Tic Tac

Claudia Herrera de Canahuati: 'Desde que pasó el huracán Mitch mi vida cambió”

Primera hondureña nombrada como secretaria ejecutiva del Cepredenac

FOTOGALERÍA
02.11.2018

TEGUCIGALPA, HONDURAS. -Era un día caluroso y soleado, llegamos minutos antes de la cita a las 11:00 de la mañana. Ella andaba de visita en su país natal ya que por su empleo reside en Guatemala.

Sentados en la sala de la primera planta de un hotel capitalino esperamos por nuestra entrevistada.

Llegó hasta donde nosotros y nos saludó amablemente: “Hola, mucho gusto, soy Claudia Herrera de Canahuati”.

Desde un inicio se le observó con una sonrisa que mantuvo permanente durante la conversación.

Actualmente es la asesora regional de la Oficina de las Naciones Unidas (ONU) para la reducción de riesgo de desastres, su base es en Guatemala, ella labora como enlace ante el Centro de Coordinación para la Prevención de los Desastres en América Central y República Dominicana (Cepredenac), un organismo regional intergubernamental que pertenece al Sistema de la Integración Centroamericana (Sica).

No obstante, a partir de enero de 2019 se desempeñará como la secretaria ejecutiva del Cepredenac. Ella fue seleccionada en un riguroso proceso de selección donde participaron varios profesionales de los países de la región.

Además de ser un logro personal para ella, es un orgullo para Honduras. En 30 años de existir esa institución, ese cargo nunca había sido ocupado por ningún hondureño ni tampoco por ninguna mujer de ninguna nacionalidad.

Luego de una breve conversación subimos en ascensor al tercer piso del hotel para realizar una sesión de fotografía.

¿Qué representa para usted y para el país ser nombrada como la próxima secretaria ejecutiva del Cepredenac?
Hoy Honduras marca una nueva historia tanto para la mujer como para el país, en 30 años de funcionamiento de esta institución ninguna mujer ni ningún hondureño había tenido la oportunidad de ostentar este importante cargo.

¿Qué sintió cuando le notificaron que usted fue seleccionada?
Mucha alegría, realmente es la voluntad del Señor, Dios tiene un propósito en mi vida y tengo una gran responsabilidad ahora para representar dignamente el nombre de mi país, es una oportunidad para mejorar las condiciones de vida de la población.

¿Cómo ha sido su experiencia en el tema de desastres naturales?
Yo inicié en este mundo justo después del huracán Mitch. En ese momento no teníamos las capacidades, no teníamos los conocimientos ni la organización, yo empecé con una organización británica que con mucho amor y de forma muy loable abrió las puertas de sus países hacia a la cooperación internacional.

¿Qué recuerda de esa catástrofe natural?
Nos dejó una estela de dolor, de luto, de sufrimiento, pero también marcó la historia, promovió espacios de trabajo regional, de articulación, que la región centroamericana se uniera para trabajar de forma conjunta en esta temática de la reducción de riesgo de desastres. Ahora 20 años después vemos una región más fortalecida, se ha avanzado mucho gracias a la gestión del presidente Juan Orlando Hernández y del ministro de la Comisión Permanente de Contingencias (Copeco), Lisandro Rosales.

¿Desde su cargo espera contribuir para que Honduras tenga más apoyo internacional ?
Hay un compromiso por parte de los gobiernos a nivel mundial para incrementar la cooperación internacional hacia los países que estamos en desarrollo, estamos tratando de hacer incidencia al más alto nivel.

¿Usted se vio afectada con el huracán Mitch?
Sí, en ese momento vivía en San Pedro Sula, en una colonia que quedamos aislados, en mucho tiempo no pudimos salir de nuestras casas, mirábamos casas que estaban a punto de que se las llevara un río y mirábamos tanta destrucción y sentíamos tanta impotencia.

