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Koki Allen: 'A mi muchacha de 26 años la fleché por la radio”

Futbolista, retratista y eterno reportero de las ligas burocráticas

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06.12.2019

TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Empedernido amante del fútbol burocrático, Koki encontró en la radio otra de sus grandes pasiones y a través de los micrófonos fue capaz de flechar a ese corazón que es 41 años menor que él.

“La conocí por la radio, ella era mi oyente y ya tenemos tres años juntos”, confiesa el locutor de Radio Moderna, que en su habitación de unos cuatro metros cuadrados mira de reojo a su amada Silvia; “a ella le encanta la música grupera”.

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No hay duda de que su historia de amor se tejió entre su voz y el oído de la progreseña nacida en Copán. “Yo pasaba llamando a la emisora para pedir canciones y después me salió enamorando; me enamoré de su voz. Yo desde bebé escuchaba la Moderna. No sé cómo se dieron las cosas, pero se dieron”, relata con voz tenue y entre risas la joven de 26 primaveras.

Las más de cuatro décadas de diferencia no fueron ningún impedimento para que Cupido diera sus frutos.

“Tuve tres parejas antes de Silvia. Me casé a los 18 años y por eso no pude lograr mi anhelo de jugar a nivel profesional”, cuenta el hombre de 67 años que ha sido el reportero por excelencia de las ligas burocráticas de la capital. Sin pago y por pura pasión, Koki Allen ha venido informando del fútbol amateur desde la década de los 80 en diferentes medios y espacios; “me ha tocado poner de mi dinero”.

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Oriundo de Tela y hermano del fallecido entrenador de fútbol Denis Allen, Koki abre a Tictac las puertas de su casa... y las puertas de su corazón...

Koki, cuéntenos de esos primeros años en Tela...

Mi infancia la viví entre los 50 y 60 en Tela, pero nos vinimos en el 67 para la capital. A mi hermano Denis y a mí desde que nacimos nos gustaba el fútbol. Yo era muy travieso y malo. Estábamos a dos cuadras de la playa y me bajaba las iguanas con una honda, y caían al río.

Usted se llama Jorge Alberto, pero todos lo conocen como Koki, ¿por qué?

Como era tremendo, me subía a los palos de coco, pero no sé cómo un día me descuidé y me cayó un coco seco en la cabeza, y me desmayé. Desde entonces solo por coquito me conocían y con el tiempo se quedó en Koki.

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Y siempre pegado a su hermano Denis, ¿verdad?

Claro. él y yo nos tirábamos del muelle al mar, éramos tremendos para nadar y le digo que hoy me puedo cruzar una piscina por bajo del agua. También me acuerdo que me creía el hijo de Tarzán, andaba con un puñal en la cintura y me vestía igual que él, ja, ja, ja... Era tanto el amor que estuvimos 18 años durmiendo juntos. Y hasta los 18 porque yo me casé, si no... ja, ja, ja...

Y amante del fútbol...

En las ligas burocráticas era el crack y siempre fui el capitán. Yo era el que jugaba mejor que todos. Estuve en juvenil y liga mayor de Necaxa con mi hermano y a él lo compró Olimpia por uniformes.

Estuve practicando seis meses en Motagua y otros seis en Olimpia, pero ya no podía porque me había casado y en una empresa me pagaban 300 lempiras, mientras que en esos equipos me iban a dar 25 o 50 lempiras.

O sea que eso del fútbol lo ha traído en la sangre...

Por supuesto. Toda la gente decía que yo era 10 veces mejor que Denis y mi hermano jugó en Olimpia, Universidad, Broncos y Motagua. Me ha dado pesar toda la vida no haber jugado en primera división y no haber terminado la universidad, porque saqué 10 clases de Derecho. Dejé de estudiar por andar jugando y nunca gané nada en el fútbol.

Se casó a los 18 años... ¿Fue mujeriego?

Bueno, los ojos azules lo dicen ja, ja, ja. Tengo seis hijos. Mi primera esposa me dejó por un compañero de ella del trabajo y estuve llorando un mes; me pegó bastante. Tal vez fallé yo porque jugaba hasta cuatro partidos en las burocráticas: dos el sábado y dos el domingo. Quizá la descuidé. Como un año me llevó superarlo.

¿Cuáles han sido los golpes más duros?

La muerte de mi mamá y de mi hermano. Cuando murió Denis (agosto de 2016) me retiré del deporte. Ya no me volvieron a ver en las ligas de veteranos y eso que yo soy el fundador. No siento deseos de volver.

