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Honduras: Operadores y usuarios del transporte en la línea de fuego

Alrededor de cien muertes violentas se han registrado en las unidades del transporte público, volviéndolo cada vez más peligroso para los operarios y usuarios a nivel nacional
02.08.2019

TEGUCIGALPA, HONDURAS.-Fredy Escoto Martínez se levantó a las 4:30 de la madrugada, se alistó, tomó una taza de café para calmar el frío de la mañana y partió a encender el bus 186 de la ruta El Carrizal- Miraflores.

Como todas las mañanas, apreció ese momento casi imperceptible, cuando la claridad despide la noche y da paso al día.

Encendió la unidad, esperó que el motor calentara, encendió la radio y en la emisora que sintonizó sonaba una canción de Ozuna, de esas del género urbano.

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Activado y con la meta de lograr hacer la tarifa para llevar el pan de cada día a su casa, arrancó la unidad con dirección a la terminal para esperar su turno.

El chofer de la unidad va solo, divagando su mente mientras contempla los demás vehículos, en el camino se encuentra al ayudante que lo estaba esperando.

Al otro lado de la ciudad un grupo de sicarios alista el arma con la que le van a quitar la vida.

Los malvivientes ya lo tenían identificado, saben el registro de la unidad y el momento preciso para evitar ser capturados por las autoridades policiales.

Foto: El Heraldo

La muerte persigue todos los días a los conductores de las unidades del transporte y hasta cobra la vida de pasajeros.

Al igual que todos los conductores de buses y taxis, Fredy es consiente que todos los días se enfrenta cara a cara a la muerte, pero es la única forma que tiene para llevar alimento a su hogar.

En la terminal, un grupo de conductores prepara el pago de “la renta” o 'impuesto de guerra', no les queda de otra, ya que están desprotegidos y las autoridades de seguridad se han mostrado inútiles para combatir este delito.

“Miraflores, mercado, Hospital Escuela”, vocifera a voz en cuello el ayudante, mientras el conductor ve por el espejo para asegurarse que no venga otra unidad que lleve su mista ruta y le quite los pasajeros.

Varias detonaciones de pistola explotan a un costado de la unidad, los vidrios del lado del conductor se parten el mil pedazos y el cuerpo de Fredy se desploma pesadamente sobre el timón.

El ayudante sale corriendo en busca de ayuda y los pasajeros de inmediato se bajan despavoridos del interior de la unidad, lamentando la inseguridad y otros rogando por ayuda para el hombre que se desangra, impotente, ante la maldad de sus atacantes.

Sufrimiento

La familia sufre y los demás conductores se ven las caras como preguntando: ¿Quién será el siguiente? Las cintas amarillas en medio del bulevar del Norte rodean la unidad, pero solo es para hacer el reconocimiento del cadáver, porque encontrar a los responsables de esta muerte es como buscar una aguja en un pajar. Así ocurren las muertes de los operadores y usuarios del transporte público en el país y no pasa nada.

“Los policías saben quién cobra la renta, nosotros los hemos llevado a donde la pagamos, pero ellos están metidos, esto no se solucionará sino hay una verdadera depuración”, dijo un transportista a EL HERALDO, quien prefirió el anonimato.

Las unidades se paralizan cuando no hayan qué hacer, pero llega el hambre y una cantidad de usuarios demandan el servicio, por peligroso que sea.

El Observatorio de la Violencia de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (OV-UNAH) ha contabilizado 75 muertes de trabajadores del transporta hasta mayo del 2019.

En detalle, 34 de los ejecutados son conductores de autobuses y microbuses, 20 de taxis, nueve de mototaxis y nueve ayudantes y despachadores.

Dentro de las ejecuciones también están tres dirigentes, que no se han escapado de las garras violentas de los delincuentes.

La mayoría de muertes de operadores de transporte se han registrado en la zona norte del país y en Tegucigalpa a plena luz del día y enfrente de los sistemas inteligentes de Ciudades Seguras. También han ocurrido muertes en los departamentos de Choluteca, Comayagua, Santa Bárbara y en La Ceiba, Atlántida.

Últimos ataques

Pero la cifra podría superar el centenar, debido a que falta tabular los datos del mes de junio y junio, cuando el puño de los criminales se alzó con más violencia en contra de los hombres del volante.

El Comisionado Nacional de Derechos Humanos (Conadeh) informó que al menos 20 personas murieron en ataques perpetrados por delincuentes a taxis y unidades de buses durante el mes de julio en cinco ciudades del país. En todos estos hechos violentos perdieron la vida al menos siete taxistas, cuatro conductores de buses, dos empresarios del transporte, un ayudante de bus y tres pasajeros.

A estos se suman otras personas ligadas al rubro que resultaron heridas de gravedad, quedando con graves lesiones.

El informe del Conadeh establece que San Pedro Sula fue escenario de al menos diez hechos violentos en los que murieron tres conductores de buses, un ayudante, dos empresarios del rubro, tres taxistas y un pasajero.

En Tegucigalpa, dos taxistas fueron ultimados, uno fue objeto de un atentado, un pasajero resultó muerto, igual que un conductor de bus y otro fue herido.

Dos taxistas más perdieron la vida, uno en Choloma, Cortés, y otro en Comayagua, mientras que en Puerto Cortés murió un pasajero y un conductor resultó herido. Debido a la ola de violencia y al ambiente de indefensión, al menos tres empresas de transporte interurbano se vieron obligación a suspender operaciones temporalmente.

Según el Conadeh, en los últimos años la labor que realizan taxistas y motoristas de buses se ha convertido en una ocupación de alto riesgo, ya que tienen que exponer su vida a cualquier hora del día.

Por este tipo de acciones, muchos taxistas se han retirado de los puntos de taxis debido a que las amenazas a muerte son constantes. En su mayoría, los victimarios son personas desconocidas que se conducen en vehículos o en motocicletas.

En algunos casos los sicarios se suben a la unidad como pasajeros y no solo terminan asaltando a la víctima, sino que hasta le quitan les vida.

En medio de este ambiente de violencia quedan madres solteras, niños sin padres y desamparados, porque el jefe del hogar ya no regresará con el dinero que le dejaban las vueltas que hacía en la ruta que lo llevó al más allá.

Como respuesta, las autoridades formaron la Fuerza Nacional de Seguridad del Transporte Urbano (FNSTU), pero en sus primeros días de operaciones más ha arreciado la violencia en el sistema de transporte.

Mientras esto sucede, no se concreta el anunciado sistema tecnológico de seguridad para las unidades del transporte, que se fraguó en un dudoso proceso de selección de una empresa que no ha logrado ganarse la confianza de todos los inversionistas.

Julián Pachecho Tinoco, titular de la Secretaría de Seguridad, presionado por la demanda de justicia, afirmó ayer que la Policía investiga el 100% de los casos de asesinatos que ocurren en este rubro. Justificó que “el problema del transporte es el dinero porque el conductor lo anda todavía”. Esa es la causa de la muerte de transportistas por estructuras criminales, ya que se encuentran en posesión de dinero en efectivo producto de su labor del día.

Los empresarios del rubro y los mismos conductores se quejaron que si se investigaran los hechos violentos, los sicarios serían detenidos y no tuvieran tantos compañeros descasando en la paz del Señor.