Siempre

Lectura y creatividad infantil en tiempos de pandemia

Las Bibliotecas Blue Lupin son espacios de prestigio mundial donde las niñas y niños leen miles de libros que transforman sus vidas a pesar de la pandemia

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23.04.2021

LEMPIRA, HONDURAS.- ¿Qué impulsa a una niña a caminar dos horas entre la montaña para llegar a una biblioteca, escoger sus lecturas y llevar cuarenta libros más para sus vecinos?

La veo limpiarse el sudor y acomodarse su mascarilla, tiene sus zapatos llenos de polvo, su ropa está limpia, pero desgastada.

Ella me ve bajo este árbol. Hemos cruzado la extensión del departamento de Lempira para conversar con ella y otras niñas y niños. Ella no sabe que la admiro profundamente, que contengo las lágrimas y por eso me voy atrás de un salón de clases a llorar porque representa el país sueño.

¿Qué fuerza hace que este niño llene su mochila de libros y salga feliz bajo el sol ardiente hasta que lo devora la transparencia en las veredas del pequeño poblado?

¿Cómo esta otra niña fue capaz de organizar una red de lectura con otras niñas de su barrio y contagió a una comunidad completa?

“Comencé trayendo libros para mis primos y como otros niños y niñas también sacaban libros de la biblioteca Blue Lupin, entonces pensamos que podíamos prestarnos los libros entre nosotros y tener como una biblioteca ambulante”.

El disfrute de la lectura para los niños que tienen acceso a las 36 Bibliotecas Blue Lupin es algo que se ha dado gracias a un programa amigable, que no les inculca la lectura académica y/o utilitaria, sino la lectura creativa. Foto: Ulises Alvarado.

El disfrute de la lectura para los niños que tienen acceso a las 36 Bibliotecas Blue Lupin es algo que se ha dado gracias a un programa amigable, que no les inculca la lectura académica y/o utilitaria, sino la lectura creativa. Foto: Ulises Alvarado.


¿Qué indujo a aquel niño a convencer a su familia para llevarse más de 120 libros y colocarlos todos los días en el corredor de su casa para que otras familias puedan prestar libros? “Es una prueba de amor por los demás, sólo recuerdo que él vino un día con esa idea y que ahora es un éxito”, me dice la profesora Mirsa.

¿De dónde surge la resiliencia de esta niña cuya casa destruyeron las tormentas y que hoy nos recibe en ese espacio derruido donde hay poco pan, pero muchos libros? “ Soy la niña que más libros ha leído en esta comunidad: 550 libros”, nos dice con una sonrisa en medio de la desolación y su fuerza ajusta para que nosotros no nos derrumbemos.

¿Qué impulsó a otra niña a convencer a su hermano a que entrara a una biblioteca porque pensó que algo bueno sucedería? “Cuando mi hermano vino desde San Pedro Sula, le conté de esta biblioteca y lo traje un poco a la fuerza, vi que los libros que le llamaron la atención fueron los de recetas de cocina. Mi hermano regresó a San Pedro Sula; a los meses contó que estaba estudiando para cocinero. Me dijo que los libros de esta biblioteca lo inspiraron. Nos vino a visitar en Navidad y nos hizo una comida muy deliciosa”.

¿De dónde viene la poderosa conciencia de Lixy, una niña de 14 años, que vive en el centro del fin del mundo?

“Leer es maravilloso, pero lo más interesante es lo que cambias, lo que conoces y cómo te relacionas con otras niñas y niños que también están leyendo. Yo era una niña tímida y llena de miedo, pero la lectura y el teatro me sacaron de ahí. La lectura me ayudó a valorarme a mí misma, a expresarme, a empoderarme de lo que sé, porque no se trata solo de leer, sino de saber para qué nos sirve leer, por ejemplo, cuando encontramos un libro que nos apasiona muchas veces no nos sirve inmediatamente, a veces pasa mucho tiempo y de repente uno se encuentra ante una situación donde aquel conocimiento nos ayuda a saber cómo actuar”.

Mientras recorro los azarosos caminos de la región norte de Lempira, entre esa mezcla de paisajes maravillosos y pobreza, pienso en estas preguntas. Hemos visitado 20 comunidades en dos semanas, aprendiendo cómo los niños, los docentes y los padres han desarrollado experiencias valiosas de lectura en medio de la pandemia.

Y no hay respuestas, ni fórmulas, solo preguntas luminosas que nos estimulan a conocer los testimonios de docentes extraordinarios motivados por los libros a través del amor que las niñas y niños han despertado por la lectura y el conocimiento.

Las redes de lectura han tenido un alcance tal que involucra no solo a los infantes, sino también a sus familias. Foto: Ulises Alvarado.

Las redes de lectura han tenido un alcance tal que involucra no solo a los infantes, sino también a sus familias. Foto: Ulises Alvarado.
“Sentiría pena si no abrimos la biblioteca para prestar libros, pues los niños ya tienen el hábito y exigen más y más libros”, dice esta maestra. “No somos los docentes los que tenemos el mérito de crear el amor por la lectura, son los niños que nos han impulsado a leer”, nos cuenta Javier.

“En verdad no me gustaba leer, pero cuando en las clases los niños me hablaban de libros, me dio vergüenza quedarme callado todo el tiempo, así que vine a la biblioteca y me hice lector”, dice un docente frente a un grupo de padres.

Maravillado de estos testimonios he hecho esas preguntas que surgieron de mis encuentros con niñas y niños lectores para intentar conocer estas experiencias pedagógicas a fondo y abrir horizontes metodológicos que nos permitan enriquecer la implementación de las 36 Bibliotecas Blue Lupin en Lempira.

Hay muchas respuestas que indican que el éxito del proyecto “Leer para empoderar” de Plan International Honduras y la Dirección Departamental de Educación de Lempira consiste en una metodología con base lúdica y comunitaria, lecturas hermosas, arte infantil multidisciplinario, procesos simples que pueden ser implementados por un niño o un adulto, disposición de recursos en la red educativa, apoyo de alcaldías municipales comprometidas, además la participación de toda la comunidad educativa en la lectura.

Como escritor nunca busco respuestas, sino preguntas. Aprendí que la gran literatura es la que pregunta. Toda narrativa humana que brinda respuestas definitivas es sospechosa, pues la realidad cambia. Las preguntas, entonces, se transforman.

También prefiero los testimonios de las personas que edifican su realidad; en ese sentido, lo aprendido de este viaje es que estamos ante ecosistemas culturales infantiles que funcionan de manera orgánica donde a través de la lectura y arte, las niñas y niños descubren el poder de la imaginación que los lleva a una conciencia de sí mismos y a discursar en sus obras literarias y artísticas sobre su circunstancia: violencias, embarazo adolescente, igualdad de género, protección infantil e inclusión.

Todo es probable de imaginar cuando te acercas a estos espacios creativos que ya no son bibliotecas, sino bosques de la imaginación humana que están aquí para oxigenar la esperanza. Y ojalá que un día reforesten toda Honduras para salvarnos de este presente incierto, de esta árida ignorancia, de la resequedad de la injusticia y la desigualdad.

Lo merecemos, y lo mejor de todo, es que las niñas y niños de Lempira nos permiten comprender que sí es posible.

Las Bibliotecas Blue Lupin ahora podrán estar vacías, pero en los hogares de Lempira, muchos iluminados con candil, hay niños llenos de conocimiento. Foto: Ulises Alvarado.

Las Bibliotecas Blue Lupin ahora podrán estar vacías, pero en los hogares de Lempira, muchos iluminados con candil, hay niños llenos de conocimiento. Foto: Ulises Alvarado.