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Carlos Guillermo Turcios Acosta: 'Hay que honrar a Honduras con buenas acciones”

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13.10.2017

Tegucigalpa, Honduras
Por sus venas corre auténtica sangre olanchana. Su ombligo quedó enterrado en la propiedad de sus ancestros, en la comunidad Los Terreritos, San Francisco de Becerra, Olancho, pocos días después de nacer.

Viene de una familia humilde, donde se le inculcaron valores como la honradez y la lealtad.

Él es Carlos Guillermo Turcios Acosta, profesional de abogacía.

El mismo que desde que aprendió sus primeras letras y pudo leer se volvió un apasionado por la vida, obra y pensamiento del general Francisco Morazán. En la actualidad funge como director del recinto cultural Casa Morazán, trinchera desde donde sirve con honor a su patria.

¿Cuándo y dónde nació usted?
Nací en el sector de Los Terreritos, en el centenario municipio de San Francisco de Becerra, Olancho, el 25 de junio de 1959.

¿Qué recuerda de su infancia ?
Tuve una infancia muy bonita en mi pueblo, con juegos y lecturas de libros. Nos criamos en la pobreza, pero con buenos principios y valores que nos inculcaron en el seno familiar.

¿Dónde hizo su educación primaria?
Del primero al cuarto grado estudié en la Escuela Dominga Chirinos de Bonilla, y del quinto al sexto grado en la Escuela Manuel Bonilla de Juticalpa, mire qué coincidencia, doña Dominga era la madre del general Manuel Bonilla.

¿Su secundaria dónde la cursó?
Aunque mi madre no podía darme estudios, yo busqué la manera de estudiar y me vine en 1973 para Tegucigalpa y me matriculé en el Instituto Jesús Milla Selva de la colonia Kennedy.

¿Y dónde hizo sus estudios profesionales ?
Estudiaba Letras en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), pero en eso me casé y decidí estudiar Ciencias Jurídicas y Sociales, luego me hice abogado.

¿Usted es pariente directo del poeta Froylán Turcios? Cuéntenos.
A mucha honra, es un privilegio, mi abuelo Alfonso Turcios era el hermano menor del poeta. Mi padre se llamaba Froylán en honor a él, de modo que el poeta era mi tío abuelo.

¿Qué le hace sentir ser familia de quien escribió la “Oración del hondureño”?
Nos sentimos honrados y aceptamos con orgullo ese honor y con humildad, porque nos obliga a ser mejores ciudadanos, a dignificar el apellido, a servir siempre a nuestro pueblo y a la patria.

¿Qué obra del poeta le gusta?
El poeta Froylán Turcios tuvo dos etapas, primero fue el “Poeta del Pueblo”, entre 1875 a 1920. Pero luego él tuvo un cambio, después se convierte en el patriota, en el defensor del pueblo, la soberanía y la integridad territorial y esa es la etapa que me gusta, sobre todo sus “Memorias y apuntes de viaje”, y el famoso Boletín de la Defensa Nacional, que escribió en 1924.

¿Sabemos que usted es un gran morazanista. ¿Cómo nace este interés por conocer sobre Morazán?
Cuando estaba en tercer grado cayó en mis manos un libro que para aquel tiempo editó el Ministerio de Educación: “Morazán, hijo amante de Centroamérica”. Desde ahí me enamoré de la figura legendaria del general Francisco Morazán y para enriquecer mi acervo leo todo libro que sea sobre Morazán y los héroes.

¿Qué es lo que más admira del paladín de la unión centroamericana?
Del general Morazán yo admiro su vocación y capacidad de pacifista, era un hombre que antes de ir a una batalla agotaba el diálogo, agotaba cualquier instancia del razonamiento, es algo digno de imitar. Morazán despreció la dictadura. En los momentos de crisis que atraviesa el país hay que armarse de paciencia, hacer a un lado la soberbia y llenarnos de humildad, pedirle a Dios iluminación y guía para enfrentar con dignidad los grandes problemas.

