Honduras

Con manualidades y el compartir rescatan de la soledad a más de 200 abuelos

El club inició con maestros jubilados y en la actualidad lo integran personas de la tercera edad que se dedicaron a diferentes labores durante su juventud

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11.05.2013

Para ellos llegar a la tercera edad es más que disfrutar de los nietos, o de los recuerdos de la vida que ofrecieron al trabajo de juventud o la crianza de los hijos.

Y es que desde hace 10 años han integrado un club, reuniones que les permiten, además de compartir las experiencias adquiridas durante su vida, aprender a elaborar manualidades.

La organización a la que pertenecen se llama Club de Abuelos Santa Ana y San Joaquín.

Miriam Arias, una de las fundadoras del club, dijo que las reuniones sirven para disfrutar de “la edad de oro”.

“Yo tengo 71 años, y cuando me jubilé del magisterio, lo primero que pensé fue: ¿Qué voy hacer?”, manifestó Arias.

Pero en la actualidad, según Arias, se siente feliz porque puede compartir con otras personas de la misma edad.

“Todos nos vemos como una gran familia y nos divertimos en compañía de nuestras nuevas amistades”, agregó.

De acuerdo con la entrevistada, en los últimos años ha logrado cosechar más amistades que en su juventud, pues ahora no solo comparte con las personas de su edad, sino que hasta con los familiares de los miembros del club.

La coordinadora del club, Margarita Cubero, recordó que la primera reunión con los abuelos se realizó el siete de noviembre de 2002, con la inspiración del padre Florentino Gonzales, quien organizó a los adultos mayores del municipio.

Inicios

El club nació con maestros jubilados quienes se reunieron en la casa cural, manifestó.

En la actualidad el grupo está integrado por 125 abuelas y 48 abuelos.

Las reuniones se realizan cada 15 días, en un local que les proporcionó la Iglesia Católica.

En los inicios los miembros recibían capacitaciones sobre manualidades y es así como aprendieron a realizar algunas manualidades que venden para generar ingresos para el club.

Todos los productos se venden en el mercado local, pues las manualidades que se fabrican son de acuerdo con la temporada como para el Día de la Madre realizando arreglos florales, para el Día de Finados fabrican coronas, para septiembre elaboran piñatas. También comparten la palabra de Dios.

El padre Gil Gascón los apoya en cada reunión, pues considera que son personas que merecen amor.

“Estas personas tienen un lugar donde sentirse útiles a la sociedad”, dijo.

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