Crímenes

Giuseppe Dosi, maestro italiano del disfraz

Italia exhibe en una exposición los secretos mejor guardados del denominado Sherlock Holmes italiano, uno de los fundadores de la Interpol

FOTOGALERÍA
21.01.2017

Italia
Se disfrazó de sacerdote, banquero, médico, turco y hasta de mujer fatal para resolver casos. Eso es lo que acaban de descubrir varias investigaciones sobre el Sherlock Holmes italiano, Giuseppe Dosi.

A 35 años de su muerte, han quedado al descubierto los secretos del detective, que prestó servicio entre 1912 y 1956 y fue uno de los fundadores de la sección italiana de la Interpol. Toda esta información ha sido revelada en exposiciones y libros, despertando curiosidad y admiración por un personaje insólito y a la vanguardia.

La exposición
La muestra en la que el público encuentra las 17 tarjetas de identidad diferentes que utilizó en sus investigaciones y que él obsequió a sus amigos y colegas; al igual que fotografías y documentos históricos de la Policía, entre otros, está abierta en el célebre Museo Histórico de la Liberación de Roma.

Alessia Glielmi, responsable de los archivos del museo, explicó que Dosi “también creó cuatro identidades fijas, con sus documentos y su propia vida”.

¿Quién era?
Dosi nació en 1891 en Roma, Italia. Luego de pasar dos años aprendiendo teatro, logró dominar el arte de disfrazarse.

Según un artículo publicado por la agencia AFP, gracias a su talento, las autoridades le confiaron numerosas misiones delicadas tanto en Italia como en el exterior.

Una fotografía del detective de enorme habilidad, mítico en su profesión.

Una fotografía del detective de enorme habilidad, mítico en su profesión.

Se infiltró en el movimiento anarquista italiano, que residía en Suiza, para investigar el presunto plan de atentar contra el rey Víctor Manuel III.

En 1922, cuando el poeta, novelista y político italiano Gabriele D’Annunzio cayó de su balcón, Giuseppe Dosi fue el encargado de investigar con mucha prudencia el caso que involucraba políticos, intelectuales y artistas y cuyas repercusiones podían ser catastróficas. Ese, es según la experta Glielmi, “uno de sus mejores disfraces”.

Porque el célebre detective “simuló ser un exiliado de Checoslovaquia, Karel Kradokwill. Uno que hablaba italiano, pero con un fuerte acento alemán y arrastraba una pierna para caminar por una suerte de parálisis causada por una herida de guerra”, rememora la experta.

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Sus mejores casos
En 1927 investigó una serie de ataques y asesinatos de niñas en Roma. Y, pese a las órdenes de sus superiores que señalaban al principal sospechoso como el autor, descubrió al verdadero culpable, un pastor británico que logró escapar del país.

Durante el régimen de Benito Mussolini y la ideología del fascismo, irritó a sus superiores por su espíritu independiente, aunque no por ello se le considera un antifascista.

A finales de la década de 1930 planeó dejar la Policía y escribió sus memorias en las que reveló muchos secretos de las investigaciones y criticó a sus superiores.

Fue ahí cuando comenzaron para él unos años negros: en 1939 lo encarcelaron y luego lo internaron 17 meses en un hospital psiquiátrico, de donde salió en enero de 1941.

Recuperó su prestigio en junio de 1944, justo después de tres años en un cargo administrativo y tras la caída del fascismo y la entrada de los aliados a la capital italiana.

Dosi se disfrazó de sacerdote, banquero, médico, turco y hasta de mujer fatal, todo esto para resolver casos.

Dosi se disfrazó de sacerdote, banquero, médico, turco y hasta de mujer fatal, todo esto para resolver casos.

Logró salvar de las llamas y entregar al mando aliado numerosos documentos de una de las cárceles de los nazis en Roma y a los que la multitud enfurecida había prendido fuego.

En 1946 entró a formar parte de la Policía italiana y diez años más tarde llegó a ser prefecto. Murió en 1981 a los 89 años en Sabaudia, en la costa al sur de la capital italiana.

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