Honduras

Consternación por muerte de diez miembros de la FAH

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28.07.2014

Tegucigalpa, Honduras

La familia de la Fuerza Aérea Hondureña (FAH), está de luto.

El llanto, el dolor y la tristeza abrazaron los féretros de las diez personas que formaban parte de la institución militar y que perecieron en un fatal accidente que se registró en el kilómetro 84 de la carretera CA-5, a inmediaciones del Centro Universitario de la UNAH en Comayagua.

Los restos mortales del personal que estaba asignado a la Escuela de Comando de Mandos Intermedios (ECMI), ubicada en la base Héctor Acosta Mejía (HAM), entre los que se encuentran dos mujeres y ocho varones, empezaron a llegar desde las primeras horas de la mañana de ayer a la capilla de la FAH, donde fueron velados por varias horas.

Los primeros cuerpos entregados por el personal de Medicina Forense fueron los de Sandra Rodríguez Corea, que era personal auxiliar; el suboficial III, jefe maestro Walter Benavides Pastrana; el subteniente de aviación Humberto Moisés Sánchez Melghem y Lester Bardales.

Los cuatro féretros estaban envueltos con la Bandera Nacional. Después de las 12:10 del mediodía, llegaron los otros cadáveres, en ataúdes herméticamente sellados: el sargento primero, técnico Juan Francisco Gómez Campos; Saraí Barahona Recarte, Abraham Aguilar Aguilera, Luis Adolfo Díaz, Adolfo Artica y Moisés Euceda Alvarenga.

Número de fallecidos

“Efectivamente, son diez los compatriotas nuestros que fallecieron en el accidente automovilístico que ocurrió cerca de Palmerola, a unos ocho kilómetros de la base aérea y hay dos compañeros que se encuentran heridos, pero ya fueron intervenidos”, dijo el comandante de la FAH, el general de brigada Jorge Alberto Fernández López.

“Es una consternación para la familia de la Fuerza Aérea Hondureña, nos ha causado llanto, dolor y tristeza, porque no habíamos pasado por una situación como esta”, enfatizó Fernández López.

Las diez víctimas regresaban a Tegucigalpa, pues venían de la base aérea Héctor Caraccioli Moncada, ubicada en la ciudad de La Ceiba, cuando les ocurrió el fatídico encontronazo con un vehículo tipo pick-up, modelo Tacoma, color verde.

“Venían de realizar asuntos relacionados con la Escuela de Capacitación de Mandos Intermedios (ECMI), de una gira estudiantil”, explicó el jerarca militar.

“Este es un duro golpe para la familia. Y si es duro para nosotros que somos los compañeros, cómo no será para sus parientes”, reflexionó muy compungido.

Los féretros fueron entregados a los familiares, quienes los trasladaron a sus lugares de origen.

Para el caso, el subteniente Sánchez Melghem fue trasladado a Marcala, La Paz; Walter Bienvenido Pastrana a San Antonio de Flores, El Paraíso; Moisés Euceda Alvarenga a Olancho, Luis Adolfo Díaz a Oropolí, Abraham Aguilar Aguilera a Choluteca, y el resto de los fallecidos fueron entregados a los familiares que residen en Tegucigalpa.

Una comitiva de la FAH acompañó a los familiares a cada uno de los lugares de origen de las diez víctimas, al mando de oficiales superiores, oficiales subalternos, suboficiales, personal de seguridad de instalaciones y personal auxiliar.

En el momento en que se lleve a cabo el sepelio, se hará una ceremonia de ascenso póstumo y reconocimientos especiales.

Para el caso, el subteniente de aviación Humberto Moisés Sánchez Melghem será ascendido a teniente póstumo y de igual forma el suboficial III Walter Bienvenido Pastrana y el sargento primero Juan Francisco Gómez Campos.

El subteniente Sánchez Melghem estaba encargado de la oficina de Recursos Humanos de la Escuela de Capacitación de Mandos Intermedios y Pastrana era el asistente en la ECMI.

La promesa de las máximas autoridades de la FAH es que a los familiares de los diez fallecidos se les dará todo el apoyo que necesiten, pues en todas las familias quedan niños pequeños.

También hay dos miembros de la institución que se encuentran internos en el Hospital Militar que, según Fernández López, “están fuera de peligro ya que fueron intervenidos la madrugada de ayer”.

Los heridos fueron identificados como el suboficial sargento primero Edwin Marín Carranza y el sargento mayor José Manuel Mena Lara.

En el mismo accidente falleció el conductor del vehículo Tacoma, quien fue identificado como Raúl Rodríguez Guillén.

Por su parte, Luis Rodríguez Corea, hermano de Sandra Rodríguez Corea, calificó el hecho como “una gran tragedia, pero confiamos y creemos que ya están con Dios”.

“Mi hermana tenía varios años de estar en la Fuerza Aérea Hondureña y la vamos a extrañar, porque somos una familia muy unida y con ella siempre nos visitábamos, salíamos de paseo y celebrábamos juntos los cumpleaños”, recordó.

El 4 de septiembre, Sandra Rodríguez Corea iba a cumplir 45 años, por lo que los familiares se preparaban para celebrarlo.