Siempre

El Artículo de Octavio Carvajal: Diplomacia sexual y familiar

Varios “embajadores” se fueron con cesantía y la jubilación como sueldo, pero algunos siguen de “asesores” con un salario extra

03.08.2019

TEGUCIGALPA, HONDURAS.- La presunta boda de un diplomático catracho con un belga desató numerosos chismes en la Secretaría de Relaciones Exteriores que, igual a otros entes, está secuestrada por un vulgar clientelismo político, familiar y hasta sexual donde afloran serias injusticias, envidias y piques entre chorro de vagos en legaciones ocupadas, además, por hijos de periodistas viperinos.

Dura tarea espera al fresco canciller Lisandro Rosales que deberá tragarse todos los males o enfrentar con gallardía y decoro los descarados abusos en una institución con buenos diplomáticos de carrera marginados bajo la excusa de que están en “disponibilidad” y, otros, que no sueltan la teta quitando o relegando de altos cargos a nuevos brillos. ¿Y la Ley del Servicio Exterior? Está en el sanitario.

Claro, ningún régimen respeta nada. La Secretaría de Relaciones Exteriores sigue siendo un refugio cínico de políticos mediocres de todos los colores. Hace poco, un “periodista” criticó la labor de un embajador y por su “valentía y ética” logró un cargo para su hijo en Europa. Y así varios “comunicadores” han metido, bajo diversas tretas, a hijos e hijas. Patrañas y palabrero su estilo. ¿Y quién dice algo?

Estas letras, lógico, crisparán a muchos, pero la verdad es inocultable. Para nada han servido mil coloretes al aclamado “Servicio Exterior” si muchos deberes se los reparten con la cuchara grande las argollas de poder.

Estas letras, lógico, crisparán a muchos, pero la verdad es inocultable. Para nada han servido mil coloretes al aclamado “Servicio Exterior” si muchos deberes se los reparten con la cuchara grande las argollas de poder. Además de hijos, meten, primos(as), hermanos(as), queridas y hasta chofer (doméstico). Un manjar con dos platos fuertes: pupusa y chorizo.

VEA: Artículo de Octavio Carvajal: ¿Coca sin dueño?

Gordas

Otros(as) viviendo en la vil y cruel llanura por falta de llenura saltarán de alegría al leer estos puntos que desnudan las grandes canonjías en Relaciones Exteriores que más parece una casa de citas políticas, familiares y sexuales. El toque íntimo no puede faltar. Si es “pecado” que un embajador se haya casado con un belga, mayor delito es ser candil de la calle, oscuridad de la casa. El chupete es el mismo.

Tampoco es la única entidad donde se apadrina la cola de deleites. La Secretaría de Relaciones Exteriores -así como otras entidades- tiene un clan de momias intocables que solo muertas cederán los cargos por los que ya cobraron su jubilación y se petrificaron de “asesores”, creyéndose precisos, eruditos. ¿Seguirán dominando o pondrá orden el señor Rosales?

Aquí el “caiga quien caiga” está invertido. En los puestos caen por otras gracias sin importar su filiación. Por ahí dijo una muchacha -por cierto, muy agraciada- que este gobierno es el rey del nepotismo, pero cuando la chica sorbió con el patrón todo era “legal” y “moral”. Ja-ja-ja. Vulgares hablando de conducta. ¡Igualitos todos!

La Cancillería es, para muchos indecentes, una alcancía. No griten decencia desde afuera o desde adentro si son letrinas. Cualquier perico de los palotes asume puestos sin tonelaje diplomático. Que acabe la borrachera por malditas influencias. Los de arriba siguen ganando espacios a pura labia, por dotes físicos o gracias al dime con quién andas y te mando donde quieras. El tamaño vale más que los doctos. ¡Buen provecho!