Honduras

Anarella Vélez Osejo, entre la poesía y la esperanza   

Rodeada de amigos, letras y arte, la poeta y escritora hondureña sobrelleva su tragedia.

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09.02.2016

Tegucigalpa, Honduras
Leyendo magnífica poesía, Anarella Vélez Osejo continúa siendo una gran promotora de la cultura y la concienciación política en Honduras. Es así como sobrelleva el dolor de tener a un hijo en la cárcel.

Con una apretada agenda cultural -algo que es característico de su vida-, Anarella no deja de compartir fragmentos de la obra 'Fuego lento', escrita en 1989 por Rigoberto Paredes (su extinto esposo).

'Hoy también he vivido me han dicho buenos días ¿Qué tal, cómo le va? (en un sitio cualquiera perdió alguien su rostro por falta de alegría, también hoy cumplió años el señor presidente y este día coronaron a la miss universo y fueron arrojados de sus tierras “los invasores campesinos”). Es martes para aquellos que conocen el nombre de las cosas, para mí es sólo un día que no pudo conmigo'.

Anarella junto a su hijo.

En la imagen Anarella con su hijo Rigoberto.

La también catedrática universitaria compartió recientemente en su facebook una vieja publicación de los canes de su hijo, a quien constantemente le dedica algunos versos, entre ellos 'Te marcharías sin sonar de aldabas, dejando tus silencios y las puertas abiertas', de Piedad Bonnet, con la leyenda al final Te amo R, refiriéndose a su hijo Rigoberto.

Foto: El Heraldo

Rigoberto Paredes mostraba en sus redes sociales su amor por las mascotas

'Mírate en ese espejo (no hace falta que muestres la graciosa ramita de laurel enraizada en tu frente como una mala hierba). Nada raro hay en ti, a no ser ese pecho enternecido y el colérico gesto de la sangre cuando estalla en tus manos', es otro fragmento de poesía que comparte en su muro.

Entre versos de Alfonsina Storni que dicen 'Este silencio del alma en que me escudo, Este dolor mortal en que me abismo', la historiadora y ensayista comparte en sus redes sociales lo que ella misma llama 'tiempos felices', rodeada de un grupo de amistades y de su hijo Rigoberto Paredes Vélez.

'Tiempos felices' de Anarella Vélez.

Tiempos felices, un día en la vida de Anarella Vélez en años anteriores.

Día de la tragedia

El joven guarda prisión desde el pasado mes de septiembre tras confesar el asesinato del abogado Eduardo Montes, un hecho que conmovió a la sociedad hondureña.

Eran alrededor de las 10:30 de la mañana de ese fatídico miércoles 16 de septiembre, un día como cualquier otro, cuando el abogado Montes salió de su oficina para realizar diligencias relacionadas a su trabajo, sin imaginar que en el camino se encontraría a su victimario, aquel joven al que miraba frecuentemente por tener sus oficinas en el mismo piso de la torre número 1 del edificio Metrópolis, ubicado en el bulevar Suyapa.

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La discusión se originó luego que el joven Paredes Vélez le reclamó a Montes el hecho de que representara a la familia Gutiérrez, cuyos miembros supuestamente están ligados a la empresa Astropharma y son acusados por el Ministerio Público por suministrar medicamentos de baja calidad a la Secretaría de Salud.

Durante la discusión, Paredes Veléz le mencionó al abogado Montes que estaba “indignado por la falta de medicamentos”. La discusión se acaloró de tal manera que el joven sacó de su bolsillo un cuchillo de cocina y atacó a puñaladas al profesional del derecho.

Rigoberto Paredes al ser llevado a los Juzgados tras su detención.

Rigoberto Paredes, en los Juzgados el pasado 17 de septiembre de 2015.

Al ser detenido por la seguridad del edificio, su confesión del crimen y un video de seguridad no dejaron lugar a dudas. Desde entonces, Rigoberto Paredes guarda prisión por el delito de asesinato.