Siempre

El artículo de Octavio Carvajal: Duchos pero tontos

Dos cachos van por el trono. El par está blindado por sus “asesores”. Marco Tulio aisló a Oliva y “Papi” levita solo con David Chávez

24.01.2021

TEGUCIGALPA, HONDURAS.- El grupo de aspirantes a cargos públicos andan en las nubes, ciegos, sobrados y victoriosos por dos o tres razones que, a nuestro juicio, los tienen atontados. Por un lado, sueñan que el “dios dinero” es sinónimo de triunfo y, por el otro, siempre están acuartelados y cercados por serviles o prensa gorrona que abren sus portones, según el tamaño del sapo.

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Cada dos y cuatro años, en elecciones primarias y generales, más de lo mismo. Hilo de candidatos escoltados por “secretarios” (damas o varones) que les irritan llamadas telefónicas o simples envíos de texto. Ignoran a la gente por ignorantes. Se idean “dueños” de sus jefes, pero, si se trata de un “gusto” empresarial (incluidos periodistas reptiles), hasta los piquean, se tropiezan por cumplir sus caprichos.

Salto

Pese al brinco cibernético, muchos vivos viven en caverna. Se ven castos, inteligentes, grandilocuentes, siendo cabezas o rectores de lo ruin, grandes delincuentes. Además, sueñan que unos cronistas son “formadores de opinión pública”. Que “gracias” a sus caros “servicios” lograrán sus apetitos; los miran “necesarios” para tallar lo impuro de sus actos. Se levantan y se echan levitando.


Casi nada cambia. Apuntan amigos, “amigas”, esposas, amantes, hijos(as), sin faltar la prima, a la que se la arriman y, ella, muy sutil, también se les arrima como una loba en la tarima de gritos y ofertas llenas de locuras. “Hazme tuya, sin bulla, juntos podemos”. Juran quitarnos la cruz y, con poder son intratables, un calvario para los de abajo usados de catres políticos.

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Entre pila de profesionistas y nido de ignaros, pululan abogados y periodistas. Aconsejan quitar estorbos, así los boten de sus chambas; son vacas sagradas mediocres, ecuménicas. Otros andan de “candidatos”, de asesores de imagen, de versados en campañas proselitistas. Jamás la hacen de gatos, pero siempre caen parados; son saltimbanquis en sus circos con gentíos pagados.

Randas

A las puertas de otro amaño llamado elecciones “internas” (primarias), asoma otra banda de políticos sin ton ni son, ávidos de ganar lo que, al final, resulta una cuantiosa derrota para las masas. Aparte de ver fichas cansadas, rayadas, otras idean cazar sus codicias por verse “caras bonitas”. ¡Aterricen! Los electores están abrumados con tanto robo y con tanto ladrón suelto.

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Y como cada quien se engaña solo, ahí andan unos, tirados de limpios, pero tensos por su sucia conciencia. Por atrás y por delante manan pus. Además, sin talante ni talento para engañar. Solo con ver sus rostros y juzgamos que unos tienen su rastro en cortes estadounidenses donde no los ven castos sino narcos y lavanderos. ¿Mentimos?

Pero, aquí, para nuestro tuerce siguen con facha de yo no fui. Increíble que, siendo peligrosos pillos, aspiren a cargos de elección popular, escoltados por empresarios de todo linaje y, de paso, vilmente afamados por prensa cuyo balance tiene una costosa balanza. Sin embargo, así le encanta a la mayoría de “sabios” de la política creídos de vivos siendo tontos.

Tráfico

Irónico, al político le atontan las lisonjas pagadas o falsas. Le hieren frases sensatas, sanas para orientar su paso vanidoso; se delata hablando de día y ladrando de noche. Por eso no le sirven sus puñados de pisto, si su credencial habla por sí sola. Hace unos días, un conocido sampedrano desertó del tráfico proselitista de su líder que no articula con el imperio.

¿Asimilaron el mensaje?

Ya están sabidos de que Joe Biden, presidente de Estados Unidos, urge nombres de todos los corruptos a cambio de… vamos por buen camino, pero ustedes andan torcidos. Así el tufo por pasillos políticos donde muchos de sus actores están pringados por sinfín de travesuras.

Craso error de sus “asistentes” que los ciegan y los encierran. No aprenden la lección.
Saben con quién o quienes volverse fríos, vivos y tontos; creen que medio mundo se les arrima como hace su aclamada prima. ¡Están muy equivocados! El dinero no es sinónimo de triunfo ni de limpidez. Por altivos nadie sueña derrumbarse de su trono. No se sientan victoriosos que los electores son sigilosos vectores en las votaciones.

Los únicos ganadores son aquellos que ustedes miman como balance siendo una onerosa balanza para sus bolsos o para el fisco, pero, si así son felices… el que por su gusto muere… que se la entierren parado.