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Caso Khashoggi: el lado oscuro y siniestro de la monarquía saudí

El periodista Jamal Khashoggi era un crítico de los desmanes de la realeza saudí y al verse amenazado se exilió en Estados Unidos, donde escribía para el diario Washington Post.

27.10.2018

RIAD, ARABIA SAUDITA. -El descuartizamiento del periodista saudí Jamal Khashoggi en el consulado de Arabia Saudita en Turquía mostró al mundo el lado macabro de una monarquía absoluta. Al mismo tiempo creó un escenario para que el comercio internacional de armas y la defensa de los derechos humanos midan fuerzas.

En septiembre de 2017, luego de una ola de arrestos de críticos de la corona, principalmente de los excesos del príncipe heredero Mohamed bin Salmán de 33 años, Khashoggi abandonó su país y se exilió en Estados Unidos, donde escribía una columna para el Washington Post.

El periodista opositor por primera vez visitó el consulado saudita en Estambul el 28 de septiembre de 2018 para obtener un documento que certificara que se había divorciado de su exmujer y así poder casarse con su prometida turca Hatice Cengiz.

Khashoggi, quien el 13 de octubre cumpliría 60 años, reservó una cita para regresar el martes 2 de octubre. Ese día llegó al consulado a las 13:14 hora local para asistir al encuentro programado para las 13:30. Su prometida lo esperó once horas fuera de la oficina diplomática, pero él nunca apareció.

Tras la denuncia del desaparecimiento, las autoridades de Arabia Saudita aseguraron al principio que el periodista había salido de sus oficinas tras terminar los trámites.

El caso comenzó a despejarse una vez que el diario turco Yeni Safak dijo contar con grabaciones de audio que recogían las torturas sufridas por el periodista antes de ser degollado y mutilado dentro del consultado.

“Hagan esto afuera. Me van a meter en problemas”, reclamó el cónsul Mohammad al-Otaibi a los matones del reino, según el audio.

La operación del salvaje asesinato la dirigió Salah Mohamed Al Tubaigy, un experto forense de la Dirección General de Seguridad saudí. Khashoggi habría aguantado con vida siete minutos de tortura. Después, el forense comenzó a despedazarlo mientras escuchaba m?sica por unos auriculares. “Cuando hago este trabajo, escucho música. Deberías hacerlo también”, dice Tubaigy a los compañeros en la grabación.

De acuerdo con las investigaciones turcas, un grupo de 15 agentes sauditas, hombres de confianza del príncipe heredero, se trasladaron a Estambul para esperar la llegada del periodista.

Enfurecido por lo ocurrido en su país, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, dijo que la muerte de Khashoggi fue un salvaje y planificado asesinato, dejando en ridículo la versión de las autoridades saudíes que se trató de un error ocurrido durante una pelea. Las versiones del gobierno saudí han perdido toda credibilidad en la medida que las autoridades turcas avanzan en las investigaciones.

Erdogan aseguró que Turquía “no se va a callar” y que “tiene derecho a hacer preguntas” hasta que todos los interrogantes de “este asesinato político” sean resueltos, ya que el delito se cometió dentro de sus fronteras, y “no es posible ocultarlo mediante la inmunidad diplomática”.

Mientras Estambul le pide a Arabia Saudita que le envíe a los 18 detenidos por el sangriento hecho para juzgarlos en Turquía, la comunidad internacional también ha reaccionado indignada y presiona para que se sancione al gobierno saudí comenzando por la limitación de la venta de armas, no solo por el asesinato de Khashoggi, sino por la violación de los derechos humanos al causar la muerte de centenares de niños al bombardear a Yemen.