Sucesos

Familiares le dieron el último adiós a la joven asesinada a martillazos por su pareja

Mónica Krissel Betancourt Ramírez perdió la vida de manera violenta el pasado domingo, frente a su hija de 4 años

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17.01.2017

Tegucigalpa, Honduras
La impotencia, el dolor y la nostalgia de la familia de Mónica Krissel Betancourt Ramírez inundó el velatorio que se realizó este martes en el barrio Guamilito de la capital de Honduras.

El lugar se convirtió en el amargo adiós que familiares, amistades y medios de comunicación dieron este martes a la joven quien perdió la vida de forma violenta a manos de su pareja.

Mónica sufrió una terrible muerte, luego que el pasado domingo por la noche, el padre de su hija de cuatro años la atacó sin compasión con una almádana (martillo) frente a la menor y salió de la habitación minutos después, sin inmutarse e ignorando el llanto de la menor.

El dolor de la familia de Mónica Betancourt en el entierro de la joven madre atacada a martillazos.
Alrededor del féretro, y previo a su entierro en el cementerio Amor Eterno de la colonia La Era, decenas de personas lamentaban el hecho y entre lágrimas y dolor pedían justicia para la víctima.

'No lo puedo creer, esto es demasiado, ¡Dios mío! ¿por qué a nosotros?', gritaban entre amargas lágrimas sus familiares.

Hasta el momento no se tiene información alguna del paradero del supuesto hechor, reconocido como Cristian Calixto Marcía Flores.

En cuanto a la menor, se informó que los abuelos maternos se harán cargo de su crianza.

Macabro crimen
Tras haber cometido el hecho y pese al llanto de la inocente menor, Marcía salió como si nada del cuarto en el que compartían juntos.

'Se lavó las manos, cerró la puerta de la habitación y dijo adiós', narró desconsolado uno de los hermanos de la infortunada joven.

De acuerdo con los familiares, 'él esperó que todos se acostaran para poder salir de la casa, tuvo problemas para abrir el portón principal, pero finalmente salió'.

'¡Papi! ¡papi! ¿Dónde estás?', gritaba la inocente, alrededor de las 9:50 de la noche, la abuelita se acercó a ver qué ocurría... Cuando su hermano la encontró, vivió el momento más horrendo de su vida... 'Estaba acostada, con una toalla en la cabeza (mi hermano) la levantó y se asustó al verla', narró amargamente su hermano.

Por la bulla de la niña, las alertas se dispararon, de manera ingenua, la familia pensó que su lamento se debía a la salida de su padre, sin imaginar el horrendo crimen que guardaban las cuatro paredes de aquel cuarto.