Honduras

Eduardo Montes aspiraba a ser magistrado

Este notable amante de las leyes se desempeñó como juez de paz, defensor público, juez de sentencia y, de enero a la fecha, como defensor privado. Sociedad hondureña repudia el crimen.
16.09.2015

Tegucigalpa, Honduras

Tegucigalpa. No era solamente un abogado. Era amigo, padre, esposo, maestro de vocación, amante del respeto, las leyes y el fútbol, así era Eduardo Montes Manzano, de 45 años.
Este reconocido abogado fue asesinado a puñaladas la mañana de ayer en un pasillo del piso número 15 de torre Metrópolis número 1.

Su cuerpo quedó tendido, bañado en sangre, dentro del elevador en el piso número 14.

El principal sospechosos de este hecho, según la Policía Nacional, es Rigoberto Andrés Paredes Vélez, un joven de 28 años, hijo del reconocido poeta fallecido, Rigoberto Paredes, y de la escritora e historiadora Anarella Vélez Osejo.

En su captura, Paredes Vélez habría confesado a los guardias de seguridad haber cometido el hecho, presuntamente por repudiar la labor de Montes como defensor en el caso Astropharma, que salpica a la familia Gutiérrez.

Indignación

La noticia de su muerte causó luto y consternación entre los que conocieron a este reconocido togado quien en vida se desempeñó como juez de paz, defensor público, juez de sentencia y desde enero de este año como litigante privado.

Según el presidente del Colegio de Abogados de Honduras (CAH), José Luis Valladares, dentro de las aspiraciones de Montes estaba ser magistrado de la Corte Suprema de Justicia (CSJ).

“Yo ayer (15 de septiembre) andaba en un mall de aquí de la ciudad capital, me lo encontré en una barbería, él cortándose el pelo, y de manera amable, pues él chisteando diciéndome: ‘como salgo en la tele tengo que andar bien bonito, mi pelo bien cortado’”, recordó Valladares.

“Pero igualmente me manifestaba, y me dice, tengo el sueño de algún día ser magistrado y estoy pensando a ver si presento mi proposición, mi autoproposición, para ser candidato a magistrado y hoy nos encontramos con esta noticia que le han quitado la vida”, declaró a EL HERALDO.

Valladares señaló que como CAH exigirán a los entes de justicia que se investigue el caso a fondo y que al hechor se le aplique todo el peso de la ley.

Además dijo que pedirán al gobierno que se identifiquen los fondos para la aplicación de la ley de protección a abogados y periodistas, aunque reconoció que Montes nunca había presentado una denuncia de amenazas a muerte.

Un maestro

De este multifacético profesional se pueden resaltar varias cosas, como su afición por el deporte, pero una de las actividades que más apreciaba era su ejercicio como docente en la Universidad Tecnológica de Honduras (UTH).

“Él era una persona bien jovial, era de esas personas con las que uno se encuentra y platica, era muy ameno, una persona bien querida con la que uno se entretenía platicando”, recordó Carlos Izaguirre, uno de sus compañeros docentes.

“Él era un docente muy querido, era de esos docentes que les gusta enseñar y él se procuraba porque sus alumnos entendieran no solamente lo que está plasmado en leyes, sino que ellos lo entendieran cuando lo ejercen en la práctica, era de esos docentes carismáticos y que se diferencian de los demás”, relató.

Izaguirre comentó, además, que como juez de sentencia, Montes siempre fue una persona responsable, que velaba por la objetividad, celeridad y transparencia en la aplicación de la justicia.

Juez defensor

La solidaridad que invadía el corazón de Montes también lo llevó a conformar el equipo fundador de la Asociación de Jueces por la Democracia (AJD) para luchar por los derechos de sus colegas.

“Era un miembro activo, muy consciente de su responsabilidad tanto procesales como sociales y era un compañero que se ganó el cariño de todos los compañeros”, manifestó el abogado Mario Díaz, presidente de la asociación.

“Recibimos la noticia con mucho dolor, con mucha consternación”, indicó el también compañero de tribunales de la esposa de Montes, Julissa Aguilar.

“Eduardo era una persona responsable, llegaba temprano al tribunal, trataba de llevar con responsabilidad sus juicios, trabaja con diferentes personas, yo no recuerdo que haya tenido problema con ningún abogado, litigante, imputado, era una persona muy jovial, a mí particularmente me llamó la atención que era una persona muy servicial, tenía una vocación de servicio extraordinaria, siempre estaba presto a auxiliar”.

Amante del fútbol

Montes era un amante del fútbol y las tardes domingueras para él eran estar en el Estadio Nacional Tiburcio Carías Andino, tratando de poner orden en los espectáculos deportivos.

Su trabajo en el Estadio Nacional era lidiar con todo el tema organizativo. Desde la llegada de los clubes, aspectos de seguridad, los árbitros y todo lo que tenía que ver con el espectáculo deportivo.

Este abogado de profesión y comisario por pura pasión, también era miembro activo del Tribunal Nacional de Arbitraje del Fútbol (TNAF), ente encargado de regular los castigos impuestos a los equipos de fútbol, entrenadores y jugadores.

Además, trascendió en las últimas semanas que Eduardo Montes se estaba preparando para convertirse en comisario oficial de la FIFA.

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