Siempre

FestiClown, el festival de la risa en Honduras

Nunca más diré: “El gobierno es un circo”, eso es grave y equivocado, porque si así fuera los hondureños al menos viviríamos con un poco de dignidad y alegres

24.11.2018

GRACIAS, LEMPIRA. -La risa aún permanece en el corazón de los hondureños, a pesar de nuestra desgracia histórica, de la violencia y de nuestras carencias.

Por eso es importante contar que se desarrolló del 25 al 27 de octubre el FestiClown 2018 en Gracias, Lempira. Un festival donde la protagonista es la risa y la alegría.

Reír es un acto poderoso y es quizá la demostración más alta de valentía en tiempos difíciles. Pero hacer reír es un oficio que requiere no solo de habilidades artísticas, sino de una profunda solidaridad humana, de ternura y de inocencia.

Centenares de niñas, niños y adultos presenciaron a artistas clown de cinco países, y desde luego, a los mimo clown infantiles de las Bibliotecas Escolares Blue Lupin de Plan International Honduras que hicieron posible la magia de las sonrisas Lempira por sus obras que maravillan a quienes los ven, y con la docilidad de la alegría, educan con sus mensajes puntuales sobre su situación y derechos.

Los grupos protagonistas fueron TeguzClown Teatro de Tegucigalpa, Bella Cía. de Brasil, Patachicle de España, Irreal Teatro de El Salvador y Tacuazín Monteseco de Guatemala. Los grupos infantiles que se llevaron el aplauso y la admiración fueron Estrellas Fugaces de Corante, San Manuel de Colohete; Risas del silencio de Mercedes, Las Flores; Los Increíbles de Teposuna, Las Flores y Superando Límites de Lepaera. Los organizadores del festival fueron Teatro TeguzClown, Plan International Honduras, el Festival Internacional de Poesía Los Confines y la Junta de Dirección Universitaria de la UNAH.

Jornada
El Festiclown Honduras se realiza por tercera ocasión, pero nació en El Salvador en el año 2014 como iniciativa de la Asociación Cultural Irreal Teatro, con el fin de crear espacios de convivencia y sano esparcimiento frente a la situación crítica de violencia que vivimos como sociedad.

Uno de los ideales es unificar al territorio centroamericano por medio del teatro clown; se han establecido convenios y alianzas con diferentes agrupaciones y entidades locales como TeguzClown Teatro en Honduras y Quiebraplata y Oscurana Teatro en Nicaragua. Artistas de Guatemala y Costa Rica también han comenzado a integrarse en las nuevas ediciones.

Antes que este gobierno privatice la risa, hay que reírnos y contar las cosas positivas que hacen las organizaciones y los ciudadanos voluntarios, pues la Dirección de Cultura de Honduras no da ni para causar risa.

Y bueno, hay que decirlo, la risa es hermana gemela de la esperanza, es el vestido luminoso con que la voluntad, la simpleza y la nobleza asisten a la gala de justicia. La risa es la moneda más hermosa de los pobres. La risa abraza y abrasa. Es decir: “abraza” porque convoca y cubre lo amado.

Y “abrasa” hasta incinerar la falsedad: solo los buenos e inocentes saben reír; los malvados, en cambio, saben burlarse. El combustible de la risa es un corazón noble y una conciencia limpia; en cambio, los tiranos, como nuestros políticos, cuando intentan sonreír todo lo desbaratan y surge la mueca de la falsedad.

En el FestiClown 2018 aprendí con los artistas y con las niñas y los niños que un circo es un lugar bien organizado, con un gran sentido de la vida, es totalmente funcional; ahí todos trabajan y todos disfrutan o comparten de forma solidaria el triunfo o la dificultad. Así que nunca más volveré a decir “El gobierno es un circo”, eso es grave y equivocado, porque si así fuera nuestro gobierno, los hondureños al menos viviríamos con un poco de dignidad y alegres, no agobiados y con el terror cotidiano que todo se termine de descalabrar.

Tampoco vuelvo a decir “El presidente es un payaso”, eso sería darle una categoría demasiado elevada a quien ostenta la degradación humana a escala de ingratitud y obscenidad, repetir eso es darle un lugar muy alto para la bajeza y desgracia que representan los últimos gobiernos de estas Honduras.

Leí en el FestiClown un enunciado categórico: “El clown trabaja cuidando la dignidad del ser humano al mismo tiempo que todos los males o tragedias atraviesan su cuerpo y lo modifican. Por eso se dice que las emociones son el único juguete del payaso y el cuerpo su única herramienta.

El clown por su naturaleza es un ser político y rebelde, su primera rebeldía es la inocencia y de la mano va la risa y todas las emociones. La posición en la escala social del payaso lo faculta para decir e imaginar lo innombrable y es por eso que tiene un efecto sanador, pero a la vez es un agente de denuncia. La versatilidad del lenguaje del payaso permite que ejecutar con pocos recursos en espacios no convencionales intervenciones públicas donde se denuncia desde el juego y la no violencia”.

Conversé con las payasas que venían de Brasil, ambas con un grado de doctorado en carreras como abogacía y filosofía, defensoras de los derechos de las mujeres; sus lecturas del mundo son muy inteligentes y sensibles. Igual con un payaso español que hace magia cómica y con dos payasas salvadoreñas cuya forma de educar a través de la risa es tan memorable que representa una certeza pedagógica.

Definitivamente los payasos pertenecen a ese conjunto noble de seres humanos más serios y dignos que he conocido. Confieso que en el FestiClown les perdí el miedo, pues antes de este festival siempre me escabullía de ellos, y confieso que descubrí otro universo: su habilidad, su disciplina, su respeto por la verdad, pero sobre todo su tarea más noble: salvarnos a nosotros, no solo del tedio, sino de caminar derrotados creyendo que ya nada es posible.

Los artistas clown dignifican la conciencia del mundo; alientan para no detenerse en la lucha para conquistar espacios de ciudadanía que nos permitan vivir con el ánimo y la resiliencia para llevar la vida con alegría en un país complejo, donde la corrupción, la ingobernabilidad, la militarización, el irrespeto por la vida, la explotación infantil, martilla cada vez más, desnaturalizando la libre expresión y dinamitando el Estado.

Ojalá todos tuviéramos la esencia de los payasos para fortalecer nuestro carácter y ser implacables con las armas de la belleza.