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La guerra de 1969 en el cine hondureño

A 50 años del inicio de conflicto bélico entre dos países hermanos, conozca los filmes catrachos que han abordado este acontecimiento

14.07.2019

TEGUCIGALPA, HONDURAS.-El conflicto bélico entre Honduras y El Salvador suscitado del 14 al 18 de julio de 1969, etiquetado como “La guerra de las 100 horas” por su breve duración (afortunadamente) y como “La guerra del fútbol” (por el periodista polaco Ryzsard Kapuscinski), generó actos de heroísmo y patriotismo, pero también testimonios de terror, dolor y rencor.

La historiadora costarricense de cine María Lourdes Cortés en su libro “La pantalla rota: cien años de cine en Centroamérica” reseña la producción fílmica del istmo en el siglo XX, pero no aparece nada sobre la guerra de 1969. A 50 años de esos acontecimientos, asombra encontrar los primeros filmes sobre la refriega hasta principios del siglo XXI.

Una versión salvadoreña

“La guerra de las 100 horas: una crónica desde el aire” es un documental de El Salvador producido en 2005 por Contraluz Film&Arts en conmemoración de los 36 años del conflicto. Dura 49 minutos y fue escrito y dirigido por José Manuel García, producido por Rodolfo Osorio, narrado por Amílcar Durán y con asesoría del historiador Carlos Cañas Dinarte.

Su trama es hilvanada mediante entrevistas a tres veteranos de guerra de la Fuerza Aérea Salvadoreña: el capitán Francisco Zeceña, quien pilotaba un Corsario; el coronel Adrián Panameño y el capitán Mauricio Letona, ambos pilotos del C-47.

El montaje es muy básico, con tomas fijas de larga duración, escaso material de apoyo, algunas pifias en edición de sonido, y la narratividad fluye únicamente por los aportes de los entrevistados, por lo que el visionado del filme sólo lo mantienen aquellos verdaderamente interesados en el tema.

Eso sí, los testimonios son ricos en detalles, tanto de los antecedentes sociales y agrarios que generaron el alzamiento en armas como de las estrategias militares -con anécdotas incluidas- implementadas en las incursiones aéreas. Dos enfoques le restan fuerza al filme: el primero es el señalar únicamente a los hondureños de haber atizado el conflicto. Y el segundo es que, tras llegar al punto en que la OEA ordena el cese al fuego, el documental da un hiato de varias décadas y finaliza con uno de los pilotos comentando que actualmente mantienen buenas relaciones con los colegas de la Fuerza Aérea Hondureña (FAH) y que hasta ha departido con sus otrora enemigos en convivios en Roatán, dejándonos un extraño sabor de boca.

Primer intento de ficción

El poeta José Adán Castelar (QEPD) publicó el domingo 26 de octubre de 2003 en EL HERALDO, en la página 2 de esta revista dominical, una entrevista a Hispano Durón en la que el cineasta revelaba que estaba en preproducción “La guerra del fútbol”, con colaboración del documentalista Jorge Dalton y del Museo de la Palabra y la Imagen, una coproducción honduro-salvadoreña que contaría el conflicto en tono antibelicista. Pero, desde entonces no se supo nada más del filme.

El aporte de René Pauck

En 2010, aprovechando el fervor futbolero por la participación de Honduras en el Mundial de Sudáfrica, el Museo para la Identidad Nacional patrocinó la serie “Fútbol, identidad y pasión”, en la que varios directores crearían pequeños filmes sobre el fútbol en Honduras. René Pauck, cineasta desde hace varias d?cadas y actual director de la Cinemateca Universitaria Enrique Ponce Garay de la UNAH, realizó el corto documental “La mal llamada guerra del fútbol”. A diferencia de otros trabajos sobre este tema, aquí los protagonistas no son los militares ni la trama se enfoca en los combates aéreos. Durante 11 minutos y mediante entrevistas al escritor Eduardo Bähr, el historiador Jorge Amaya y personalidades del balompié como “Chelato” Uclés, Ángel Ramón Paz, Mario Griffin, entre otros, se analiza el ambiente de agitación social y política imperante en los partidos eliminatorios entre ambas escuadras rumbo a México 1970.

Otros proyectos en YouTube

Aparte del mencionado filme salvadoreño, existen documentales hondureños que intentaron, de forma amateur, contar su versión de la guerra.

Uno de ellos fue producido por estudiantes de la Universidad Metropolitana de Honduras en 2017 y dura 21 minutos.

Quien asume la mayor responsabilidad de esa realización, según los escuetos créditos finales, es Josué Villalobos, ya que se encargó de la producción y la locución.