¿Cómo se involucró para apoyar a los damnificados por el fenómeno?
Sentimos la mano solidaria, tuve la oportunidad de conocer la organización británica que hizo una alianza, que cuando llevaban las piñas para Europa los barcos venían vacíos y ellos los pusieron a disposición para traer todo tipo de ayuda. Organizamos bodegas, hicimos un trabajo con escuelas bilingües. Nos volcamos a ayudar sin distinción de religión, de partido político o de cualquier otra situación.

¿Esa experiencia marcó su vida?
Desde que pasó el huracán Mitch, mi vida cambió porque tuve la oportunidad de ver esa situación de vulnerabilidad, de dolor, de sufrimiento que estaba enfrentando nuestra amada Honduras.

¿Qué otra experiencia difícil ha vivido?
Mi padre es un empresario de la zona norte, es dueño de una fábrica de muebles, yo tenía 12 años cuando una noche nos llamaron para decirnos que la fábrica estaba incendiándose, esa noche nuestra vida cambió completamente, perdimos la vida de un primo y después de pasar de una situación de estabilidad económica lo perdimos todo.

¿Cómo superaron ese duro golpe?
A través del esfuerzo y la dedicación de mi padre Julio Herrera, de mi abuela Domitila, que es quien manejaba la empresa, en poco tiempo pudimos volver a levantarnos y nuestra fábrica aún se mantiene en pie, es un referente de que cuando luchamos con determinación podemos resurgir. Pude ver el favor y la gracia de Dios porque no pasó ni un año cuando mi papá ya tenía un edificio, a sus empleados trabajando con sus máquinas.

¿Cómo ha manejado su trabajo con su vida personal?
Después del huracán Mitch, que fue la situación que sacudió mi vida, me aislé del sector privado, yo soy licenciada en administración de empresas, decidí entregarme en alma, cuerpo, vida y corazón hacia el mundo de servicio, este trabajo arduo me ha llevado a dejar incluso a mi hija, tenía 11 meses de nacida cuando el huracán y yo trabajaba día y noche organizando la respuesta de las ayudas, me ha marcado a mí y a mis hijos.

¿Cómo fue su niñez?
Fue una niñez muy linda, muy favorecida, mi padre me sacaba a mí y a mis hermanos nos llevaba a clases de inglés, francés, mecanografía, de karate, nos mantenía ocupados toda la tarde, eso me ha marcado para ser muy dinámica y activa porque era una batería ja, ja, ja, no nos dejaba descansar. También nos llevaba a trabajar a la fábrica, nos enseñó a trabajar desde pequeños.

¿Y era buena karateka?
Soy cinta café en karate (grado alto solo superado por la cinta negra), practicábamos en la Escuela de Karate.

¿Tiene alguna experiencia que recuerde?
Recuerdo una vez que estaba mi hermano, era muy bueno, pero una vez estaba perdiendo en una de las luchas y yo salí y me metí en la pelea y también me puse como que yo era parte del enfrentamiento ja, ja, ja...

¿Cómo le ha ido en el amor?
Egresé de la Universidad Privada de San Pedro Sula de licenciada en Administración de empresas en 1994, posteriormente me casé, luego me divorcié, tengo dos hijos que tienen 22 y 20 años, un varón y una niña, ha sido difícil, me tocó ser prácticamente una madre soltera, no ha sido fácil criar a dos hijos prácticamente sola. Ahora están estudiando en Francia.

¿Actualmente tiene pareja?
Dios me bendijo, en 2014 me volví a casar con Javier Canahuati, que es un hombre que me ha apoyado y ha estado siempre a mi lado, que ama a mis hijos como si fueran de él, ha estado ahí apoyándome en todo este recorrido que he tenido.

¿Cómo se conocieron?
Fuimos compañeros en la universidad, fuimos compañeros y amigos, luego nos volvimos a reencontrar cuando ya estaba divorciada, iniciamos nuestra relación en 2011, es un hombre maravilloso.