Tegucigalpa, Honduras
La inexplicable razón por la cual más de una docena de empresarios y políticos en lista de extradición para Estados Unidos no se concretó a finales del año anterior tiene una contundente respuesta para aquellos escépticos que piensan que se salvaron de la cárcel, si pronto y de una sola “trumpada” caerán con la asunción al poder de Donald Trump.
Para muchos tontos es “saludable” que botudos de arrabales, estúpidos presumidos de inteligentes merecen volver al poder y revivir a intocables políticos narcotraficantes frente a estrados públicos donde tiñen lo malhechor de traje, pero se atoran de polvo blanco el tabique bailando al calor de la caña el coro de narcocorridos. ¡Perversos!
Coca
Los de hace treinta o cuarenta años hoy son reales maestros, inéditos con sus trinquetes. Nuevas crías se “pasman” al soñarlos “salvadores” siendo autores de nuestro desastre. Cantaron decoro, cambios, se ufanaron vírgenes, de ser altruistas comiendo día y noche con temibles capos. Se repartieron Honduras volando narcoavionetas. ¡Coqueros!
Estos políticos se enamoraron del poder al son de la coca. Sus “gloriosos” tiempos de abuso, de eternos festines están en el ocaso. Lobos y lobas que dejaron el cerro y al amo son bandoleros (as). Si cayeron grandes en las callejas del norte, los perfumados con flores y rosas pagarán sus enormes picardías más temprano que tarde. Ni “toselán” dijo el chinito. Ya “velán”.
Lobos y lobas que dejaron al cerro y al amo son bandoleros... Ni “toselán”, dijo el chinito. Ya “velán”. |
Aquí muchos vagos y eternos “sagrados” prevén que los “gringos” tendrán los mismos tientos del pasado cuando, jurando adelantos, vendieron el patio catracho a la capos. Subieron de la noche a la mañana. De vivir chuñas en casuchas se tornaron “milagrosos” y ahora son prósperos políticos, banqueros y periodistas. Hello Trump!
Vuelo
De San Pedro Sula y parte del noroccidente, del Atlántico y del centro de Honduras alzarán diputados, alcaldes y financieros por lavado de activos y ligas directas con venerados hombres de la droga con quienes no solo tenían una relación cercana, también les servían de escolta y clareaban en tremendas comilonas “familiares, políticas y bancarias”.
En sus pláticas se trataban de “hermanos” mientras caían copas tras copas de coñac junto a chicas domadas por el olor de los habanos y de los billetes verdes. En esos jolgorios no solo surgían chicas prepago del istmo centroamericano, también de América del Sur. Hasta varias cantantes mexicanas bailaron en sus orgías. Sus sombreros se confundían con los del jefe.
En un lugar que le dicen “Potosí” todavía hay fiestas con lindas mujeres, específicamente de Colombia. Algunas residencias de la zona parecen abandonadas aunque los “gringos” no avisan cuando mueven sus radares de un lado a otro. Hoy están en el Atlántico y mañana caen por Santa Bárbara. Así bajarán sus ganchos en los siguientes meses.
Copete
Muchos creen que ya no habrá más extradiciones y que todo es un “show” mediático para desviar la atención de los reales problemas nacionales que nos golpean, pero en medio de un año de efervescencia política se irán de paseo por Miami y Nueva York varios poderosos que están hasta el gorro con el mundo narco.
El gobierno de Juan Orlando Hernández Alvarado está a las puertas de demostrar a la justicia norteamericana que no le temblarán las manos a sus quince magistrados del Poder Judicial para ceder a estos personajes de linaje, de mucha influencia en la política y en la vida empresarial cuyos nombres golpean los archivos de la DEA.
La embestida arrasará a más de media docena de reconocidos políticos y unos cuatro empresarios dedicados al blanqueo de capitales del narcotráfico. Nadie podrá intervenir por ellos. Sonarán las alarmas en varios partidos políticos y, de repente, del rubro financiero.
Solo alisten el petate para que por lo menos no se olviden de la tierra donde sembraron su propia ruina. Será “trumpada” la que recibirán nomás esperen que Donald Trump asuma el poder y verán cómo se harán añicos sus rimbombantes nombres al ser mezclados con caballeros que apoyaron sus campañas a pura cocaína. ¡Vayan con “dios” hijos míos!
