Honduras

Honduras: Iglesia celebra Miércoles de Ceniza llamando a la misericordia  

Una abarrotada catedral en el centro de la capital fue el escenario al que el pueblo católico asistió a presenciar la misa que conmemora un tiempo de conversión

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10.02.2016

Tegucigalpa, Honduras
Con un llamado a la misericordia, monseñor Juan José Pineda celebró la misa de inicio de Cuaresma, en este Miércoles de Ceniza.

'Quien es misericordioso encuentra la alegría en la verdad', dijo en su mensaje el obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Tegucigalpa.

'Si dices que amas a Dios, pero no amas a tu prójimo, tu carita es una farsa', enfatizó.

Este es el inicio de un tiempo de cambio, dijo, por lo que invitó a los presentes a ayunar.

'El ayuno no es simplemente para adentro, sino para que seamos misericordiosos con nuestro prójimo que necesita ser alimentado'.

Reflexión y cambio

Una abarrotada Catedral en el centro de Tegucigalpa fue el escenario al que el pueblo católico asistió a presenciar la misa que conmemora un tiempo de conversión.

El tradicional miércoles que marca el comienzo de los 40 días previo a Semana Santa fue arropada por los fieles, quienes se hicieron presentes a la iglesia, se formaron en orden y esperaron pacientemente a que les marcaran la señal de la cruz en su frente.

'La Cuaresma no necesariamente tiene que ser un momento duro pesado o difícil, sino para sentir la mano de Dios que nos ayuda a levantarnos' expresó.

La esperada ceniza proviene de la incineración de los ramos que se utilizaron el Domingo de Ramos en el año anterior.

Tiempo de conversión

'Hoy inicia un tiempo de conversión; tiempo de oración y ayuno', explicó el padre Roberto Paiz, al dirigirse a un grupo de menores de la escuela católica Ad-Astra, en una misa celebrada en la iglesia Medalla Milagrosa de la capital hondureña

Con la señal de la cruz de Cristo colocada, el padre bendice a los creyentes mientras los invita a convertirse en el Evangelio.

Los menores también participan de esta tradición religiosa (Foto: Marvin Salgado)

Los menores también participan de esta tradición religiosa.

A pesar de su natural inquietud, los menores, de entre 4 y 9 años, se mantuvieron atentos al mensaje del padre, en el que los exhortó a seguir por el camino del bien, en su hogar y escuela.