Siempre

El artículo de Octavio Carvajal: Satánicos

El presidente estadounidense Donald Trump lanzó diversas amenazas al Triángulo Norte. Sentenció el cese de ayudas económicas por la caravana de migrantes

10.11.2018

Aunque muchos cabezas calientes quieran negarlo, la huida de hondureños en busca del mal llamado “sueño americano” se infectó con la intromisión de sectores oscuros del país, desde el más simple activista político hasta el más de los fatuos personajes criollos y foráneos con el afán de hartar sus lucros personales cobijados en sotanas satánicas.

¿Cómo es que religiosos y supuestos tutores de derechos humanos atizan el paso de unos cinco mil paisanos hacia Estados Unidos? Amar a los semejantes no significa alentarlos por un paso suicida hacia el norte. Han muerto unos cuatro catrachos en medio de su fuga atrás de la cual existen nutridos trucos por parte de trapecistas del culto y de la política.

Los evangelistas –en cualquier parte del mundo- deben ser guías de amor, de paz entre sus pueblos, no prestarse a juegos sucios de políticos y empresarios de ningún tipo. Si el sacerdote o pastor protege corruptos, violadores, asesinos no puede predicar la palabra sacrosanta ni mucho menos engañar a tropas culpando a unos y “salvando” a otros.

Mienten
Donald Trump,
presidente estadounidense, tiene sus mañas y locamente acusa de bandoleros a los migrantes, pero eso no da pie para que nuestra gente –en su conjunto humilde- sea usada por galanes con doble discurso, falsos que, clavados en varias facciones y colores políticos, incitan y costean la marcha con fines demagógicos y satánicos.

Si bien esta tierra no es un paraíso, todos, directa o indirectamente, son garantes de esta bomba que nos explotó por mimar gobiernos, empresarios y oportunistas con caras frías frente al aumento desmedido e inexcusable de la corrupción, de la impunidad, sumado al acoso sin cesar del crimen organizado que recluta a menores para sus temibles pandillas

Randas
Y la desdicha de miles es manejada por astutos y perversos que en el nombre del padre y del pisto buscan sacar ventaja del masivo destierro de paisanos para sujetar o lograr el poder político y económico del país. El ciudadano común que roba, mata o el simple servidor público corrupto no tiene moral para reñir a gobernantes ladrones.

Se debe dar el ejemplo en todo. Vemos cómo ahora saltan de “redentores” del éxodo, sacerdotes, hijos y hasta nietos de ricos con el único fin de enredar a incultos. Hay párrocos y pastores que traicionan a su feligresía, mientras los políticos y empresarios solo se acercan a las multitudes cuando urgen de su apoyo electoral.

Diablos
Con túnicas satánicas y vestidos de seda junto a sus mujeres se ven muy bonitos, pero son meros estirados (as) que falazmente gimen los males de migrantes y a tapadas los avivan con fines aviesos. Los “piadosos” viven de las copiosas limosnas que caravanas de pobres dan en las iglesias. La Virgen de Suyapa y todos los santos saben de esta historia de pisto en nombre de Cristo. ¿Entonces, quién es el dador alegre?

¿Qué hicieron ustedes en los templos por evitar la migración que hoy atizan? Y ustedes políticos y financieros, ¿cuándo compartirán sus fuertes riquezas y de grupo para que sus discursos sean coherentes con sus promesas?, ¿saben de los diez mandamientos o se quedan tontos y ridículos rezando a pedazos el Padre Nuestro?

Cuentos
Si “lloran”, “sufren” y “mueren” –según sus pantomimas- por los migrantes, ¿por qué cínicamente tiran la sotana, los trajes de caché y las zapatillas de cinco mil dólares para decir que les parte el corazón este calvario de compatriotas? Intenten ustedes –cobardes lanosos- penetrar ilegales hacia el norte junto a los pelados. Atajo de rufianes.

¿Alguna vez han soportado hambre? Móntense a La Bestia, así contarán un cuento real y no ficticio. No transen la vida de inocentes con rezos ni ofertas. No más hipocresías ni mentiras de malos religiosos, políticos, empresarios y hasta de periodistas que se idean castos, dignos y piadosos siendo un puño de parásitos.

Den respuestas con mandos pulcros. No más vividores de un bando y de otro que apoyan proyectos políticos para saciar sus codicias. Una cuarta más y una reelección más, jamás, y, menos a lomos de las mayorías. Por un grupillo de ambiciosos, nadie merece desventura.