Honduras

El discurso del presidente Juan Orlando Hernández en la ONU

El presidente de Honduras habló de la crisis política, de los efectos del narcotráfico y llamó a los empresarios a invertir en Honduras.

24.09.2014

Nueva York, Estados Unidos

Mi nombre es Juan Orlando Hernández, nací en la aldea de Río Grande, en el departamento de Lempira, una de las regiones con mayor índice de desigualdad y pobreza, y comparezco ante ustedes como Presidente de Honduras, un país pequeño pero con un pueblo que lucha diariamente por avanzar y progresar, y que aspira a condiciones de una Vida Mejor.

Nuestro país sufrió en el año 2009 una de las peores crisis políticas de su historia, que nos dejó varios cientos de millones de dólares en pérdidas, así como miles de familias divididas; esa crisis ocasionó más daño que cualquier huracán u otro desastre natural, sin embargo hoy podemos declarar que hemos superado esa crisis política, Honduras es un país en donde se practica la democracia plena y existe completa libertad en la escogencia de sus autoridades.

Además de la democracia representativa, practicamos la participativa y prueba de ello es el diálogo que terminará con un Pacto por Honduras, que será producto de escucharnos entre los diferentes sectores de la sociedad en temas torales para nuestro pueblo. Nuestro plan de todos para una Vida Mejor incluye cuatro pilares fundamentales: recuperar la paz, generar oportunidades de inversión y empleo masivo, apoyar a las familias en extrema pobreza, combatir la corrupción y promover mayor transparencia en la cultura del pueblo hondureño.

Desde que asumí hace ocho meses, estamos dedicados a recuperar la paz y la tranquilidad, creando oportunidades con condiciones más justas para todos, pero necesitamos que más inversión llegue al país para generar empleos que se traduzcan en mayores ingresos para nuestras familias.

Con ese fin, Honduras hizo una reforma a la Constitución, para crear una de las mejores plataformas en el mundo, para inversión y empleo, muy innovadora, me refiero a las Zonas de Empleo y Desarrollo Económico, más conocidas como Zedes.

El modelo Zede de Honduras no es otra zona económica más como las 3 mil 500 ya existentes en el mundo; la nuestra es muy diferente porque es integral. Es una jurisdicción de cuatro dimensiones: la legal, económica, administrativa y política.

La Zede hondureña es una lead zone, que en inglés se puede traducir como saltar hacia adelante y para Honduras la Zede nos permitirá un salto competitivo y de bienestar. En lugar de entrar en una carrera hacia abajo, Honduras decidió competir hacia arriba y le damos la bienvenida a la inversión mundial a través de una jurisdicción especial de primer nivel. El lugar optimizado para contratar la fuerza laboral más productiva y rentable y siempre dentro de una ubicación privilegiada en el centro de América, uniendo el Océano Pacífico con el Océano Atlántico.

En la dimensión legal la Zede, ofrece al mundo el conocido sistema de ley común anglosajón, Common Law, el arbitraje obligatorio y jueces internacionales.

En la dimensión económica ofrecemos competitividad en un mercado abierto y con una normativa ágil y sencilla con incentivos sumamente atractivos y sostenibles para la creación de buenos empleos en las condiciones más dignas.

En la dimensión administrativa se ofrece una estructura técnica, no política, sin trabas burocráticas, eficiente para las empresas que deben operar con la velocidad de mercados y tecnología del Siglo XXI y con plenas garantías de transparencia y seguridad dentro de un Estado de Derecho.

Y finalmente para traer inversión de largo plazo y asegurar empleos buenos, garantizamos la estabilidad política y transparencia basada en tratados y acuerdos internacionales junto con el aval de una Comisión Internacional de 21 Fideicomisarios, para asegurar el cumplimiento con las mejores prácticas para el trabajador y el inversionista.

Les invito a descubrir esa gran oportunidad que Honduras ofrece al mundo.

También hemos creado el modelo participativo de empresas de Gobierno y el sector privado con capital mixto, es decir, las alianzas público privadas. Estamos construyendo un corredor logístico interoceánico para unir el Océano Pacífico con el Atlántico, lo que nos permitirá una movilidad de carga entre ambos océanos en un tiempo menor de seis horas, repito, menor de seis horas, aspirando a captar no menos de un cinco por ciento de esa demanda de mover mercancías de un océano a otro.

