Campaña abierta

Gabinete de Gobierno del presidente Porfirio Lobo, politizado desde su primer día

Él sembró la semilla y ahora no haya qué hacer con tanto político en su gobierno.

El de Porfirio Lobo Sosa es, probablemente, uno de los gobiernos más politizados de los últimos tiempos a juzgar por la presencia numerosa de funcionarios que activan abiertamente en la campaña de las corrientes políticas del Partido Nacional y de otros partidos.

En este gobierno desfilaron los aspirantes presidenciales Óscar Álvarez, como ministro de Seguridad; Mario Canahuati, canciller, y Miguel Pastor, titular de la Secretaría de Obras Públicas, Transporte y Vivienda (Soptravi), que hoy están fuera, según sus adeptos, producto de la cacería política que desde hace meses pretende beneficiar la candidatura oficialista de Juan Orlando Hernández.

La administración Lobo Sosa tuvo su primera dosis política desde el momento mismo de la integración del Gobierno de la Unidad y de la Reconciliación Nacional, conformada por los excandidatos presidenciales de otros partidos que participaron en la pasada contienda electoral, desarrollada bajo un ambiente de crisis política.

Estos políticos que pasaron a formar parte del Gabinete fueron Felícito Ávila, de la Democracia Cristiana, nombrado como ministro del Trabajo.
Arturo Corrales, primero como titular de la Secretaría de Planificación y ahora canciller.

César Ham, de Unificación Democrática (UD), responsable del Instituto Nacional Agrario (INA). El Partido Liberal se hizo representar por los ministros Rigoberto Cuéllar, en Recursos Naturales, y Jacobo Regalado, en Agricultura y Ganadería.

Por su parte, Bernard Martínez representó hasta hace poco al Partido Innovación y Unidad (Pinu) en Cultura.

Con el transcurrir del tiempo y al acercarse la fecha de las elecciones primarias, los funcionarios nacionalistas, desde ministros hasta mandos intermedios, sin excluir a empleados de baja categoría, comenzaron a matricularse en diferentes corrientes, especialmente la oficialista que conduce Hernández, a través del movimiento Azules Unidos.

La inclinación por Hernández tiene su base en la poderosa influencia que el titular del Legislativo tiene en el gobierno de Lobo, del cual es su incondicional, que llega al punto, según sus rivales políticos, de “recomendar” el nombramiento de algunos de sus afines o “pedir” la separación de quienes no forman parte de su corriente.

La fiebre política que se ha apoderado de la administración Lobo Sosa ha provocado que el mismo gobernante exprese su preocupación y le pida a quienes coordinan campañas desde sus oficinas, que mejor se retiren del gobierno.

Esto pasó con Roberto Ordóñez, viceministro de Planificación, quien recientemente renunció porque coordina la campaña de Juan Orlando Hernández.

Otros que no han renunciado son Áfrico Madrid, coordinador de Alcaldes de Azules Unidos y Mario Pineda, coordinador de la oficina del candidato de Azules Unidos.

“Les pido a todos que no me enreden el gobierno en la campaña electoral, quiero insistir, después dicen que yo no he hablado... yo dije aquí desde el año pasado: todos los que se lancen a una candidatura presidencial y sus jefes de campaña que se agregaron deben retirarse del gabinete de gobierno”, afirmó Lobo.

Curiosamente, el discurso de Lobo contrasta con sus propios actos, ya que semanas atrás, permitió que un acto público de bono 10,000 se convirtiera en mitin político y en el escenario perfecto para la medición de fuerzas entre Óscar Álvarez y Jorge Zelaya.

Cosa curiosa ocurre con César Ham, titular del Instituto Nacional Agrario (INA) quien, pese a la campaña que hace a favor de su partido UD, sigue firme en el gobierno.

Aunque ha advertido que no será candidato presidencial, si coordina toda la campaña a nivel nacional. Pese a ello, sigue en su cargo. Lo mismo sucede con el democristiano Felícito Ávila, quien trabaja por una diputación por Francisco Morazán.

La mayor parte de funcionarios nacionalistas trabajan por la causa de Hernández: Áfrico Madrid, ministro del Interior; Carmen Rivera, viceministra del Interior; Mario Pineda, director de Pronaders.

Asimismo, Héctor Guillén, Finanzas; Pompeyo Bonilla, Seguridad; Edgardo Martínez, director del FHIS; Ramón Espinoza, ministro de Ciencia y Tecnología.

También Reynaldo Sánchez, secretario privado; Arturo Bendaña, ministro de Salud; Hilda Hernández, responsable de la cartera de Desarrollo Social; Lisandro Rosales, Copeco.

Otros funcionarios que activan para Hernández son Samuel Reyes, designado presidencial; David Chavéz (Infop); Trinidad Suazo, ICF; Jorge Lobo, Comisionado Presidencial.

A Ricardo Álvarez le han quedado pocos funcionarios en el gobierno de Lobo: Nelly Jerez, en Turismo; Danilo Alvarado, en el Sanaa; Juan
Carlos Álvarez, en Banhprovi; Mario Zelaya en el IHSS; Soledad Ramírez, comisionada presidencial.

A Miguel Pastor le “sobreviven” sus aliados Jonathán Laínez, viceministro de Serna; Javier Pastor, viceministro de Salud; Mariano Vásquez, vice de Soptravi y Darío Gámez en la ENP.