Siempre

Pilar Leciñena profundiza en la esencia de nuestro Correo Nacional

A través de la muestra “Correo certificado, primer aviso”, la artista desentraña el valor intrínseco de la institución

FOTOGALERÍA
08.07.2017

Tegucigalpa, Honduras
“El Correo Postal, lejos de ser algo obsoleto, lo considero patrimonio cultural en tiempo de uso presente, a Dios gracias. Eje valioso e imprescindible en el palpitar de un país”.

Con esta escueta pero, sin duda, rotunda declaración, Pilar Leciñena manifiesta a priori ese respeto y admiración por dicha institución universal, como ella apostillaría “sin fronteras”.

Su amor por el correo es sencillamente la premisa esencial de esta exhibición y, por ende, su amor por Honduras, constituye el lugar indicado para que en tiempo y espacio la artista nos invite desde su particular y especial poética a valorar la riqueza patrimonial de nuestro Correo Nacional.

En nuestro tiempo, como la inmensa mayoría ya disfrutamos y, de alguna manera, a veces padecemos al mismo tiempo, la noción más imperante de conexión personal está mediada por pixeles, dispositivos digitales electrónicos, aplicaciones diseñadas para facilitar la expresión de imágenes e ideas y por medios masivos de conexión que unificamos en la ya trillada expresión “Redes sociales”, están tan arraigados en nuestro diario sentir que incluso están definiendo, globalizando y disminuyendo nuestro lenguaje, nuestra forma de expresar emociones y, en definitiva, nuestra manera de acercarnos entre seres humanos.

Y este, tal vez, sería el talón de Aquiles humana y espiritualmente más reseñable.

El edificio del correo es el custodio intangible de testimonios.

El edificio del correo es el custodio intangible de testimonios.

“El valor humano de una carta caminada y custodiada por el Correo Postal es mucho más que ese disfrute estético que entraña al ser recibida con todas las señas de su impronta”, dice.

La fusión de lo tangible con lo intangible tiene lugar en el Correo Postal”, asevera la artista.

Pilar, a través de esta muestra, deriva la riqueza del ritual que, sin lugar a dudas, es algo intrínseco a la naturaleza del correo postal a un proceso preceptivo semiótico y nos reenvía símbolos traducidos a palabras|formas y palabras|formas presentadas en signos artísticos que, cual cartas que nos han sido entregadas, disponemos a leer y disfrutar en este –exquisito- proyecto expositivo “Correo certificado, primer aviso”.

Nuevamente una alta estética, discurso depurado donde la etérea esencia metafórica que encontramos en esta magnífica multidisciplinar exposición, nos invita a disfrutar de una sugerente connotación lírica en imágenes, complementada por el poético uso de palabras y lo sugerente de las formas, que, como es habitual en su obra, las encontramos también en los soportes mismos, ya que estos son parte esencial de estas formas expresivas.

Con todo ello, explorar y valorar nuestro Correo Postal.

Definitivamente, con su trabajo de rescate de formas y conceptos más fundamentales, inspirados en el estimulante esplendor visual del sistema postal, Pilar ha creado un conjunto estético descifrando e interpretando, logrando así preservar la belleza ritual del Correo.

Y esto nos urge, como ella sugiere, a tomar el compromiso de conservar y mantener el alma de nuestro Correo Nacional, como un bien patrimonial funcional que junto con nuestros pensamientos escritos en esas cartas, van dejando testimonios que continuamente siguen construyendo nuestra historia.

Con “Correo certificado, primer aviso”, esta –extraordinaria y completa- artista nos invita a adentrarnos a esa esencia del Correo Postal -tangible e intangible- abiertos a sentir el espíritu de ese ritual: palabras meditadas, emociones envueltas cuidadosamente…, se pesan y se sellan junto con esos “guardianes…fragmentos viajeros…huella valiosa de la cultura e historia de un país”, como Pilar así se refiere a las estampillas de nuestra querida Honduras.

Valoremos nuestro patrimonio cultural, valoremos nuestro Correo Nacional.