Siendo usted un gran morazanista, ¿se imaginó alguna vez ser director de la Casa Morazán?
Creo que no. Nunca creí que iba a llegar a esto. Siempre me ha gustado servir al pueblo y con ese propósito incursioné en política, en el Partido Liberal. Fui presidente de la Juventud Liberal, también diputado propietario al Congreso Nacional, y llegué con sueños de servir a mi país, pero al poco tiempo supe que ese no era mi mundo, ¿y por qué razón? Porque se puede mentir una vez, pero no siempre.

¿Desde cuándo funge como director de la Casa Morazán?
Estamos aquí desde 2010, pero antes, siendo ministro el doctor Rodolfo Pastor Fasquelle, y a iniciativa de Rafael Leiva Vivas, se le dio forma al decreto de creación, donde se convocó a varios notables morazanistas.

¿Cómo considera su trayectoria en esta labor?
Pienso que todo hondureño debe tener una trinchera para servir a su patria, al país, y esta es la plataforma que Dios me ha asignado, y aquí estamos sirviendo al pueblo en general, a la juventud, a la niñez, para que conozca y valore el pensamiento de uno de los hombres más ilustres que ha tenido no solo el país, sino que Centroamérica.

¿Considera que hay influencia política en la creación de Casa Morazán?
No hay ni existe influencia política. Este es un proyecto de país para honrar la memoria de aquellos hombres y mujeres que en el pasado han honrado a Honduras, y en esto no hay colores políticos.

¿Cuál va a ser el legado que quiere dejar Carlos Turcios como director de Casa Morazán ?
Yo quiero lograr que los hondureños aprendamos a respetar a nuestros héroes y próceres y sobre todo que le demos a Morazán el respeto que como héroe merece. También quiero colocar a la Casa Morazán como el recinto más importante para todos los hondureños y hacer de ella el mejor centro cultural, el mejor museo a nivel de Centroamérica. Que se convierta en un homenaje digno para todos nuestros próceres. Que sea un templo del arte, la cultura y la historia nacional.

¿A nivel de los centros educativos qué se debe hacer? Porque a Morazán nada más lo conocen como el que tenía solo una oreja.
Error tan grande que se ha venido cometiendo en los centros de enseñanza, los maestros deben conocer e interesarse por conocer al prócer no verlo con negatividad. Es necesario que los niños y jóvenes lo conozcan, lo estudien para que se sientan orgullosos de él y sientan orgullo de ser hondureños.

¿En su tiempo libre a qué se dedica?
Me gusta la lectura, la investigación, la poesía, no soy un gran literato ni pretendo serlo. Hago ensayos orientados a dignificar la figura de nuestro héroe y de hombres y mujeres que le han dado luz a la patria, como Juan Ramón Molina, Alfonso Guillén Zelaya, Froylán Turcios y otros. Honduras ha tenido un pasado hermoso y el que le ha dado lo mejor a la historia de Centroamérica.

¿Y a la tierra que lo vio nacer le ha dedicado versos?
Sí, a mi natal San Francisco de Becerra, que el 17 de septiembre cumplió 100 años y le hice una historia inspirada que dice “San Francisco de Becerra, ese hermoso lugar que está a orillas del río del oro, donde nace el día, todos los días.

¿De joven practicó algún deporte?
Sí, me gusta mucho el fútbol y de muchacho jugué en la selección de mi colegio el Jesús Milla Selva, me retiré a los 17 años porque me lesioné la rodilla, y el tratamiento fue muy duro porque tuve que costeármelo yo solo.

¿Y usted cuántos hijos tiene?
Estoy felizmente casado con la señora Zenia Amador de Turcios. Hemos conformado una familia muy bonita, cinco hijos. Somos muy unidos gracias a Dios.

¿Un mensaje de su parte?
Honduras es un país bello, hay que amarlo y respetarlo, esforzándonos en ser buenos ciudadanos