junto a sus abuelos paternos.
El pasado martes desaparecieron de su casa a eso de las 4:00 PM cuando fueron raptados por varios sujetos y alrededor de las 11:00 de la noche del martes una ráfaga de disparos se escuchó en la quebrada conocida como El Cubero.
A la mañana siguiente, los pobladores de El Marillal encontraron a los dos jóvenes atados de manos y con múltiples disparos en el cuerpo.
El jueves fueron retirados los cuerpos de la Morgue del Ministerio Público, de la capital, donde su padre aseguró que no tenían problemas en la Rivera Hernández.