Señoras y señores, hemos avanzado, pero también reconocemos que falta mucho por hacer. Por ejemplo, existe un grave problema, se ha incrementado la salida de hondureños al exterior, incluso ha producido una inusitada migración de niños hacia el norte, muchos de ellos sin la compañía de un adulto y como causa de ese problema, como génesis, encontramos la violencia que provoca el tránsito de la droga por nuestro territorio, la pobreza y la falta de oportunidades.

Y a este aspecto se le debe prestar especial atención, sobre todo de parte de los países que tienen responsabilidad sobre este problema, bien sea porque producen la droga o porque son el mercado donde se consume. Creemos que esta es una responsabilidad compartida y ante el escaso interés que muestran por resolver el problema que nos han creado, es mi deber insistir en este tema en todos los foros que nos sea posible, porque debemos hablar de este asunto de manera clara y contundente.

Nuestro territorio es hoy uno de los principales campos de batalla de una guerra que no es nuestra. De una guerra que no iniciamos y cuyas estrategias se deciden fuera de Honduras y que involucra a los países consumidores de droga en el norte y a los productores de droga en el sur.

Y esto más, un verdadero monstruo, un pulpo criminal multinacional, sin nacionalidades, ni fronteras ni escrúpulos que se dedican al traslado, comercialización, el consumo de droga y estimular la demanda, especialmente en las sociedades más ricas.

En este camino, en este tránsito por Honduras, termina la vida y la paz de nuestra gente, de nuestros jóvenes, de nuestros niños… de nuestras mujeres. Desde los que orquestan y organizan la actividad trasnacional dentro de nuestro territorio hasta los ciudadanos comunes y los niños que se involucran como piezas del narcomenudeo y también quedan los adictos, todos ellos afectados. Todos ellos ingresan en un camino sin retorno y desgarra nuestra sociedad, destroza las familias, corrompe funcionarios y destruye instituciones.

Yo les invito, preguntémonos, ¿quiénes son los verdaderos culpables de esta cadena de muerte, de desgracias de llanto, de sangre, de dolor?

No somos nosotros los hondureños, eso les puedo asegurar. Necesitamos ponernos de acuerdo en foros como este sobre criterios y verdades sobre el problema. No puede ser que en medio de la crisis coexistan, sin que lleguemos a conclusiones útiles y sólidas, propuestas basadas en la legalización, producción y consumo por un lado; y por el otro el tráfico y consumo legal de la droga con otras basadas en librar una guerra sin cuartel en todos los frentes, sin importar el costo.

Yo me pregunto y les invito a que se pregunten… ¿Quiénes son las verdades víctimas de esta desgracia?

Son víctimas todos aquellos cuyas vidas no pueden transcurrir en paz, en las condiciones de la sociedad actual y también aquellos que no pueden convivir en la sociedad sin la droga que consumen. Y también la sociedad misma que no logra organizar de manera razonable sus esfuerzos y sus recursos para generar oportunidades.

Honduras prácticamente no produce drogas y prácticamente no las consume. Somos un territorio de paso de la droga. Desgraciadamente nos toca poner el campo de batalla y los muertos. Ponemos los recursos para convertir el tránsito por nuestro territorio, recursos que dejamos de invertir en resolver nuestros problemas y desafíos para lograr el desarrollo. Les reitero no somos los responsables de esa guerra. Creo que ha llegado el momento de hacer lo que tengamos que hacer, respetando los derechos humanos, de seguir lo que los expertos y nuestro sentido común nos indica, de atacar el problema de raíz, de una vez por todas. De hacerlo todos juntos y en toda la región afectada.

Debemos crear una fuerza multinacional, capaz de enfrentar con éxito un fenómeno que es trasnacional, en su organización, su mercado, en sus proyecciones y en su financiamiento.

