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El carbono 14, la controvertida data de la Sábana Santa

En el Evangelio según San Juan se afirma que en el sepulcro de Cristo había dos telas: la Sábana en la que envolvieron su cadáver y “el Sudario sobre su cabeza”

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26.08.2017

Tegucigalpa, Honduras
En el año 1988 una noticia dio la vuelta al mundo: tras aplicarle a la Sábana Santa la prueba del carbono 14 el resultado fue que se trataba de una tela medieval, fechada entre los años 1290 y 1340 aproximadamente. Si esto es así, es falsa, pues no pudo haber cubierto el cadáver de Jesús en el siglo I en Jerusalén.

Como es lógico, los científicos que habían estudiado la reliquia y que estaban convencidos de su autenticidad pusieron en entredicho no los resultados, sino la interpretación que se había dado de estos.

¿Qué es?
El carbono 14 es un isótopo inestable que se desintegra a un ritmo constante en el tiempo. Los seres vivos, mientras respiramos, estamos continuamente incorporando carbono 14 a nuestras células, pero al morir ese isótopo comienza a desintegrarse de forma paulatina.

La prueba radiocarbónica consiste en medir la cantidad de carbono 14 residual -que aún queda- en la muestra y deducir, con una sencilla regla de tres, cuándo murió el ser vivo en cuestión.

La Sábana fue una vez un tejido vivo, puesto que está hecha de lino.

Insistamos en el hecho de que todo ser vivo tiene carbono 14. Cuando muere ese ser empieza a perder el carbono 14 que había incorporado. Se sabe por la ciencia que cada 5,730 años el carbono 14 de un ser que ha muerto queda reducido a la mitad.

La Síndone y el Sudario de Oviedo cubrieron
el mismo rostro”. La prueba del carbono 14
da un resultado que hay que cotejar con el
resto de las pruebas.

+Sábana Santa, la historia de la reliquia

Los expertos
El problema con el carbono 14 es que solo es fiable con muestras que presenten determinadas condiciones de conservación y de limpieza.

Cuando le preguntaron al profesor Willard Libby (premio Nobel de Física), descubridor del método del carbono 14, si era posible aplicar su técnica a la Síndone, se negó a que se le hiciese, entendiendo que la pieza en cuestión no reunía las condiciones adecuadas para que el método apuntase una fecha probable. Según una reciente estadística, se ha comprobado que esta prueba es muy exacta en el sesenta y siete por ciento de los casos.

En un nueve por cierto de ellos, da una fecha dudosa. Y en un veintidós por ciento, el resultado genera unos años que son, sencillamente, imposibles y, por tanto, inaceptables. Esto quiere decir, ni más ni menos, que en uno de cada cuatro casos, el carbono 14 falla.


Al laboratorio de Tucson, uno de los tres que participaron en la datación de la Síndone, le ofrecieron en los años 80 un cuerno de un casco vikingo para que lo datara. El resultado fue que es de un animal cuyo nacimiento estimaron en el año 2006.

Foto: El Heraldo

En los años 80 se le hicieron diversas pruebas científicas a la Sábana Santa.

En conclusión: la prueba del carbono 14 da un resultado que hay que cotejar con el resto de las pruebas que se le hacen a la muestra en cuestión, porque si al datar un vaso de plástico el carbono 14 me dice que es de la Edad Media, tendré que explicar cómo es posible ese dato, pues es evidente que en la Edad Media no existían los plásticos.


Doctores como Dimitri Kutnetsov, Jean-Baptiste Rinaudo, Garza-Valdés o Mattingly, entre otros muchos, han elaborado diversas pruebas que confirman que el carbono 14 no es fiable a la hora de datar la Sábana, que ha estado expuesta a todo tipo de agentes contaminantes, cientos de años sin ninguna clase de protección, que ha sufrido altas temperaturas en incendios y que, en fin, pudo haber sido sometida, según la hipótesis del Equipo STURP, a un proceso de formación de la imagen incomprensible desde el punto de vista de la ciencia y que podría haber rejuvenecido el tejido alterando el carbono 14 residual de la tela.

Es decir, todos estos incidentes hicieron probablemente que el lino de la Sábana incorporara más carbono 14.

