Catacamas, Olancho
Mientras unos dos mil becarios viven hacinados y en condiciones lamentables, la Universidad Nacional de Agricultura (UNA) es el teatro de una agria disputa entre quienes se aferran a la rectoría y los que temerosamente buscan sustituirlos.
La segunda reelección del rector Marlon Oniel Escoto Valerio, para el período 2016-2019, abrió una nueva disputa, marcada por las denuncias, la intimidación, los despidos y las amenazas a muerte.
Uno de los argumentos que se expuso en una petición de inhabilitación para que Escoto Valerio no se reeligiera por segunda vez y que se declara la nulidad del acto, está en el artículo 15 del estatuto de la UNA, contenido en el acuerdo número 1058-153-2002 del Consejo de Educación Superior, que dice: “El rector durará tres años en el ejercicio de sus funciones y podrá ser reelecto por un período más. En caso de ausencia temporal, será sustituido por los vicerrectores en el orden siguiente: vicerrector académico y vicerrector administrativo”.
Escoto Valerio fue rector entre 2007 y 2010 y entre 2010 y 2013, luego pasó a ocupar el cargo de vicerrector académico entre 2013 y 2016. Sin embargo, este año nuevamente se postuló como candidato a rector, a pesar de lo que estipula con claridad el artículo 15.
Igual el artículo 14 de esta misma normativa establece que para ser rector se requiere que el candidato haya laborado como docente en propiedad y a tiempo completo durante los tres últimos años consecutivos en la Universidad Nacional de Agricultura o en otra institución del nivel de educación superior, previo a su elección, y Escoto Valerio desde el 2012 se viene desempeñado como ministro de Educación.
La segunda reelección de Escoto Valerio se presentó dentro de una estructura bien montada, desde hace varios años, para obtener una aplastante victoria sobre sus adversarios.
Empleados con cargos administrativos fueron clasificados como docentes, pero actualmente siguen en sus antiguos puestos. Melvis Escoto Valladares, primo hermano de Escoto Valerio, fue el secretario de la Comisión Electoral. No se dejó votar a los maestros extranjeros como había ocurrido en las anteriores elecciones. Docentes que están becados en el exterior realizando estudios fueron traídos para ejercer su voto. Estas son parte de una serie de acciones que opacan la reelección de Escoto Valerio.
Autonomía
Tiene que serlo, respondió Escoto Valerio al referirse a su cuestionada reelección.
“No veo ningún problema, todas estas cosas tienen que pasar. La universidad tiene un estatuto y dice que el rector se podrá reelegir una vez y otros dijeron vamos a demandar diciendo única vez. El estatuto está bien hecho, entonces yo fui rector dos veces, no podía ser la tercera y lo dejé, cumplí con el estatuto”.
Sí, la UNA permite que alguien por dos momentos ostente un cargo, “cualquier otro vicerrector puede volver a optar después de un período de que se corta la continuidad”.
Él estuvo en la conversión de la escuela en universidad y participó en la elaboración del estatuto y conoce cuál es el contenido del mismo, manifestó.
En cuanto a si su reelección podría ser declarada ilegal por el Consejo de Educación Superior, sostuvo que la universidad tiene “autonomía de gobierno, no tiene autonomía financiera ni académica, desgraciadamente, es una institución descentralizada que tiene su propio gobierno interno” y a esa instancia solo le compete el tema académico.
Sobre por qué no quiere soltar la rectoría de la UNA, manifestó con molestia: “es mi trabajo, ‘pue’. Es como que yo le pregunte a usted por qué no se va de su casa. Este es un trabajo temporal que yo pude haber tenido por un mes y pude regresar. Yo por qué voy a confundir cuál es mi futuro, si me formé para ser profesor, gerente o director de una universidad, no para ser ministro de Educación”.
Dijo que no podía obviar que la figura de rector fue la que le permitió ser secretario de Educación. “Yo tengo un cargo de elección y un cargo de asignación, el presidente mañana puede decir que ya no necesita mi servicio y yo vuelvo a mi casa”. Recordó que él empezó en la UNA enseñando módulos de campo, ganando tres mil lempiras. Diseñaba tecnología apropiada, energía solar, manejo de residuos, después enseñó laboratorio de suelo, fue profesor de estas áreas, jefe del departamento de investigación, director de posgrado, “mi plaza docente está activa para desarrollarla en cualquier momento”.
Acerca de lo que hay detrás de ese gran interés por la rectoría, manifestó que eso es un proyecto. Todos los que critican, que han estado en contra de la universidad, tienen todos los beneficios, “su familia contratada, buenos salarios, viáticos, todo, y no pueden optar, como Roy Ménjivar, por ejemplo, como Gustavo López, como Mario Talavera, a todos les he ganado en las elecciones y eso no se perdona”.
La Universidad Nacional de Agricultura es un proyecto que nace bajo la sombra de los graduados de la ENA, mientras que sus adversarios vienen del CURLA (Centro Universitario Regional del Litoral Atlántico). “A ellos solo les interesa su trabajo, no creen en la inclusión social, solo creen en su beneficio”, criticó Escoto Valerio.
Actualmente una comisión nombrada por w Consejo de Educación Superior analiza, con un cuerpo de abogados, si la reelección del rector de la UNA se encuentra dentro de los parámetros de la legalidad o no. En los próximos días este equipo de trabajo dará a conocer los resultados.