El filme (sin título oficial) consta de tres partes. En la primera se describe a grosso modo los hechos más relevantes ocurridos en esas 100 horas, haciendo acopio del material de archivo archiconocido sobre el conflicto. El problema es que parten de los partidos de fútbol y no abordan los problemas agrarios y migratorios previos.

La segunda parte es un esbozo biográfico del piloto Fernando Soto Henríquez, el mayor referente de heroísmo del lado de las huestes hondureñas. Y la tercera parte son entrevistas a veteranos de guerra y expertos en aviación de la FAH.

La producción es deficiente: música extradiegética suena sin cesar en todo el filme, usaron filtros del programa de edición que daban efecto de cine mudo a las imágenes de archivo y las entrevistas se filmaron “en modo guerrilla”.

Lo rescatable del filme es la explicación del experto en aviación sobre el Corsario pilotado por Soto Henríquez, en la que vemos el estado actual de la aeronave, que se conserva -por su valor histórico- en el Museo del Aire de la FAH.

Otro documental en la web sobre la guerra del 69 lo produjo TV San Marcos. Fue realizado en 2018 por Joselin Flores y dura 68 minutos. A priori la propuesta era interesante: contar cómo los habitantes de San Marcos de Ocotepeque vivieron el conflicto armado mediante fuentes de primera mano: combatientes y civiles, hombres y mujeres que fueron testigos de ese enfrentamiento bélico.

El problema fue su planteamiento, ya que muchas preguntas iban tendentes a reafirmar la victimización catracha y la maldad salvadoreña. Además no todos los entrevistados aportaron cosas relevantes: una anciana solo reiteraba que no les pasó nada “por la gran voluntad de Dios” y un excombatiente, quizás por la edad, decía inconsistencias como que estuvo cinco años combatiendo, dejando en entredicho la veracidad de su testimonio.

“100 horas de furia”

En su infancia, Walter Hernández Tábora solía escuchar de su familia copaneca anécdotas de los tiempos de la guerra. Con los años, y ya con expertise en producción audiovisual, esa curiosidad por saber más acerca de ese conflicto lo llevó a investigar a fondo y crear un documental. Su versión primigenia fue “Fuego en el cielo”, para el 40 aniversario, en 2009, enfocado solo en la FAH. Posteriormente, el proyecto fue mutándose a nuevas versiones, con visiones más amplias de los hechos, y cambió su nombre a “100 horas de furia”. Una de esas versiones se presentó en junio y julio de 2014 al cuerpo castrense y gubernamental y fue reseñada por la prensa escrita. Tras más de 10 años de realizar un exhaustivo trabajo de investigación y documentación en archivos de Honduras y de otros países, este documental se encuentra en una nueva fase de posproducción, ahora asociado con B’alam Entertainment, y mostrará las dos versiones de los hechos mediante entrevistas a militares e historiadores de ambos países.

Su costo de producción al 2014 era de más de 250 mil lempiras. Ahora, con mayor inversión de tiempo y dinero, seguramente la espera valdrá la pena y ojalá veamos pronto el que quizás sea el mejor documental centroamericano sobre la guerra de 1969.

“Pulga”

Mientras Walter Hernández investigaba para el documental “100 horas de furia”, descubrió una historia que al final se convirtió en un guión de ficción basado en hechos reales. “Pulga” fue el fruto de esa semilla, un cortometraje de 28 minutos dirigido por Alejandro Irías Leiva, con Denis Medina como productor, Gabriel Alvarenga en fotografía, Geovany Ramírez en dirección de arte, Nancy Lovo en maquillaje, entre otros.

El corto cuenta la historia de Zanate, un soldado de infantería que encuentra a un bebé abandonado durante una misión de reconocimiento en una zona fronteriza en plena guerra entre Honduras y El Salvador. El cuidado que le prodiga a ese ser desamparado sin querer le resulta vital cuando el enemigo lo encuentra.

Decenas de participaciones en festivales en varias partes del mundo, entre los que destaca el premio a Mejor corto épico en la XII Manhattan Film Festival y su exhibición en la sección Short Film Corner del Festival de Cannes de 2018, engalanan el palmarés que este filme ha cosechado.

Reflexión final

Aunque ya se tenga una pequeña filmografía sobre el tema, el gran reto será realizar un largometraje de ficción. Lo bueno es que existe abundante material testimonial y literario de donde echar mano.

A 50 años de esa guerra, que estas producciones cinematográficas nos enseñen a no repetir la historia, ya que en las guerras no hay buenos ni malos, ni vencedores ni vencidos, solo muerte, destrucción y rezago económico y social.