Siempre

Una llamada a los Confines

Es muy importante que nuestra cultura sea considerada por el Estado como una fuerza para tomar conciencia y educar

09.05.2020

GRACIAS, LEMPIRA.-“En esta crisis y su confinamiento (me dice Marino Berigüete) estamos en el mismo mar, pero no en el mismo barco”. Salvador Madrid

Mientras leo y levanto la mirada para contemplar el campanario de la Iglesia de San Marcos de la ciudad de Gracias, recibo una llamada del embajador de República Dominicana en Honduras, Marino Berigüete, que con un tono nostálgico en sus palabras hace un recuento de sus instantes en esta ciudad.

Marino es un escritor que ha retratado la cultura de República Dominicana y que se siente muy feliz en Gracias: unas veces se hospeda en Casa Celaque por el sonido melancólico del río Arcagual al anochecer; en otras ocasiones se aloja en Casa de La Ronda de Mercedes Sofía Hernández, pues adora las conversaciones en el patio interior de esta casa señorial.

Se siente muy cómodo en la casona del artista Mito Galeano, donde cruza los viejos corredores hasta llegar al estudio del artista Cristian Gavarrete y admirar su pintura. Además, se queda por largo tiempo a observar la ciudad desde la terraza del hermoso Hotel Guancasco de Fronica Miedema, un espacio con una vista privilegiada de la ciudad, entre esa sensación rústica y natural de su estilo de provincia.

Marino visita las bibliotecas Blue Lupin que implementa Plan International Honduras en Lempira; “siempre que entro a la biblioteca de Lepaera me preguntó ¿cómo es posible que hicieran algo tan hermoso en el fin del mundo? Yo sueño que un día este país tendrá bibliotecas Blue Lupin en todos los pueblos y que Plan las llevará a República Dominicana”, le comentó a Edgar Murillo, alcalde de Lepaera, a quien felicitó por darle relevancia a la cultura.

Yo los escuché conversar y recordé a Federico García Lorca: “No sólo de pan vive el hombre. Yo, si tuviera hambre y estuviera desvalido en la calle no pediría un pan, sino que pediría medio pan y un libro (…) Bien está que todos los hombres coman, pero que todos los hombres sepan. Que gocen todos los frutos del espíritu humano”.

Foto: El Heraldo

El embajador dominicano conversa con el artista plástico Cristian Gavarrete, cuyo estudio ha visitado en la Ciudad de los Confines.

La llamada se extiende mientras cae una llovizna sobre Gracias; hablamos de Leonel Alvarado, de Juan Manuel Roca y del poeta Joan Margarit. Comenta Marino que “La hermosura del Festival Internacional de Poesía Los Confines viene de Gracias, de Copán Ruinas, de Santa Rosa, de Siguatepeque, pues la poesía y el arte se expresa en los escenarios hermosos y en la paz de estas ciudades”.

Conversamos sobre el impacto de la pandemia y de resistir un tiempo tan complejo. “En esta crisis y su confinamiento (me dice Marino Berigüete) estamos en el mismo mar, pero no en el mismo barco”, una frase llena de verdad, pues para algunas personas este ha sido el mejor año de su vida, comparten el mar con todos, pero la incertidumbre, la duda y el hambre son olas que voltean muchas balsas, no sus yates o sus buques.

Coincidimos que la vida comunitaria es un buen paliativo en la crisis y poscrisis del Covid-19 porque es sostenible, solidaria, ecológica, permite conocer y aprovechar los recursos naturales y humanos para comprendernos entre nosotros y ante el mundo. “Es tiempo de comenzar a creer en nosotros, por eso es muy importante que nuestra cultura sea considerada por el Estado como una fuerza para tomar conciencia y educar. No tenemos otra alternativa para ganar esta guerra”, agrega este hombre de frases breves.

La llamada llega a su despedida, y antes que los últimos pájaros crucen este asombroso espacio de llovizna con sol y campanario de fondo, comienzo a escribir esta conversación como homenaje sencillo al escritor Marino Berigüete, amigo de la cultura hondureña.