Honduras

Zancos y gigantonas, tradición de altura en el oriente de Honduras

El espectáculo que ofrecen es apreciado por adultos y niños. El grupo de zanqueros del municipio de El Paraíso es uno de los más destacados a nivel departamental. Han participado en festivales culturales a nivel nacional.

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21.04.2012

En las celebraciones culturales de la comunidad son insustituibles. Sus coloridos trajes y acrobacias son apreciadas por adultos y niños.

Se les conoce como los zanqueros y las gigantonas, grupo que se ha convertido en insigne de la ciudad de El Paraíso, aunque ellos aceptan que el municipio de Yuscarán fue el pionero en la confección de este tipo de personajes.

Los promotores de la agrupación en la comunidad son las autoridades de la Casa de la Cultura.

Son 10 jóvenes los que integran el grupo, que en su mayoría son menores de edad.

Giovanni Arauz, director del recinto cultural, reveló que el grupo se ha mantenido por más de 10 años.

“En la actualidad los zanqueros y las gigantonas son utilizados como una herramienta de cultura popular aunque no son propias de nuestro país, pero atraen la atención de las personas”, explicó el entrevistado.

Lo que se ha logrado es que en cada lugar se les agrega un elemento propio, a través de la caracterización de los rostros de los muñecos gigantes.

Cuando los zancos comenzaron a utilizarse en el municipio eran construidos de madera, pero debido al uso constante estos se deterioraron y se renovaron de metal. Para la elaboración de un par de zancos se invierten 3,000 lempiras.


En la comunidad son los mismos jóvenes que aportan la mano de obra para abaratar los costos.

“Jóvenes que conocen el oficio de la soldadura son los que se encargan de elaborar las bases de los zancos”, dijo Yesek Ardón, zanquero. Para Ardón, aprender a manejar los zancos fue fácil ya que el único requisito que se necesita es aprender a manejar el equilibrio.

El joven aprendió a utilizar los zancos cuando tenía 13 años, es decir unos cuatro años atrás, y nunca ha sufrido un accidente.

Vestuario

La Casa de la Cultura de El Paraíso cuenta con un promedio de cinco trajes para cada zanquero. En la elaboración de un atuendo completo, que equivale a un pantalón y una camisa, se invierten unos 400 lempiras y en una gigantona se gastan 800 lempiras.

El encargado de la confección es el sastre Víctor Sosa. “Elaborar los trajes son mi aporte a la cultura”, manifestó Sosa. Los jóvenes han participado en festivales en San Pedro Sula, Tegucigalpa y en las celebraciones de los municipios del departamento.

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