Así como lo pidió esta mañana el Presidente Obama, para enfrentar a los fundamentalistas radicales, yo pregunto, cuál es la diferencia entre los efectos causados por el terrorismo de los radicales fundamentalistas y el terrorismo de los que promueven el narcotráfico?

¿Cuál es la diferencia?

Hoy se habla de lo que sucede en otras regiones del mundo, con niños, jóvenes, familias desplazadas por la guerra, la violencia de los extremismos radicales, situación que como nación también nosotros condenamos. Seguro que sí.

Sin embargo, ya poco se dice de la situación que viven miles de familias del triángulo norte de Centroamérica. Yo quisiera pensar que eso no va a quedar en el olvido. No lo podemos permitir como seres humanos.

Vuelvo a preguntar en esta asamblea, ¿cuál es la diferencia entre los desplazados por violencia en otras regiones y los desplazados por violencia generada por los traficantes de droga y el crimen organizado transnacional?... ¿Cuál es la diferencia?

La diferencia es que estos desplazados y estas miles de familias, niños y niñas, vienen a tocar las puertas de Estados Unidos de Norteamérica. Por ello como región no podemos seguir ignorando este drama humano que sigue afectando a miles de centroamericanos, especialmente a menores migrantes no acompañados que en su camino a Estados Unidos han sido víctimas del crimen transnacional, violaciones sexuales, trata de personas, tráfico de órganos. Muchos de ellos han desaparecido en el desierto. No los podemos olvidar.

Estos niños merecen ser tratados con dignidad y respeto.

Se trata de víctimas inocentes, d niños inocentes, como sus hijos, como sus nietos, como los míos. Son seres humanos vulnerables.

Quiero compartir que el día de ayer gracias a la gentileza del Secretario General y en compañía de los cancilleres de las repúblicas de Guatemala y El Salvador, entregamos a su excelencia, el Secretario General de las Naciones Unidas, el Plan Una Alianza para la Prosperidad, el cual define una ruta de apoyo, de oportunidades para que nuestros compatriotas puedan tener el brazo solidario de todos en nuestro territorio. Repito de todos, porque la causa es una responsabilidad de todos.

Una parte importante de la Migración Infantil es la generación de oportunidades para sus padres allá en Centroamérica, ambos están ampliamente vinculados con las políticas comerciales de Estados Unidos.
No estamos extendiendo la mano para pedir ayuda económica o una limosna. Lo que pedimos es un tratamiento comercial justo, como se hace con otros países del mundo. Lo que queremos es trabajar para generar esas oportunidades.

Honduras respalda los esfuerzos de unir al mundo, el mundo en paz y prosperidad a través del comercio justo y con mejor acceso a los grandes mercados mundiales. Y dentro de esa visión y en el contexto de las negociaciones actuales, demandamos que Honduras y Centroamérica reciban el mismo trato comercial que reciben los países de Asia para competir.

Porque para ser francos, dando Estados Unidos a otros países, preferencias arancelarias y reglas de origen dejando fuera de este régimen a Honduras y Centroamérica, implicaría la pérdida de miles de empleos en nuestra región, provocando que más niños vengan de este lado de la frontera ilegalmente.

Presidente Obama, Congreso y Pueblo Norteamericano, pueblo del mundo, Honduras está comprometido en resolver el tema migratorio infantil y la lucha contra el narcotráfico y muchos de ustedes lo saben claramente de nuestra determinación, pero sino existe un grado razonable de coherencia en las políticas comerciales de nuestros países como socios, cuál es el mensaje real a nuestros pueblos de Centroamérica. Que deben esperar los niños hondureños y sus padres allá en Centroamérica.

Señoras y señores:

Dentro de tantos problemas a los que nos enfrentamos los hondureños hemos aprendido a ver cada crisis como una oportunidad, y en mi gobierno seguimos los principios cristianos de la solidaridad y el bien común, promovemos el programa ambicioso que se llama Vida Mejor y que con pequeños cambios resolvemos grandes problemas.

Me agrada ver que ahora algunos de los que poseen las mayores fortunas económicas en el mundo, están promoviendo también la solidaridad.

Y yo les invito a que nos preguntemos, ¿cuánto dinero es suficiente para que una persona se sienta realizada?

How much money is good enough?

