Siempre

La columna de Octavio Carvajal: Pompeo, bombeo y Pompeyo

Al norte no le extraña que por estos lados la Policía local no captura ni mira con mil ojos a prófugos recién arrestados en esa nación, como ocurrió con Carlos Alberto, hermano de Mario Zelaya Rojas

30.06.2018

Cuando nadie –absolutamente nadie– daba crédito hace dos años a la Misión de Apoyo contra la Corrupción y la Impunidad en Honduras (Maccih), ahora unos corruptos la “alaban” y “apoyan” por golpear a ciertos políticos. No cabe duda de que Mike Pompeo, secretario de Estado de Donald Trump, lanzó un bombeo que le cayó hasta Pompeyo.

Para muchos el periodismo de opinión se basa en “chismes”. Idean que Pompeo le “haló las orejas” al presidente Juan Orlando Hernández Alvarado en su cita a Washington. Los gringos –a su estilo– tienen un “lenguaje diplomático”, así como Heide Fulton –encargada de negocios en Tegucigalpa–, quien reiteró que su tierra no será refugio para bandidos catrachos.

Todos

Hernández Alvarado no es el primero en viajar velozmente a gringolandia. Tanto él como otros jefes rinden cuentas al imperio. Cuando los gringos urgen que se cumplan pactos no se andan con papadas para llamar a quien se les antoja para que les expliquen –si no es mucha la molestia– los motivos o el porqué de tanto atraso con cualquier acuerdo.

Tienen sinfín de formas de arrinconar y de asfixiar para mandar a quien sea a sus corrales. Si alguien tiene mínimas dudas comuníquese con todos los narcos presos y sus cómplices o, en su caso, llame a galanes de la política criolla que por lavar dinero de capos o juzgar sucio con el balompié aún siguen de paseo por Estados Unidos. No solo es la ley de extradición, ahora está la Maccih.

Al norte no le extraña que por estos lados la Policía no captura ni mira con mil ojos a prófugos de la justicia local recién arrestados en esa nación, tal como ocurrió con Carlos Alberto, hermano de Mario Zelaya Rojas (cerebro del fraude al Seguro Social), y el subcomisionado José Orlando Leiva Nataren, engrillado por lavado de dinero del bajo mundo. Cayó junto a su esposa Nancy Patricia Sánchez.

Tontos

Recién señalamos que bastaría una llamada del régimen de Donald Trump a Julián Pacheco Tinoco para aclarar su ineptitud por cazar a peligrosos narcos y también a “respetables” abogados y exfuncionarios acusados de fraguar su dinero o por robarle al Estado. El ¡aló! para don Julián cayó en el celular del presidente Hernández Alvarado. ¡Fallamos!

Ciertas trajeados no creen, se hacen lo idos o están estúpidos ante la embestida gringa. Vergonzoso –desde todo punto de vista– que el caiga quien caiga se aplique en Estados Unidos a lavadores y corruptos. Pacheco Tinoco se ve como normalista en la captura de fugitivos que ni al hijo de Jorge Barralaga atrapa. ¿Sabe quién lo cuida en su casa?

Y no están para bromas ni más atrasos en nada. Precisamente el indómito sostuvo un diálogo conciso y preciso con Mike Pompeo. Unas cuantas fotografías para la prensa. Apretones de mano a lo diplomático con Pompeo y el vicepresidente estadounidense Mike Pence. Pláticas de maña para que no se olviden de capos y ladrones del erario.

Rodeos

Hernández Alvarado fue acompañado por Estela Cardona –una silenciosa dama–, que es el enlace de su gobierno con la Maccih y la Organización de Estados Americanos (OEA). Minutos bastaron para aceptar al nuevo vocero de la Maccih, Luis Antonio Marrey Guimarães. Punto por punto sin Pacheco Tinoco. Para qué tanto trámite con malos tramitadores.

Pompeo lanzó un bombeo por el poco olfateo de la Policía catracha. ¿Actuará parejo la Maccih con Guimarães? Para Pompeo todo lo feo también lo dejó ir Pompeyo. No cayeron capos de la droga, corruptos, empresarios pícaros ni altos oficiales de Casamata, donde planificaron la muerte del Julián Arístides González y de Alfredo Landaverde.

Hoy nada es igual que hace diez años. Los gringos no dejarán títere con cabeza porque ellos no permiten ni perdonan que los tomen de títeres. Lean bien las entrelíneas de Fulton (para poner un ejemplo) y verán que lobos ni lobas de alcurnia escaparán. Y para aquellos (as) que se hacen o se tiran de castos exaltando la Maccih ya les llegará su hora.

A los inquietos en domos les invitamos a guardar la calma. El imperio no se sofoca por narcos ni corruptos que, enfermos o no, se mueren en sus ergástulas sin perdón ni olvido. ¡Bendiciones a ustedes!