TEGUCIGALPA, HONDURAS.- -- El maestro pregunta a sus alumnos:
-Reinaldito, ¿qué quieres ser cuando seas grande?
-Yo quiero ser ingeniero, profesor.
-¿Y tú, Manuelito?
-Pues bombero.
-¿Sarita, y tú que quieres ser de grande?
-Yo quiero ser mamá, maestro.
-Muy bien... ¿y tú, Raulito?
-Yo... ¡yo quiero ayudar a Sarita a que sea mamá!
--Una maestra pregunta a sus alumnos si estudiaron para el examen.
-¿Pepito, estudiaste?
Pepito sin saber qué contestar mueve la cabeza varias veces diciendo que sí y que no.
La maestra ya molesta le pregunta:
-¿Sí o no?
Pepito de nuevo le contesta con movimiento de la cabeza: sí y no.
La maestra cansada le hace la pregunta del examen de matemáticas:
-A ver, Pepito, ¿cuánto es dos por dos?
Pepito contesta:
-¡Empate!
-La maestra dice:
-¿Cómo que empate? A ver, ¿cuánto es dos por uno? Pepito le contesta:
-¡Oferta!
--La maestra en la escuela:
-Voy a escoger tres personas que me digan una oración que tenga que ver con estatua.
-María, dígame una oración con estatua.
-Bueno, maestra, pues yo fui al viejo San Juan y vi la estatua de Cristóbal Colón.
La maestra dice: Muy bien.
-Juanita, dígame usted.
-Bueno, maestra, yo fui a los Estados Unidos y vi la Estatua de la Libertad.
-Muy bien. Pepito dígame usted.
-Bueno, maestra, yo fui a casa de mi abuela, tropezó conmigo, se cayó y estatua jodida.
--Un hombre entra a una tienda de animales:
-Buenas, quiero saber el precio de este loro.
-Mil lempiras.
-¿Por qué tanto?
Pues habla inglés, francés y alemán.
-¿Y este otro?
-Dos mil lempiras.
-¿Y qué sabe hacer?
-Habla ruso, chino, griego y recita fragmentos de obras literarias.
-¿Y ese otro de allá?
-Ese vale diez mil lempiras.
-Waoooo ¿y ese qué sabe hacer?
-Pues no le he oído decir una palabra, pero los otros dos lo llaman “jefe”.
--¿A ti te gusta más que la gente se ría “contigo” o “de ti”?
- Mmmm… pueees… de ti.
--Mamá, ¿qué tienes en la panza?
-Un bebé que tu papá me regaló.
-¡Papá, no le regales más bebés a mamá, porque se los come!
--Mi padre conoce tres lenguas a la perfección.
-El mío conoce muchas más.
-¿Es políglota?
-No, dentista.
--Durante la cena:
-Mamá, ¿es cierto que descendemos de los monos?
-No lo sé, cariño, tu padre nunca me presentó a su familia.
--Llega Jaimito muy contento a su casa:
-Papá, papá, engañé al chofer del autobús.
-¿Cómo así, hijo?
-Sí, pagué el boleto y después no me subí.
--Un hombre llega a su casa bañado en sudor.
Su mujer le pregunta por qué y él responde:
-Es que vine corriendo detrás del autobús, porque así podía ahorrarme seis lempiras.
Su mujer le responde:
-Pues mañana venite detrás de un taxi y así te ahorras ochenta