Siempre

Artículo de Octavio Carvajal: Plata o plomo

De seguir como vamos, será difícil que la Policía o el Ejército capturen a grandes de la política y del ámbito empresarial sindicados por corrupción o narcotráfico

13.10.2018

En una fresca cita de la embajada estadounidense estuvo de “invitado especial” un influyente político catracho que, según las lenguas viperinas, se la está jugando de “doble agente” con la DEA. Llegó y se fue tranquilo, pero tiene pique con unos “amigos”.

Seguro que el secretario de Seguridad, Julián Pacheco, pegará –si todavía levanta- un brinco de a metro al leer estas letras en las que le centraremos y pintaremos, sin dar fichas, de hombres y mujeres con chorro de cuentas pendientes aquí y en Estados Unidos y siguen “prófugos”. Algo chueco impide su captura. ¿Habrá plata a cambio de plomo?

Valoramos que el pecho –en medio de búsquedas y cazas- lo ponen miles de policías y militares comprometidos por reducir todo tipo de crímenes callejeros. Empero, es muy extraño que varios personajes de los de arriba –salpicados por corrupción, narcotráfico y lavado de activos- no caen en el caiga quien caiga ofertado por el Presidente.

Rebaja
La famosa tasa de seguridad –un reverendo leñazo que nos pegó el honorable Porfirio Lobo Sosa- es, a nuestro criterio, para reforzar cualquier operación contra la delincuencia común y organizada que se ha reducido a niveles muy aceptables, según el Observatorio de la Violencia de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras.

La captura de pandilleros, ladrones de la calle, sicarios, de peligrosos narcos y otros sin mucha categoría mermó las muertes de 88 a un poco menos de 50 por cada cien mil habitantes. Sin embargo, los de traje coca y aquellos que están hasta el gorro en fraudes contra el Estado siguen muertos de la risa pese a sendos operativos policiales por doquier. No queremos ni siquiera imaginar que estamos como hace apenas veinte años o menos, donde los capos, sus lavanderos y sinfín de pillos gubernativos –al modo de Pablo Escobar Gaviria en Colombia- continúan haciendo propuestas indecentes a altos funcionarios o a mandatarios coludidos con empresarios y periodistas que tapan o gritan según la tonelada de billete.

Paja
La Fiscalía ejecuta a través de la Agencia Técnica de Investigación Criminal (ATIC) numerosos registros conjuntos con rimbombantes nombres “Dragón 1, 2 y 3”, pero los papás de los dragones no aparecen por ningún lado. Casas, haciendas, palacios, ganado, millones de pisto en moneda nacional y extranjera decomisados y los clientes no están. ¡Qué raro!

La Policía –por su lado- con tenaces acciones captura o recaptura al son del actor. Alardea al recuperar una bici y con galanes embarrados con el mundo ruin no corre ni en sueños. Por la Dirección de Migración entran y salen y luego alega que la alerta de arresto contra un delincuente no era para ejecutarla a su ingreso y cuando salió nadie vio nada. A otro dundo con esos cuentos. Reporteros riñen la extraña postura policial y unos son cestos del crimen organizado. ¿O tampoco lo sabe don Julián?

La Oficina para el Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés) manda listones de políticos, abogados y empresarios pringados por narcotraficantes y nos asalta la duda si las cosas están chuecas en la autoridad. Caen los narcos, unos cuantos “financieros”, dos o tres diputados y el resto como que son bajados del cielo porque los vemos serenos en casonas, sillones y en ferias carcelarias.

Punto
En la Corte Suprema de Justicia (CSJ) solo gritan y arguyen que no hay más pedidos de extradición contra ningún tiburón, ya sea de occidente, del sur, del norte, del atlántico, de Colón o de Olancho. No obstante, nomás citan un mandadero, un simple policía basta para aprehenderlo. Usted señor Pacheco cantó que tenía siete pedidos y cero capturas.

Así que sobre grandes pícaros pocas noticias. En la Fiscalía se cambió una cara que nos salió cara, la Misión de Apoyo contra la Corrupción y la Impunidad en Honduras (Maccih) está inerte, en el Consejo Nacional Anticorrupción (CNA) se indagan unos casos de pus, otros no y luego toman las cosas como personales hacia cierta prensa.

De remate, el gentío cree que todos los periodistas callan ante el libertinaje, cuyo brazo armado es la pereza de los mandos que ven y dejan ir. Se hacen –como siempre- los idos con grandes bandidos ligados a la corrupción y al narcotráfico en todas sus expresiones. Es un mundo dispar donde muchos –como dijo el narco Pablo Escobar- pueden escoger entre la plata y el plomo. Es que aquí así es, frase célebre Medardo Mejía.