Honduras

La maquila, la industria golondrina que se quedó en Honduras

Se pensó que estaría muy poco en el país, pero el sector maquilero es hoy en día uno de los principales impulsores de la economía nacional

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26.04.2016

Tegucigalpa, Honduras
La industria de la maquila se instaló en Honduras en la década de los años 80. Llegó con la aureola de que era una “industria golondrina”, es decir que estaría en el país por muy poco tiempo y no le ayudaría a salir de los graves problemas económicos que enfrentaba en ese entonces, agravados por los estragos causados por el huracán Fifí a su economía e infraestructura.

Pero no fue así. El sector es hoy en día uno de los principales impulsores de la economía nacional.
La Asociación Hondureña de Maquiladores (AHM) registra 246 maquilas, las que operan en 16 parques industriales. De estas, 128 son del área de confección y manufactura; tres calcetineras; 5 de arneses; 16 empresas comerciales; 40 comercios de exportaciones; dos de servicios; 10 de exportación de servicios y 23 patrocinadoras.

Los parques o anclas se localizan en San Pedro Sula, Choloma, Villanueva, Puerto Cortés, Naco y Potrerillos, en Cortés. Hay un parque en El Progreso, Yoro. La industria de los call centers que se desarrolla bajo las mismas leyes, se desarrolla en otras regiones del país como Tegucigalpa, muchos funcionando en centros comerciales o malls. También hay fábricas de papel periódico y otros papeles elaborados, productos metálicos elaborados, plásticos, muebles y partes de muebles, entre otros.

La maquila alberga a importantes transnacionales del mundo como Gildan Activewear, HanesBrands, Fruit of the Loom (del millonario Warren Buffett) y Vanity Fair. Delta Pareil y Karan, en el área textil confección. También hay empresas maquilando arneses eléctricos, una de ellas la surcoreana-estadounidense Kyunfshin Lear.

Empleo e inversiones
La empresa maquiladora aporta 130,000 empleos directos al mercado laboral, más 500,000 empleos indirectos. Anualmente paga en promedio 6,200 millones de dólares en sueldos y salarios y 1,200 millones en pago de aguinaldos. Reporta además la inversión de otros 1,000 millones de dólares en compras locales e importaciones.

Los capitales de estas empresas vienen de diferentes destinos. Según los registros del Banco Central de Honduras (BCH), el 41.6% de los capitales del sector maquilador son de origen estadounidense, el 35.9% de capital hondureño y el 22.5% restante corresponde a países asiáticos, europeos, de América Latina y de capital mixto (hondureño y extranjero).

La industria ha crecido y se ha posicionado hasta llevar al país en 2015 a ocupar el octavo lugar en la lista de los principales países del mundo que comercializan textiles con los Estados Unidos y a ser el primer importador de hilaza americana en el mundo, con más de 1,000 millones de dólares. Es el primer proveedor de este producto a los países CAFTA (que integran los países de la región centroamericana más la República Dominicana).

El año pasado, las exportaciones de la maquila fueron equivalentes al 50.8% del total de los envíos comerciales que registró el país.

Las ventas de la maquila equivalen al 20.1% del PIB (producción nacional de bienes y servicios) del país.
El alza de los productos textiles hechos en Honduras estuvo marcado por el incremento de la demanda del mercado de los Estados Unidos. El alza de los productos textiles fue de un 2.6%, mientras que el de arneses y partes eléctricas alcanzó el 2%.

El principal mercado de exportación del país es Estados Unidos, que recibió el año pasado envíos por 3,143 millones de dólares, igual a 116.4 millones de dólares más que en el año 2014. Las exportaciones a Centroamérica sumaron los 562.4 millones de dólares y 149.2 millones al resto de América. A Europa fueron 55.7 millones y 176.3 millones al resto del mundo.

Pilar económico
Wilton Thompson, ejecutivo de HanesBrands en Honduras, consideró la maquila como un pilar de la economía hondureña, porque su aporte va más allá del empleo.

“Está el aspecto del dinamismo que se le da a la economía en general, ya que no solamente le damos el beneficio de los empleos directos, sino también el de los empleos indirectos y el impulso a otros sectores, como el de los servicios que se requieren alrededor, como el transporte, los servicios de alimentación, la adquisición de los productos indirectos que requiere la industria, como el papel higiénico, papel de empaque, bolsas y cajas. Todos son rubros indirectos que influenciamos”, señaló.