Hagámonos esa pregunta.

Hace un par de días leía sobre las acciones humanitarias que está emprendiendo uno de los hombres más ricos del mundo, el Señor Bill Gates, que a través de su fundación está buscando mejorar la salud de miles de familias pobres promoviendo la investigación científica en el diseño de nuevos sistemas de saneamiento básico.

Y es que creo que el señor Bill Gates ya se contestó esa pregunta.

How much money is good enough?

Y cómo estamos trabajando en este foro, aprovecho este foro con las disculpas de la audiencia, para invitar al señor Bill Gates, a acompañarnos en nuestro país para que trabajemos en ese propósito común.

Es muy esperanzador que los que poseen la riqueza mundial no estén buscando la fórmula de la eterna juventud o estén enviando expediciones a otros planetas… por el contrario son sensibles a las carencias de los hermanos más pobres, más necesitados y esto está sucediendo en muchos países, de igual manera en Honduras, cuando muchos buenos empresarios se han sumado a colaborar con el Programa Vida Mejor y en la generación de empleos con responsabilidad social.

Y de eso se trata la solidaridad y la responsabilidad social, pero no de aquella responsabilidad social romántica. Sobre esto me encantaría citar las palabras del Papa Francisco que dijo: “Nunca he visto un camión de mudanzas detrás de un cortejo fúnebre, nunca, pero existe un tesoro que si podemos llevar con nosotros siempre, un tesoro que nadie puede robar, no es lo que hemos ahorrado, si no lo que hemos dado a los demás”. Piénsenlo. Analicen esas palabras.

Honduras es un país en donde el 43% de la población pobre subsiste con menos de un dólar al día, cantidad que es insuficiente para pagar la alimentación básica de una persona, por eso hacemos grandes esfuerzos por atender a estas personas con el programa Vida Mejor y lograr que nuestra gente viva más dignamente.

El programa Vida Mejor está diseñado para llegar progresivamente a 835 mil familias que reciben asistencia para mejorar de su vivienda, que incluye acceso a agua potable y saneamiento básico, techos y pisos dignos, huertos familiares y además transferencias monetarias condicionadas, a que los niños asistan a la escuela y al centro de salud y cambien su cultura de vida para lograr una Vida Mejor.

Las mejoras a la vivienda incluyen el uso de eco fogones o estufas limpias que reducen el consumo de leña y el humo que es dañino para la salud de las mujeres y niños, que según la OMS cada año mueren 500 mil mujeres en el mundo a causa del humo, y solamente en centro américa mueren unas 37 mil personas al año por la misma causa.

Con cada ecofogón o estufa limpia que estamos instalando, contribuimos al resto del mundo y la humanidad a evitar destruir 15 árboles de tamaño medio, por año, ayudando a la protección de nuestro medio ambiente.

En esto quisiera destacar la labor de la ex secretaria de Estado Hillary Clinton por su iniciativa de una Alianza Global para Cocinas Limpias, cuya meta es que para el año 2020 cien millones de hogares cuenten con una cocina limpia. En este tema tenemos mucha coincidencia con la visión de la Señora Clinton y estamos trabajando de manera fuerte en el mismo.

Muchas veces cuando un presidente viene a la Asamblea General de Naciones Unidas, se prepara para hablar con las palabras más adecuadas, más precisas, a la altura de este importante foro mundial. Pero más allá de las palabras, mi mensaje busca que se entienda, que lo más importante es que todos seamos aceptados como ciudadanos del mundo.

Con los mismos deberes de luchar y defender nuestro territorio y nuestras familias y el planeta con el derecho de aspirar a un Vida Mejor y que la solidaridad de los que más tienen con los que tienen poco, es imprescindible y si me mensaje de hoy llega y mueve algunas voluntades, habrá valido la pena estar acá este día.

Yo les recuerdo que si somos parte de este foro, que es el más grande el mundo, es porque somos considerados ciudadanos del mundo, seres humanos con la misma dignidad y por tanto todos, absolutamente todos somos iguales.

Honduras avanza, Honduras está cambiando. Un saludo de Honduras para todos ustedes.
¡Muchas gracias!

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