También yo me pongo con vosotros ante la Sábana
Santa, y doy gracias al Señor que nos da, con los
instrumentos de hoy, esta posibilidad”, afirmó el papa
Francisco. Según el Pontífice, “este rostro tiene los ojos
cerrados, es el rostro de un difunto y, sin embargo,
misteriosamente nos mira y, en el silencio, nos habla.
¿Cómo es posible esto? ¿Cómo es posible que el pueblo
fiel quiera detenerse ante este icono de un hombre
flagelado y crucificado? Porque el hombre de la Sábana
Santa nos invita a contemplar a Jesús de Nazaret”.

Papa Francisco


Si la Sábana Santa hay que fecharla, como indica el carbono 14, entre los años 1290 y 1340, no se explica cómo es posible que tenga sobre sí tal cantidad de pólenes de plantas orientales puesto que aparece en Europa a principios del siglo XIV.

Y aun si admitimos que el carbono 14 no falla, habría que explicar cómo es posible que el supuesto falsificador medieval se las arreglara para generar una imagen de la Pasión de Jesús que va en contra de toda la iconografía religiosa de la Historia, perfecta en todos sus detalles anatómico-forenses y con una técnica desconocida que ni siquiera hoy somos capaces de reproducir en toda su perfección.

O cómo es posible que ese falsificador medieval conociese la manera de codificar información tridimensional.

Golpe definitivo
En la Cámara Santa de la Catedral de Oviedo se conserva, desde tiempo inmemorial, una tela manchada de sangre que, según la Tradición, fue el Sudario con el que le envolvieron la cara a Jesús.


El Centro Español de Sindonología consideró interesante estudiar esta tela y realizar una comparación de sus manchas con las que hay presentes en la Sábana Santa. Para ello se creó el EDICES o Equipo De Investigación del Centro Español de Sindonología que, formado por más de cuarenta científicos de distintas especialidades, se trasladó a Oviedo a fin de someter esta segunda reliquia a estudio.


En el Evangelio según San Juan se afirma claramente que en el sepulcro de Cristo había dos telas: la Sábana en la que envolvieron Su cadáver y “el sudario que habían puesto sobre su cabeza no puesto con la Sábana, sino enrollado en un lugar aparte”. Por tanto, la Sagrada Escritura parece confirmar que, en efecto, se emplearon dos telas distintas para amortajar a Jesús.


La palabra “sudario”, repetimos, mueve a confusión, porque muchas veces se ha aplicado también a la Síndone. En el Congreso Internacional de Oviedo de 1994 quedó depurada esta cuestión lingüística toda vez que sudario es un pañuelo, y a la Sábana Santa se la ha de denominar Síndone para identificar las dos telas sin que se confundan.


El Dr. José Delfín Villalaín, médico forense del Equipo de Investigación, comprobó que las manchas del Sudario de Oviedo son sangre humana del tipo AB. Coincide, por tanto, con la encontrada en la Síndone. Además, superponiendo las manchas de sangre de ambas telas se aprecia claramente que coinciden. El dictamen forense es taxativo: tanto la Síndone como el Sudario de Oviedo cubrieron el mismo rostro. Además, la morfología de las manchas es incompatible con la respiración, lo que quiere decir que ese rostro era el de un cadáver.

En los archivos de la Catedral de Oviedo se conserva un catálogo elaborado con motivo de la visita del rey Alfonso VI a la ciudad en el año 1075 y en él se indica explícitamente que dentro del Arca Santa, junto a otras reliquias, estaba el Sudario.

Esto es, pues, una prueba indirecta y contundente de que el carbono 14 ha fallado porque si el Sudario y la Sábana Santa han cubierto la misma cara y el Sudario estaba guardado en Oviedo en el año 1075 como así se indica documentalmente, la Sábana no puede ser de ninguna manera del siglo XIV porque hay un desfase de 300 años insalvable tanto histórica como científicamente.

+Estudios científicos y hallazgos sobre la Sábana Santa

Principales respuestas sobre la veracidad de la Sábana Santa

Objeción: El Vaticano reconoció oficialmente en 1988 que la Sábana Santa es falsa tras valorar los resultados obtenidos en esa fecha con la datación mediante el carbono-14.
Respuesta: El comunicado oficial tras los análisis no fue del Vaticano, sino del Arzobispado de Turín. En ningún momento dice que la Sábana sea falsa sino que es necesario continuar los estudios para aclarar el resultado obtenido. O sea, dice lo que tiene que decir.