Hanes llegó a Honduras en 1985, fecha desde la cual opera dos parques industriales, uno en Choloma y el otro en la ciudad de Villanueva, ambos en el departamento de Cortés.

En el plantel de Villanueva (Zip Buena Vista) está concentrada la producción de brasieres y sostenes deportivos, entre tanto en las de Choloma se elaboran productos de algodón, los que van desde pantalones deportivos, sudaderas, camisetas, suéteres y productos casuales. Cuentan además con la única planta de serigrafía de la empresa a nivel continental. Algunos de los locales en los que operan son propios.

La visión de futuro
El economista Guillermo Matamoros dijo aspiran a diversificar la producción, incrementar la producción en el país del tejido de punto, hacer tejido plano, darle valor agregado a las prendas, sin dejar la posibilidad de hacer el hilo en los parques hondureños; y en el área eléctrica ir más allá de la fabricación de arneses y sumar a la carpeta la producción de otras partes de los vehículos.

“Hay potencial para desarrollarse todavía más, nosotros debemos de tener la visión si hacemos arneses o dispositivos para disparar bolsas de aire, cuantas más de esas 200 piezas que requiere un automóvil las podemos hacer. ¿Y por qué no, cuando vamos a hacer automóviles? Pero eso hay que verlo a mediano plazo y tener esas condiciones”.

El economista señaló que para lograrlo se requiere de un buen manejo de la política económica, sostener la competitividad salarial, mejorar la competitividad en energía eléctrica, simplificar los trámites. Por ejemplo, indicó, el tema de los incentivos fiscales es un tema importante para atraer la inversión.

Todas esas condiciones hacen para que vengan otras empresas porque los hondureños tenemos que luchar, tenemos que ir a buscar para que vengan otros inversionistas.

“En la medida que hagamos eso vamos a ser capaces de atraer la inversión, nadie va a venir porque digan ‘pobrecitos los hondureños’, van a venir porque Honduras ofrece condiciones atractivas para la inversión, buenas políticas tributarias, el respeto a la ley”, apuntó.

Historia
La industria de la maquila llegó a Honduras a finales de la década de los años 80 y comenzó a afianzarse a principios de la década de los 90.

Vino en el marco de la Iniciativa de la Cuenca del Caribe (CBA, por sus siglas en inglés), impulsado por el gobierno del republicano Ronald Reagan en el contexto de la guerra fría, y con la que buscaba abrir espacios a sus aliados en la región. Honduras estaba superando, a su vez, los estragos causados por el huracán Fifí a su economía e infraestructura.

Fue en el gobierno del presidente liberal José Simón Azcona que se consolida el marco jurídico que abre los espacios para el funcionamiento de esta industria, y en la administración del presidente nacionalista Rafael Leonardo Callejas que se desarrolla la infraestructura, principalmente en la zona norte, debido a la cercanía con el principal puerto de Honduras en el mar Caribe, Puerto Cortés, que se convertiría, a su vez, en el puerto de embarque de la producción maquilera.

A la par, hay un grupo de empresarios nacionales que ya conocían lo que era la industria textil-confección, que asumen el riesgo y se incorporan al proceso mediante el desarrollo de los parques industriales. Una de las ciudades que acoge a la nueva industria es Choloma, destruida casi en su totalidad por el paso del huracán Fifí en 1974.

La primera actividad económica se centró en la industria de la confección, con telas que eran fabricadas y cortadas en los Estados Unidos. Es decir, maquila pura, dicen los especialistas. A inicios del año 2000, Estados Unidos abre las puertas de la industria para que la confección de prendas no se hiciera necesariamente con las telas fabricadas y cortadas en su territorio, sino con hilo de Estados Unidos y confeccionar la tela en el país.

“Ese pequeño cambio hizo que se dejaran venir los monstruos textiles más grandes de Estados Unidos hacia Honduras y crean alrededor de 15 monstruos de manera tal que Honduras se convierte en el primer comprador de hilaza de ese país”, explicó Matamoros.

Los primeros inversionistas llegaron de Asia, aunque muy rápidamente los empresarios hondureños, que ya contaban con una amplia tradición en la industria textil-confección, se incorporan a los parques con mucha fuerza, hasta convertirse en uno de los principales inversionistas del sector.