Honduras

Indignados suspenden huelga de hambre

Grupo de manifestantes anuncia que instalarán mesas de indignación en los próximos días.

31.07.2015

Tegucigalpa, Honduras

Luego de varias semanas concluyó anoche la huelga de hambre que mantenían varios ciudadanos en las inmediaciones de Casa Presidencial.

Según los huelguistas, el movimiento finalizó para dar paso a una nueva “estrategia” de lucha en búsqueda de la instalación de una Comisión Internacional contra la Impunidad.

La huelga fue suspendida en común acuerdo entre los 19 participantes que de manera escalonada se habían sumado al movimiento que iniciaron los jóvenes Miguel Briceño y Ariel Varela, pero que la semana la abandonaron. Se fueron por diferencias con miembros de la Resistencia y miembros del partido Libertad y Refundación (Libre), quienes al final terminaron asumiendo el control del movimiento.

Anoche los participantes levantaron sus pertenencias y se marcharon de la zona en donde permanecían luego de acordar la conformación de una Mesa Nacional de Indignados, la cual funcionará como una estructura que impulsará una lucha contra la impunidad.

Entre los 19 huelguistas hondureños había ciudadanos que afirmaban ser representantes de la etnia tolupán, líderes campesinos del Bajo Aguán, activistas de derechos humanos, jóvenes y representantes de las mujeres.

“Ya han habido consensos a través de reuniones y creemos que lo lógico es tomar ese paso en la conducción de la lucha a nivel nacional, los 19 compañeros que estamos en huelga de hambre no vamos a seguir, vamos a pasar a esa otra instancia”, dijo Vitalino Álvarez, uno de los huelguistas. “Esta instancia es la que va articular y va a unir todos los frentes de lucha a nivel nacional, va a tratar de hacer los consensos, nosotros nos debemos a un pueblo que está exigiendo justicia, está exigiendo solidaridad de las ONU y la OEA para resolver y que intermedien en este proceso”, indicó.

Mediador OEA

Los huelguistas optaron por cambiar sus estrategias luego de que la Organización de Estados Americanos (OEA) oficializara la llegada al país del diplomático chileno John Biehl del Río para que medie en el proceso de diálogo entre todos los sectores.

Fue el pasado 23 de junio que el presidente Juan Orlando Hernández llamó a todos los sectores a sentarse a la mesa de debatir y buscar consensos sobre la definición de estrategias para combatir la corrupción y la impunidad.

Hernández propuso la creación del Sistema Integrado Hondureño de Combate a la Impunidad y Corrupción (SIHCIC) como punto de partida al proceso de diálogo, es decir sujeto a cambios en común acuerdo entre todos los sectores.

Los partidos de la oposición y miembros del movimiento de “indignados” rechazaron el llamado al diálogo, por lo que el gobierno pidió el apoyo de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y de la OEA.

Ambos organismos se han comprometido a enviar facilitadores durante el mes de agosto para que ayuden a acercar a todos los sectores.

De acuerdo a los huelguistas, la nueva estrategia basada en la instalación de la Mesa Nacional de Indignados contempla la instalación de mesas en los 18 departamentos del país para definir acciones contra la impunidad.

Marchas

El movimiento de los “indignados”, que todos los viernes realiza la Marcha de las Antorchas, además de pedir la instalación de una Comisión Internacional contra la Impunidad en Honduras, demanda que se investigue el monstruoso saqueo al Instituto Hondureño de Seguridad Social. Cabe señalar que la Marcha de las Antorchas surgió en rechazo a la corrupción y la impunidad en las instituciones públicas, particularmente del Seguro Social.

Anoche un grupo de personas marchó con antorchas desde la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) hasta la zona donde se mantenía la huelga de hambre para solidarizarse con los participantes.

Durante los 35 días de huelga, los participantes hicieron relevos y curiosamente hubo enfrentamientos entre ellos mismos. El último fue contra Wilfredo Méndez, un activista de derechos humanos y excandidato a diputado por el partido Libre.

Sus mismos compañeros de lucha lo tildaron de infiltrado y de pretender controlar el movimiento, autoerigiéndose como vocero.

Varios manifestantes prefirieron abandonar la huelga de hambre ante la presencia de Méndez.