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Los Catrachistes: Para morirse de la risa

FOTOGALERÍA
09.06.2017

Tras muchos años al frente de una tienda de animales, el propietario no puede seguir manteniendo el negocio y decide vender todas las mascotas en una subasta pública.

Un señor que asiste a la subasta se fija en un loro y decide conseguirlo.

La subasta resulta muy dura pues desde el otro lado de la sala le igualan las pujas constantemente, pero finalmente se hace con el loro, eso sí, muy caro.

Se dirige al vendedor y le pregunta: -¿Está seguro de que el loro habla? -Sí, claro, ¿quién cree que estuvo pujando todo el rato?

Unos amigos van a una zapatería y preguntan por el precio de unos zapatos que les gustan.

El dependiente les dice que cuestan 200 euros y uno de los amigos le pregunta, extrañado: -Pero, ¿qué tienen de especial? -Señor, es que estos zapatos son de cocodrilo.

Así que los dos amigos, viendo que pueden hacer ellos mismos un buen negocio, deciden ir al Nilo a cazar unos cuantos cocodrilos.

Extenuados, cuando ya llevan cerca de dos mil cocodrilos cazados, uno le dice al otro: -Cazamos un par más y como tampoco lleven zapatos lo dejamos, ¿no?

Redoble de tambor. El presentador anuncia: -¡Señores y señoras, a continuación, el mítico, el excepcional motorista Miguelón Bujías, les ofrecerá un espectáculo sin igual: conducirá una moto con los ojos vendados! Miguelón pasa a toda velocidad ante el público con los ojos vendados.

El presentador vuelve: -Y ahora... ¡sin pies! Miguelón levanta los pies de los estribos y pasa como un rayo. Y de nuevo: -Ahora... ¡sin manos! De pronto se oye un gran porrazo.

El presentador: -Y para terminar... ¡Miguelón sin dientes!

Robenito Grasso era un tipo muy simpático. Una tarde entró sonriendo en la peluquería y le dijo al encargado.

- Quiero que me haga un corte de pelo de la siguiente forma: del lado derecho, me deja el pelo a la mitad de la oreja. Del lado izquierdo, me recorta bastante para que se me vea la oreja completa. En la nuca, me hace varias entradas.

En la parte de arriba, me corta mucho pelo para que se me note bien el cuero cabelludo.

Y en la parte de la frente, me deja un mechón de cabello que me llegue hasta la nariz, lo suficientemente largo como para que me pueda hacer unas bonitas trenzas.

- Ese es un corte de pela muy raro. ¡Es imposible! No se lo puedo hacer.

-¿Cómo que no? ¡Si eso es lo que me hizo la última vez que vine aquí!

Una mujer y su marido en la cola del centro comercial durante más de 30 minutos, la mujer se gira y ve que no está el marido, la mujer furiosa lo llama y le dice: cariño, ¿dónde estás?

Y el marido responde: ¿te acuerdas de ese escaparate donde había un collar de diamante que tanto te gustó pero no nos lo podíamos permitir?

La mujer casi llorando le responde: ¡Sí! Y el marido responde: pues estoy en el bar del frente.

Aladino estaba caminando por el desierto y se encuentra una vieja lampara. Al frotarla... ¡sorpresa, era una lampara mágica! Aparece un genio:
— ¡Hola! Soy un genio de un solo deseo, a tus órdenes.
— Entonces, quiero la paz en Oriente Medio. Vea este mapa: que estos países vivan en paz...
El genio mira el mapa y dice:
— Sea realista amigo, esos países hacen la guerra desde más de cinco mil años. Y para decirle la verdad, soy bueno, pero no tanto como para eso. Pida otra cosa.
— Bueno. Yo nunca encontré la mujer ideal. Usted sabe, me gustaría una mujer que tenga sentido del humor, le guste el sexo, limpiar la casa, lavar, planchar, que no sea habladora, que le guste el fútbol, que aprecie una cerveza, fiel, gustosa, bonita, joven, cariñosa y que no le importe que yo no tenga dinero.
El genio suspira profundamente y dice:
— Déjame ver ese mapa de nuevo...

Había una vez un niño tan bruto, pero tan bruto, que cuando la maestra borraba el texto del tablero, él lo borraba del cuaderno.

Se encuentran dos amigos en la calle y uno le dice al otro: “Mi mujer se está acostando con mi vecino de arriba”. Y el otro le responde: “Vas a permitir que nos haga eso”.

Un hombre llega a su casa y encuentra a su esposa con otra en la cama y la mujer le dice: “Pero me dijiste que te ibas a navegar”, y su marido le responde: “Sí, pero en Internet”.

Esta es una pareja en la corte, el juez le dice a la mujer: “Es verdad que usted engañó a su esposo”. Y ella le responde: “No señor juez, él me engañó a mí, me dijo que se iba de viaje y no fue”.

Una señora entra en una farmacia y le pide al farmacéutico un frasco de arsénico. El doctor dice:
- ¡Señora! ¿Para qué quiere el arsénico?
- Para matar a mi marido, -responde tranquila la señora.
- Disculpe, pero no le puedo vender para ese motivo, -dice el tipo, dispuesto ya a llamar a la Policía.

Pero entonces la señora saca de su bolso una fotografía en la que se ve a su marido en la cama con la hija del farmacéutico. El doctor mira la foto, trae un frasco y dice:
- ¡Aquí tiene, señora. No sabía que traía receta.