Siempre

Del teatro al cine, actores que asumen el reto

José Luis Recinos y Mariela Zavala ya ganaron la estatuilla a Mejor actor y Mejor actriz, respectivamente, en el Festival de Cortos de EL HERALDO. ¿Cómo lo lograron?

26.10.2019

Con más de 25 años de una trayectoria escénica que hoy en día continúa sumando experiencias, y tras un debut en el Festival Internacional de Cortometrajes EL HERALDO que los condujo a la gloria, José Luis Recinos y Mariela Zavala son dos figuras de la actuación que no ven límites. En 2017 el cortometraje “Lid”, dirigido por Julio Jiménez y Kevin Roque, le dio la oportunidad a Zavala de consagrarse como Mejor actriz durante la gala de premiación. Mientras que, en esta última edición del proyecto, fue José Luis Recinos quien se llevó el premio a Mejor actor tras su participación en “Desde Latinoamérica con amor”, de William Aguilar.

Ahora bien, qué une y qué diferencia a ambos intérpretes conocidos mayormente por su legado sobre las tablas luego de haber demostrado que su talento bajo la piel de otros no tiene un único escenario. En esta edición de Siempre, una entrevista que indaga en el trasfondo de adoptar un papel ya sea para llevarlo al escenario o para mostrarlo frente a una cámara.

Cuando se les preguntó a ambos sobre la decisión del por qué ese salto del teatro al cine, las respuestas, derivadas de las mismas experiencias, no fueron las mismas. Mariela, quien ya cuenta con un recorrido extenso en ambos campos, opinó que “un actor estudia actuación, ya si luego se quiere dedicar al teatro, al cine o a ambos rubros es una decisión personal. En la profesionalización uno se va dando cuenta de que puede hacer su trabajo bien hecho, independientemente del campo. Particularmente, tanto el escenario como el set de grabación han sido parte de mis intereses”. “En mi caso, me parece que como actor te plantean proyectos que te resultan interesantes y eso te anima a desarrollarlos. Hasta ahora yo me había negado a la producción audiovisual precisamente porque no había encontrado una historia que me llamase del todo la atención, además de que por mis diferentes ocupaciones no había tenido el tiempo. Sin embargo, William se me acercó, me presentó su idea y me pareció sumamente interesante. Me embarqué con él y todo su equipo en la aventura de hacer este corto sin ningún tipo de expectativa, más que la de hacer el mejor trabajo posible. El que haya resultado tan exitoso es un valor agregado a la experiencia”, contó Recinos.

Dificultades

En el teatro la interpretación es un hecho vivo y cualquier cosa puede pasar, mientras que en la industria del cine los errores se pueden -de cierta forma- minimizar, aunque esto no significa que una sea más fácil que la otra. “En el teatro, trabajar en tiempo real conlleva una gran dificultad, pero en el cine sucede que, aunque la historia se cuente con tiempos determinados, no se graba en el orden que se muestra; esa es una de las mayores diferencias”, explicó la actriz.

Por su parte, Recinos apuntó que “en mi caso soy un actor acostumbrado a trabajar en vivo, que necesita la reacción orgánica del espectador y, de repente, estar casi solo y frente a una cámara, repitiendo las mismas escenas constantemente fue el reto más difícil. Yo lo interpreto como un ensayo muy, muy, muy largo en donde cada vez tenía que acercarme más a la perfección, y debo confesar que me equivoqué muchas veces. Sin embargo, William y su equipo me apoyaron muchísimo, y eso hizo que el trabajo, aunque fuese pesado, resultara más fácil
de realizar”.

Los colegas coinciden en que en el teatro se abre el telón y la prueba es una sola, mientras que en el cine el proceso es algo más técnico. “En el cine se tiene que ser muy preciso para que la cámara pueda captar perfectamente cada una de las acciones y emociones. A esto se le suma la tarea de trabajar de la manera más naturalmente posible, ya que en el teatro, dependiendo del estilo, del género y de la técnica que se emplee, la actuación puede ser un poco más exagerada”, extendió José Luis.

Experiencia en EL HERALDO

“Aunque yo ya tenía experiencia en cine, con EL HERALDO fue la primera vez que participé y gané, y siento que realmente tiene que ver más con la experiencia y el bagaje. En ‘Lid’ fue muy bonito y muy intenso en cuanto al reto que nos pusimos con los mismos directores, jóvenes los dos, pero con una claridad de lo que querían y, sobre todo, amantes del cine. Fue un reto también a nivel de conocimiento de mis propias capacidades expresivas”, contó Mariela.

Por su parte, José Luis afirmó sentirse afortunado tras la experiencia. “Este es mi primer trabajo en el mundo del cine y me gané el reconocimiento como Mejor actor, un acontecimiento que me llena de dicha y felicidad. De una u otra manera me parece que esto sirve para reafirmar la idea de que los actores somos actores, y que, aunque venimos del mundo del teatro, somos igual de efectivos en el mundo audiovisual. Un actor es un actor, independientemente de lo que haga, pero queda evidenciado que aquellos que contamos con trayectoria y formación tenemos mayores posibilidades de hacer un trabajo más detallado”.

Para ambos, este antecedente debería seguir incentivando a los cineastas del país a que consideren a los actores de teatro dentro de sus producciones. “En nuestro país, si bien es cierto, hay muchas ganas y mucha gente entusiasta. EL HERALDO está fomentando mucho este interés por realmente llevar a cabo proyectos, pero aún así habemos muchos que queremos seguir haciendo y no hay tantos espacios. Ojalá se siga trabajando en eso, porque la gente que está organizada hace una excelente labor para que el cine siga creciendo”, aseveró Zavala.

Cambios a mejor

Zavala y Recinos coinciden en que, efectivamente, los lenguajes de trabajo tanto en el teatro como en el cine son particulares y es necesario conocer al menos un poco cada una de las artes para poder hacer un trabajo más efectivo. Pero lo que realmente resulta importante mencionar es que una persona que trabaja por primera vez en una experiencia como tal, sí está adoptando un personaje, pero eso no lo convierte en un actor o en una actriz.

“En la medida en que uno se prueba y con el paso del tiempo desarrolla un proceso sistemático de creación, donde se forma y gana experiencia, así nos convertimos en actores y actrices. Creo que esa es una de las realidades a las que hay que apelar. Sin lugar a dudas en nuestro país hay gente que tiene muchísimo talento para la actuación, pero hay un proceso, un tiempo, un desarrollo, un entrenamiento y una formación que son necesarios”, asegura Recinos.

Según el intérprete, es preciso que las personas que están intentando hacer carrera en la actuación tengan claro que el resultado no es inmediato. “Me gané el premio como Mejor actor en mi primer trabajo para cine, pero tengo 25 años de experiencia que me respaldan, no fue algo fortuito”.

Por su parte, Zavala considera que para mejorar la apertura de espacios es necesario que sigan proliferando los guiones y que estos sean buenos. “Conocer la técnica de cómo se escribe para cine también es importante porque a partir de una buena historia es como uno de actor también se puede entusiasmar. Luego, que haya más producciones”. “Ganar un premio no significa que uno sea buen actor o buena actriz. Las historias que se están contando todavía son sencillas, de alguna manera. Hemos ido avanzando y por buen camino, pero hay mucho todavía por recorrer. A medida se vaya creciendo, las exigencias deben ser mayores, sobre todo si se pretende salir de Honduras. Tener metas más amplias con caminos más concretos haría que los directores y productores buscaran gente con mejores bases”, finalizó.

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