Objeción: Si la Sábana Santa es un negativo fotográfico, ¿por qué las manchas de sangre son rojas? Y también, si la imagen de la Sábana es negativa, Jesús tendría que haber tenido la barba y el pelo blancos, porque aparecen negros en la imagen.
Respuesta: Para ser exactos habría que decir que la Sábana “se comporta A MODO DE negativo fotográfico”. El efecto de negatividad de la imagen está fuera de toda duda cada vez que se la fotografía. Con un moderno software de retoque de imágenes (Adobe Photoshop) basta con utilizar la herramienta “inverse” aplicada a una foto de la Síndone para comprobar en el resultado la perfección de dicho negativo.

La sangre es roja porque son manchas de contacto. El efecto de negatividad fotográfica no corresponde en la Síndone a la luminosidad sino a distancia: está más cerca de la piel lo que aparece más oscuro. No está retratado, por tanto, el color.

Por eso, al igual que vemos en el negativo el pelo y la barba blancas vemos la cara negra, y el Hombre de la Sábana no corresponde a una persona de esa raza. Esta objeción proviene de no saber distinguir entre marcas de contactos y marcas de la impronta en la Síndone.

Objeción: ¿Por qué la melena del Hombre de la Sábana cae hacia los hombros?
Respuesta: Porque la sangre coagulada produce un efecto de fijación del pelo. Es más: Precisamente eso es una prueba de que sangró estando en posición vertical y en tal abundancia que empapó la cabellera.

Objeción: ¿Por qué no aparecen los lados del cuerpo si también los cubría la tela?
Respuesta: Eso no es una objeción sino una realidad que aún está en estudio. Da la casualidad de que si hubiese sido obra de un falsificador es más probable que se hubiese preocupado de “pintar” también los laterales.

Objeción: Jesús sufría la enfermedad de Marfan, o sea, que era microcefálico, porque entre la frente y la parte posterior de la cabeza sólo hay 12 centímetros.
Respuesta: Lo que ocurre es que hay un hueco donde no hay imagen, pero para hacer esa medición hay que preguntarse dónde se coloca el punto más alto de la cabeza por detrás. Los médicos forenses que han estudiado la Síndone han quedado convencidos no sólo de la perfección física del sujeto, sino también de la autenticidad de la tela como mortaja de un crucificado.

Objeción: McCrone detectó en la Sábana muestras de bermellón y rojo de rubia, pinturas habituales durante la Edad Media.
Respuesta: Primero, McCrone jamás estudió la Síndone en Turín, sino ciertas fibras que le fueron enviadas a su laboratorio. Es verdad que encontró esos tintes, pero son fruto de las copias de la Sábana (pintadas con ellos, naturalmente) que fueron frotadas al original para convertirlas en reliquias de segundo orden. No ha encontrado que el bermellón forma la imagen. También hay ácaros en la Sábana y no por eso se afirma que la imagen está pintada por ácaros.

Objeción: Max Frei ha sido el único palinólogo que, supuestamente, ha encontrado pólenes de especies propias de Palestina.
Respuesta: Avinoam Danim y Uri Baruch estudiaron las muestras de Max Frei y han presentado sus trabajos en congresos de botánicos confirmando a su predecesor en el estudio palinológico.

Objeción: Se ha argumentado que Willard Libby, inventor de método de datación radiocarbónica, desacreditó los resultados. Pero esto es imposible, porque la prueba se realizó en 1988 y Libby murió en 1980.
Respuesta: Es cierto. El caso de la supuesta “desacreditación” de los resultados por Libby es fruto de un error periodístico. Lo que ocurrió es que se negó a hacer la prueba del carbono-14 cuando se lo propusieron estando vivo.


Objeción: En la imagen supuestamente tridimensional elaborada por Jackson y Jumper, ¿por qué también se ven tridimensionales las quemaduras?
Respuesta: Porque atribuye alturas a los tonos. No obstante, lo que es sorprendente es que las alturas del cuerpo estén de acuerdo con los de un cuerpo humano, y las alturas de las quemaduras sean, sin más, desorbitadas.

Objeción: Según el Evangelio, Nicodemo lavó y perfumó el cadáver de Jesús antes de envolverlo en la Sábana.
Respuesta: En el original griego no aparecen los verbos “lavar” o “perfumar”, sino que se dice que “envolvió el cuerpo junto con los aromas”, probablemente espolvoreados.