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Tokio abre su museo de arte digital de cristales

El Mori Building Digital Art Museum abrirá sus puertas en tres días y buscará atraer a un gran público de cara a los Juegos Olímpicos de Tokio 2020

FOTOGALERÍA
16.06.2018

TOKIO, JAPÓN

Tokio ha creado un mundo de arte digital entre cristales y está a escasos tres días de exhibirlo.

La fascinante combinación de cascadas, campos de arroz, flores, colores, linternas, senderos luminosos y sus impresionantes efectos multicolores estarán abiertos al público a partir de este jueves 21 de junio con la inauguración oficial del Museo de Arte Digital de Tokio.

Mori Building Co. y el colectivo japonés Lab, conocidos internacionalmente por su innovador y espectacular arte digital, ha combinado de nuevo sus proyecciones, sonido y espacios cuidadosamente diseñados para crear experiencias inmersivas.

¿Qué habrá adentro?
Aunque todo parece real y se fotografía igual, en realidad es una ilusión. Una cascada baja a toda velocidad por una pared e inunda la sala.

Un paseo bucólico en medio de un arrozal, otro entre lámparas, en medio de un océano de olas, y degustación de un té verde aderezado con una flor virtual son algunas de las experiencias en las que el visitante se sumerge. El museo también propone actividades lúdicas, como caminar por colinas, volar por el espacio saltando de una especie de trampolín o moverse al ritmo de un centenar de bailarines con forma de siluetas traslúcidas.

Sin fronteras
Cinco universos distintos. Las obras reaccionan al contacto del espectador y le siguen a lo largo del recorrido, un proceso fruto de complejos algoritmos.

“Hemos creado un universo sin fronteras compuesto por obras de arte que se desplazan por sí solas, se comunican entre ellas y a veces se mezclan con otras”, explica a la AFP Toshiyuki Inoko, de 41 años, cofundador de teamLab.

“Me gustaría que este espacio fuese un lugar donde se pueda recordar que en nuestro mundo las fronteras no existen”, declara.

Dicen que es “único” en el mundo. Es un vasto espacio de diez mil metros cuadrados que reúne unas 50 obras en el barrio futurista de Odaiba, en la bahía de Tokio y muy frecuentado por turistas.

Un total de 520 ordenadores y 470 proyectores lo convierten en toda una proeza tecnológica. Las obras no son “ni animaciones pregrabadas ni imágenes en bucle”, sino que están realizadas en tiempo real.

“El hecho de que el universo se transforme con la presencia del otro es muy importante para nosotros. Formo parte de la obra al igual que los otros visitantes”, comenta Inoko.

Entre bastidores y por varios meses se han afanado unos 500 “ultratecnólogos”: artistas, ingenieros, programadores informáticos, matemáticos, expertos en robótica y arquitectos para crear este mundo de imágenes.

Sin fronteras
Inoko formó teamLab en 2001 con unos compañeros de la universidad de Tokio tras estudiar ingeniería, con la meta de “liberar el arte de las restricciones físicas” de los lienzos.

“Creemos que el arte digital puede extender el concepto de belleza”, resume teamLab en su manifiesto.

Pasaron diez años hasta que en 2011 el colectivo comenzara a dar verdaderos pasos artísticos en Taipéi antes de alzar el vuelo en 2014 integrando la galería neoyorquina Pace Gallery.

Un año más tarde organizaron su primera exposición en Japón, que atrajo a medio millón de visitantes en cinco meses. De ahí dieron un nuevo salto al extranjero para dar a conocer su trabajo en Londres, Silicon Valley y China…

TeamLab da ahora un nuevo paso con la creación de su propio museo en colaboración con la empresa inmobiliaria Mori Building y con el apoyo de varios grupos japoneses, desde Panasonic a Epson, que suministran el sofisticado equipamiento.

El edificio, llamado oficialmente Mori Building Digital Art Museum: teamLab Borderless, abrirá en tres días, la entrada costará 3,200 yenes (24 euros, 28 dólares) y buscará atraer a un gran público de cara a los Juegos Olímpicos de Tokio en 2020.