Siempre

Columna semanal de Octavio Carvajal: ¿Debilitado JOH?

Ojalá que aquellos colaboradores de Hernández Alvarado se bajen de la nube en que estuvieron estos cuatro años pasados porque de continuar igual o peor no necesitarán despido. Ellos mismos abdicarán por necios y nefastos

30.12.2017

Tegucigalpa, Honduras
Aquel Juan Orlando Hernández Alvarado fuerte y tenaz que mirábamos antes y después de convertirse en presidente en 2013 ya no es el mismo tras ser declarado ganador de las pasadas elecciones. Está agitado por rivales políticos y personales. Unos son conocidos y otros de origen oscuro -que aparentemente lo tienen tambaleante y despistado.

El indómito debe –sin pausa- reinventarse, pero no llamando a diálogos insulsos. Tendrá que buscar mil formas por voltear lo que no le funcionó en su primer ciclo de gobierno. Su reñido continuismo –el primero en la era local- lo rubricó Estados Unidos entre gritos de sus rivales que no avalan su orden ni su cita para calmar los exaltados ánimos.

¿Indómito?
Hilda Hernández –su extinta hermana- fue su comando en los bastidores. La agente número uno de su regencia que armaba su ajedrez político local y su itinerario universal. Su muerte lo desconcertó. Se nota atribulado, cansado y un poco más delgado. ¿Rotará el rumbo de su régimen el irreconocible indómito? ¿Estará listo para cuatro años más?

Antes y durante los frescos comicios generales, JOH tuvo mil susurros de cercanos que –según auscultamos- pudieron ser los judas, aquellos que lo habrían vendido para que su reelección bailara a última hora. Sus adulones lo ilusionaron al jurarle que ganaría holgadamente la presidencia por diez y hasta por veinte puntos porcentuales. ¿Venganza?

Un habilidoso Juan Orlando fue burlado –por no decir traicionado- en los momentos cruciales de las votaciones. ¿Qué pasó con los sondeos? Los golpes fuertes al narcotráfico, las alevosías y codicias a lo interno y fuera de su partido tocaron los hígados de grandes. Hirió a capos de la droga y sus aliados de traje en las butacas del poder. ¿Y el costo?

Tamal
Hernández Alvarado aprobó la extradición de narcos siendo presidente de la República el “distinguido” Porfirio Lobo Sosa quien –según los aúllos en Nueva York- no quiso entregar a nadie ni mucho menos a Los Cachiros, cuyo jefe Devis Leonel Rivera Maradiaga optó por rendirse a la DEA antes que morir, pero…quemó a su alero Fabio Lobo –legatario del expatriarca-.

El primer extraditado en abril de 2014 fue Arnaldo “El Negro” Lobo (no es familia de aquel), quien tenía “buenas relaciones” con ciertos políticos y financieros del país, algunos de ellos “preciosos” en Estados Unidos y otros que siguen libres y muertos de risa en tierras catrachas. En plena Navidad desde 2013, “Pepe” Lobo le dejó “buenos tamales” a JOH.

Letras
Lejos del robo al Seguro Social, el señor Lobo Sosa se lavó las manos con los amigos de Fabio y, El Indómito, sin salida, cedió fuertes del narcotráfico que más temprano que tarde siempre pasan la cuenta (lean historia de Pablo Escobar en Colombia). El indito debe reorientar sus pasos y sanear su gobierno. ¿Será que por el caiga quien caiga se están vengando de usted?

No es asegurar que la muerte de su hermana Hilda es una “factura” clara, contundente del crimen organizado. Si muchos viven de la inopia y del morbo sembrando anarquía con sus “noticias”, nuestras letras nomás plantean una fuerte duda de lo ocurrido con el helicóptero accidentado el pasado 16 de diciembre en Yerba Buena, Francisco Morazán.

Como cualquier humano, el presidente Hernández Alvarado está herido, golpeado en lo más profundo, pero nada mal le haría oír el augurio del apóstol Roy Santos quien en febrero de 2014 le dijo que: “Dios lo había elegido a él para gobernar el país, pero el enemigo no ha estado quieto y debes cuidar tus espaldas, intensificar tu corazón hacia mi rostro”.

Muerte
“Debes velar porque mi presencia y mis ángeles estén contigo; es el momento en que establezcas un orden y no te confíes en la gente que te aplaude, ni en la gente que te besa ni en la gente que te abraza porque algunos que se han acercado a ti solo es para conocer tus movimientos y planificar tu muerte”, presagió en ese tiempo el predicador. ¿Lo oyeron?

Hernández Alvarado está rodeado de víboras, él lo sabe. Mude su gabinete, saque las escorias (hasta del exterior). Ame a los pobres, será su mejor difusión, aíslese de las gargantas asalariadas sin crédito.