Siempre

El Artículo de Octavio Carvajal para esta semana: Vivos y papos

Sinfín de saqueos públicos y los fanfarrones son sagrados, perfumados de rosas y que han dejado pétalos de pudrición, mientras la Fiscalía calla y grita según el cliente

17.02.2018

Tegucigalpa, Honduras
Asusta sobremanera la forma artera en que hondureños, unos pregonados de empresarios y otros de lumbreras, exigiendo diálogos locales, pero regidos por foráneos alegando que solo ellos pueden sacarnos de la crisis política (cuento viejo).

Lo que vemos es un grupo de expertos vividores con pasados oscuros, intocables de la maldita justicia.

Si en el Congreso Nacional hablan de prohibir el libertinaje en las redes sociales, debería publicarse nombres y apellidos de una ristra de políticos y vivarachos financieros que riñen todo tapando sus picardías contra el Estado. Los observadores pedidos deben saber frente a quienes están.

En lujosos hoteles piden a la Organización de Estados Americanos (OEA) y a la Organización de Naciones Unidas (ONU) que los “cerebros” enviados nos arreglen el desorden interno del que son culpables directos e indirectos. En Honduras ya sabemos que ustedes son caraduras, cínicos.

Loros
Todo mundo opina, sugiere y aclama peroratas para lograr la paz soñada en el país. Vemos rostros sin ética. Por ahí andan unos “empresarios” y “analistas políticos” que cansan con su verborrea en televisoras. Es un concierto de malos cotorros. Unos -pensionados del gobierno- se trajean, dejan sus mansiones y la prensa los pelea por entrevistas.

Que necesitamos esto y lo otro, que tenemos mil trabas derivadas del aprieto político (desde 2009). Han pasado casi diez años. Los mismos sabelotodo, los mismos pancistas y los mismos políticos –parásitos eternos de la burocracia- nos siguen hablando de pureza, de fraudes electorales en lugar de estar encarcelados por bandidos.

Reprensible desde todo punto de vista que tras la salida violenta del decoroso Manuel Zelaya Rosales anden muertos de risa delincuentes de corbata y peor aún, gritando pundonor. A su provecho, ya no hacen bulla sobre los millonarios asaltos a los fondos de Petrocaribe, al banco estatal y al Seguro Social. ¿Y los tractores? Prohibido olvidar.

Tapa
Sinfín de saqueos públicos y los fanfarrones son sagrados. Perfumados de rosas que a su paso han dejado pétalos de pudrición. Bolsearon el Patronato Nacional de la Infancia (Pani), se robaron la merienda escolar, zapatearon con el pisto de la niñez para construirse sendos edificios aquí y allá, mientras la Fiscalía calla y grita según el cliente.

¿Están presos los cómplices del atraco al Banco Central? ¿Qué pasó con los militares que se llevaron la carretilla por orden de un cercano de Zelaya Rosales? ¿Quiénes se peinaron el perdón de la deuda externa? ¿Por qué no caen los grandes testaferros del asalto al hospital social? Si están cautivos los que tomaron coimas por “compra de medicinas”, ¿por qué gozan de libertad quienes las dieron?

Foto: El Heraldo



Tufo
Un engreído dice que el gobierno de JOH es un pus y él es uno de los rateros de la extinta Corporación Nacional de Inversiones (Conadi).
Metió sus uñas en un banco local y no pagó al menos dos millones de dólares a otro. Eres tú, picarito. Terciopelado, dejaste a miles pelados, en la calle y sin prestaciones. No honraste otra poderosa deuda por energía eléctrica.

Un “respetable” hondureño que fungió como embajador en la funesta regencia de Porfirio Lobo Sosa lo vemos saltar como mediador en medio de la crispación política generada por las reñidas elecciones de noviembre pasado, pero siendo diplomático solo era picos y abrazos con el hombre de La Empalizada. ¿Es dolor de panza por un plato de comida?

Unos periodistas que locamente riñen la crisis política se olvidan – por billete y tráfico de influencias- que entre 2008 y 2009 salieron millonarios por amar la cuarta urna y ahora los aplauden cobardes empresarios y les miman sus picardías con publicidad. Todos son rufianes y acomodados. Cazan echados en cerros de monedas logrados en madrigueras.

El país está al revés. Los amorales piden integridad, los pocos buenos se cuadran y, de remate, apoyan molotes por gallinas. Dan de comer a quienes les muerden la mano. ¿Cuál crisis? La crisis es de valores y ustedes no tienen valor para confesar sus atracos y parar en la cárcel.

¡Bandoleros! Se sueñan vivos y nos creen tontos.