Crímenes

Selección de los Grandes Crímenes de septiembre

La incógnita marca el inicio de estos casos, pero al final los agentes, con ayuda de la investigación científica, logran despejar las dudas

05.10.2016

Tegucigalpa, Honduras
La esclavitud sexual personificada en la inocente 'Lolita', una mujer asesinada de una sola cuchinada -¿el crimen perfecto?- y una despedida de soltera que termina en un baño de sangre son los relatos que Carmilla Wyler nos dejó en septiembre.

Aunque la incógnita marca el inicio de estos casos, la investigación profesional y forense, junto a la mente deductiva de los agentes, logra resolver y encontrar a los autores del delito.

Máscares en la noche
“Yo tengo que entregarle cinco mil lempiras a mi chulo –agrega–, y si me falta un centavo me pega… A una compañera le hirió la cara porque le faltaban quinientos… Él sabe cuántas entradas hacemos y sabe cuánto dinero debemos entregar. De lo que ganamos, él nos da para el día siguiente…”

Tiene diecinueve años y desde los catorce vive en las calles.

Me llevó a una casa grande y elegante donde me atendió una señora muy bonita, aunque algo vieja, me metieron a un cuarto, me revisaron a ver si era señorita de verdad, y vi que todos sonreían satisfechos. Yo creí tantas estupideces, que ahora me dan risa y vergüenza. Bueno, hasta llegué a creer que aquella señora tan fina era la mamá de mi novio y que se estaba asegurando de que su hijo había escogido una esposa buena y honesta. Sigue la lectura del caso aquí ►http://bit.ly/2dRV4xk

Lecciones para un crimen
Era una mujer de regular estatura, piel canela, hermosa, bonita y de veintiocho años. La encontraron muerta a unos doscientos metros de su casa, en una aldea tranquila cercana a El Salvador. Tenía una sola herida: una cuchillada profunda en el abdomen que traspasó el estómago.

Cuando los detectives de homicidios llegaron a la escena, estaba rígida, tendida boca arriba sobre un charco de sangre seca que se había derramado sobre la tierra por los costados.

“No tiene golpes ni más heridas” –dijo uno de los investigadores. Sigue la lectura del caso aquí ►http://bit.ly/2cP5BZ2

La despedida
La pareja que la encontró recogía botes para reciclar a una orilla del anillo periférico, cerca de la colonia Ulloa. Era una zona solitaria en la que se acumulaban la basura, los desperdicios de construcción y animales muertos, el tránsito era escaso, sobre todo en la noche, y por eso nadie se fijó en el bulto que estaba detrás de un basurero, a pocos metros de la calle a medio construir.

Estaba desnuda y tenía señales de haber sido golpeada. Tenía los labios hinchados y una herida larga y oblicua le llegaba hasta la base de la nariz, un ojo estaba cerrado por la inflamación producida por un golpe violento, y estaba morado, había cardenales en el cuello y moretones en los brazos y en el pecho.

En la parte de atrás de la cabeza tenía una herida grande, hecha tal vez con un objeto pesado y contuso, alrededor de la cual se había secado la sangre formando una costra gruesa e informe que se había llenado de moscas y hormigas. Sigue la lectura aquí ►http://bit.ly/2d9Hf8h