Siempre

El artículo de Octavio Carvajal: Del amor al odio

Ricardo Álvarez ha de reír de oreja a oreja ahora que oye los aullidos de Lobo Sosa contra JOH. Con la misma vara que… te azotaron

01.08.2021

TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Veremos qué sucede de aquí a noviembre, antes o después de las elecciones, entre Porfirio Lobo Sosa y su otrora delfín Juan Orlando Hernández Alvarado, que pasaron del amor al odio por millones de dudas. Mientras Lobo Sosa destapa (ya no le resbala) su fuerte rabia contra el indómito, JOH parece no inquietarse frente a sus continuos agravios.

Es un pleito de titanes por egos y fortunas propias que golpean y ofenden al gentío. “Tu madre”, “La tuya”, “No tuve”, “Saco”, “Saltamuros”, “Robagallinas”, podrían ser ciertas frases que cruzan y chiflan la mente de “Pepe”, quien jadeante e incesante echa palabrotas contra su expupilo llamándolo “JOH+40 ladrones”. Sembrando frijoles brotan frijoles y sembrando maíz sale harina.

Juan

Si lo llama “malnacido”, su amorío acabó muy mal. Es como decirle hijo de… este pueblo a quien sea. Algo así como “me las pagas”.

Y pensar que Lobo Sosa, ahí por el 2013, en una cita de políticos cachos –tras “tumbar” al boxeador Ricardo Álvarez-, dijo: “El hombre es Juan y punto”.

Hoy, muy rudo, no deja punto suelto en sus tuits jurando que sólo JOH se peinó el país. ¡Contigo aprendí!, de Manzanero hasta tu pelo.

JOH y “Pepe” eran comparsa. Lobo Sosa llegó al sillón con el país hecho añicos por el golpe de Estado. Dichoso, se rodeó y codeó con una casta vil. A lo impío –su estilo y escuela- se cuadró con la siempre sublime y amada prensa, que coreó con los tigres del norte y, luego, por el tipo de cambio, vendió a “Mel” Zelaya. Muerto el rey, viva el rey. De romper los chips de “Tony” (el cubano) a adorar al sano olanchano; “el narco soy yo”. Midence lo sabe.

Penosamente, la gente “exigente” olvida por su gusto y color. De un bando y de otro civiles, militares, policías, “doctores”, iluminados, “analistas políticos” y hasta la tortillera, saben quiénes son los corruptos perennes. No obstante, los elevan, vitorean y los cuidan con pisto estatal. Chafas y policías cubriendo un tamal de forajidos unidos por su cola de estercolero.

Moña

De remate, si el bandido va como espuma el de abajo lo ve “inteligente, vivo, estupendo, único, casi virgen” y al luchador de cuchitril lo ve tonto. ¡Ah!, si lo mira en un carrito viejo, juzga que lo compró vendiendo “moña” o pinches líneas de “coca”.

“Pepe” Lobo, pese al torrente de líos con el actual presidente y con el imperio, se sueña terso, “el perverso soy yo”.

“A mí no me van a asustar”, expresó al saber que él ni su pura esposa volverán al imperio por buena conducta. ¡Tiene razón! Quien asusta es él con su frescura exculpándose de todo.

Parece lavatrastos. ¿Quién cayó con JOH por coqueto y por flojo? Así como JOH se lo clavó, usted señor Lobo Sosa también fue un ingrato y cerril con sus leales. Es de cobardes tirar la piedra y esconder la mano, señalar a otros en un vano pujo por tapar el hedor de su retrete.
Ese lloriqueo suyo agudiza la crisis presente que, según Estados Unidos, creció con su fúnebre mando donde reinó –igual que su anterior y el actual- sobrados vicios de corrupción, abuso, nepotismo, narcotráfico y miles de fraudes coludidos con empresarios delincuentes y unos canales de difusión amantes del trinque por ricas propinas. ¿Olvidaron la cuarta urna y el informe Hermes?

Mudos

Los hospitales móviles y otros fraudes en la gestión de JOH arrojan una tajada similar a la estafa perfecta de tacaños “lecheros” contra el Seguro Social, más maquetas de carreteras (sin asfalto ni concreto hidráulico) y de energía eléctrica, entre chorro de movidas, avaladas en su gestión o ¿fui yo quien desayunó, almorzó y cenó con Los Cachiros? Por algo exigía y repetía: “Calladitos se ven más bonitos”.

Sin parpadeos, “Pepe” –como sus íntimos lo llaman- fue hechor y consentidor de pila de picardías y traiciones. Hoy, desde su trinchera, saca la cabeza, dispara como víctima, se sueña “salvador” de la ruina que ningún malnacido presidente acepta ser garante.
¿Será que se roban hasta sus malos pasos? Si JOH es el único maleante como jura el picaflor, no hay duda que estamos morosos con Lobo Sosa y sus anteriores. ¡Honor a quien honor merece!

Bustos por sobrados méritos, alto grado de pureza y probada blancura de pies a cabeza para “Pepe” Lobo y su séquito de jefes. “Suficientemente discutida la moción”… ¡Queda aprobada!
Cuando las letras hieren los barrotes le caen al escritor y no al prescrito en un mar de delitos.