Tengo un equipo que se llama Deportivo Koki y el 25 de diciembre y 1 de enero yo me tengo que presentar a las 8:00 de la mañana. Yo firmé en el libro de la Kennedy que hasta que me muera, yo me tengo que presentar con mi equipo en esas fechas.

¿Se ve en las paredes que también le gusta dibujar?

Sí, era dibujante desde los 10 años, me gustó. Entré a estudiar a la escuela de Bellas Artes y me gradué allí. Estos dibujos yo los he hecho (señala las imágenes de un gallo, Jesucristo y un ave que tiene dibujadas en la pared), pero la música y las artes no huelen ni hieden en Honduras.

Aquí dibujando uno se muere de hambre y por eso no me dediqué a eso, aunque me apasiona bastante dibujar y tengo muchos cuadros archivados.

¿Alguna mujer le ha pedido que la dibuje?

Mire, papa, dibujar una mujer no se lo recomiendo a nadie porque la mujer es vanidosa y no le gusta verse fea, entonces no la dibujo. Las he hecho y me han dicho: 'Ah, no, no me parezco', y siendo idéntica. Me apasiona la radio, el fútbol y dibujar.

¿Y ese gusto por informar de las ligas burocráticas?

Me gusta porque allí siempre jugué y miraba que no les paraban bola a ellos. Hasta que me muera voy a dejar de informar de la liga burocrática. Inicié en los 80 en Radio Televisión con Diógenes Cruz. Gastaba de mi dinero y llamaba a todas las radios. Hasta la fecha nunca me han parado bola, no les interesa.

¿Informaba de gratis?

Nunca me pagaron y hasta la fecha nadie me pagó nada. Me acuerdo que en la mañana informaba en Radio América en un programa que tenía Durán Durán y también en Emisoras Unidas. Lo he hecho de gratis y más bien hay un personaje que dice que cuando yo entro a informar de las canchas abiertas, todo mundo apaga la radio.

¿O sea que usted ama las ligas burocráticas?

Sí. Una vez conseguí un terreno con mi esposa en Altos de Centroamérica, pero no tenía dinero para hacer la casa y fui a todas las ligas a pedirles que me ayudaran. Me dieron 40 bolsas de cemento, me dieron ladrillo, madera, hierro y las puertas. Las ligas burocráticas me ayudaron a construir mi casa.

Háblenos de esa etapa en la Satélite, ¿le costó entrar?

Me costó iniciar. En la Satélite me tenían escribiendo en máquina los avisos para pasárselos a los locutores y después de seis meses, el director dijo que me pusieran. Estuve un sábado de 2:00 a 2:30 PM y cuando terminé, llamó el jefe y dijo: e_SDLqQuítenlo, no sirvee_SDRq. Tras otros seis meses, me volvieron a poner media hora y me volvieron a sacar porque dijeron que no servía.

Luego se fue a Radio Reloj y regresó a la Satélite....

Sí y estuve allí como cinco o seis años. Estuve como 38 meses de 10:00 de la noche a 6:00 de la mañana, pero ya parecía murciélago y ya no conocía los amigos porque solo pasaba durmiendo en el día, ja, ja, ja. Eso es triste. La tecnología ha dejado afuera a estas dos radios: Satélite y Moderna. A la Moderna entré en 2011 y estoy ininterrumpidamente desde 2014. Me encanta la locución.

-Suena la puerta y se escucha una voz femenina: “Con permiso”. ¿Es su hija? No. “Pase amor, venga, ellos son los amigos de EL HERALDO, mire”, le dice Koki a su Silvia, de tan solo 26 años...

Decía que está en la Moderna desde 2014...

Sí, he estado con lo mejor en el servicio social y la música, estoy de 1:00 a 5:00 de la tarde. Lo disfruto porque me gusta el tipo de música y los avisos. Ella es de la Guacamaya, El Progreso. Hablábamos y le dije que se viniera, que íbamos a vivir juntos.

¿Pero la conquistó mediante la radio?

Sí, me hablaba para pedirme una canción, a ella le gusta bastante Marco Antonio Solís. Está estudiando Periodismo y la estoy llevando a la Moderna los domingos. Será buena locutora.

-“Yo me enamoré de él por la voz, porque no lo conocía. La canción que casi todos los días le pedía es una de Coffee Band que se llama ‘Satélite de amor’, ja, ja, ja... Después nos conocimos porque él fue a El Progreso y se dio todo”, relata ella.

¿O sea que la locución le trajo el amor de su vida, Koki?

Ja, ja, ja... (se ríen ambos) sí, claro que sí... A mi muchacha de 26 años la fleché por la radio. Estaré en la locución hasta dónde el cuerpo aguante...

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